12

226 36 15
                                    


Pasé unos días sola en aquel cuarto de hospital, sin recibir visita alguna, acompañada solamente por el silencio, por mis pensamientos, y por tu dulce olor aún impregnado en mis fosas nasales.
O quizás en mi alma, por eso lo sentía tan real y tan presente.

Uno de los matones de Mauro me vigilaba, controlando que nadie desconocido entre a mi habitación durante el día.

Al llegar el quinto día de estar allá, te llamé explicándote la situación, pidiéndole que no cometas ninguna locura y que no vengas a verme; eso nos pondría en riesgo a los dos.

Estabas alterado y no me hiciste caso.

Eran las once de las noche cuando, durmiendo, sentí un beso sobre mi frente.
Desperté y vi tus bonitos ojos color café plantados en mí.
Me mirabas con ternura, cariño y preocupación.

Con dolor en el rostro y en el alma, te sonreí.
Tú me dabas la fuerza necesaria para todo, amor; hasta para seguir viviendo.

Te pedí que te fueras, no deseaba que alguien te encuentre allí. Eso nos hubiera causado serios problemas a los dos.
Pero eras muy necio y no te moviste de mi lado.
Te sentaste sobre mi cama, jugando con mi cabello y tratando convencerme para que me escape contigo en ese mismo instante.

"Necesito tiempo."-te dije.

"¿Tiempo para qué Altagracia, para que ese imbécil termine matándote?"-contestaste alterado.

Dejé caer una lágrima.
¡Tenías tanta razón!
Siempre supe que eso podía pasar de un momento a otro.
Estaba harta de tanto dolor y sufrimiento y lo que más me lastimaba era verte a ti triste por mi culpa.
Tu dolor era tan grande como el mío porque siempre me amaste de verdad, de la misma forma con la que yo te amaba a ti.

Sin embargo, algo mucho más fuerte me detenía, me obligaba a quedarme en un lugar a donde yo nunca pertenecí y a donde siempre fui infeliz.

"Soy madre, Saúl. Tengo una hija."-te confesé.

••••••••••••••••••••
Espero que no hayan perdido el interés en la historia...Pronto se vienen algunas sorpresitas 😉💗

El camino hacia tiWhere stories live. Discover now