Capítulo 14

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ADVERTENCIA: Contiene escenas sexuales y explícitas, si no os gustan este tipo de argumento, pasad al siguiente capítulo.

STEVE ROGERS (8 horas después...)
Observo a mi hermosa mujer, está en el lavabo con un sexy vestido de lencería blanca y debajo un conjunto igual, pero que me muestra completamente todo el cuerpo mi esposa como si no llevara nada.

Por fin ha terminado la boda, 7 horas de boda y otra para que todos se fueran. La boda empezó a las 7 de la tarde y son las 3 de la madrugada, pero eso no va a evitar que le haga el amor a mi mujer hasta que salga el sol.

Ella no sabe que la estoy observando, pero gracias a esta habitación de la mansión, por un espejo de la habitación refleja el lavabo y puedo verla.

Me levanto de la cama y voy hacia ella. Entro en el lavabo y me pongo tras mi mujer.

-Estás hermosa...-digo besando su cuello.-Quiero hacerte el amor aquí mismo.-añado excitado sin apartar la cabeza de su cuello y acariciando su pierna hasta llegar a su centro de placer, el cual toco por encima de la sexy lencería.

Ella agarra mi mano y se gira.

-No, mi querido marido, la noche de bodas se hace en la cama.-dice ella antes de lamer la mano con la que la tocaba.

-Pues, mi hermosa mujer, me duele demasiado, necesito hacerlo ya...-digo acariciando mi pene por encima de mi bóxer, que es lo único que llevo puesto.

NATASHA ROGERS (Ya no es Romanoff😭)
-Vamos entonces, no quiero que mi marido sufra...-digo agarrando su mano y llevándomelo a la cama de matrimonio que hay.

Lo tumbo en la cama empujándolo y quito su bóxer de un tirón dejando a su enorme amigo libre. Me arrodillo en la cama y empiezo a masturbarle, causando sus profundos gruñidos y provoco que cierre sus ojos.

Sus manos se dirigen a mis caderas y levanta mi vestidito para luego bajar mis bragas un poco y empezar a acariciar mis labios húmedos causando mis suspiros. Suelto un grito de sorpresa al sentir 3 dedos entrar en mí de golpe. Con su otra mano sube mi vestido por encima de mi sujetador y lo deja ahí. Baja las copas de la fina de lencería mostrando así mis pechos y empieza a estimular uno de mis pezones agarrándolo y pellizcándolo.

Aprieto su pene al estremecerme por lo que me hace y ambos soltamos grandes gemidos.

Tras estimularnos un poco más, no nos corremos y Steve me gira quedando sobre mí. Me quita el vestido y luego el sujetador. Besa todo mi cuerpo, desde mi cuello hasta los dedos de los pies, pero evita mis zonas más calientes, los pechos y el centro de mis piernas. Me quita mis bragas y las lanza lejos de mi alcance.

Sin más se agacha frente a mí y empieza a acercar su boca a mi centro pero sin aún tocarlo, solo dejando chocar su cálido aliento contra mi húmedo sexo.

Agarro su pelo con mis manos y lo miro suplicante.

-Por favor, hazlo ya...-le pido formando una sonrisa en sus labios.

Obedece y junta su boca con mi intimidad. Saca su lengua y la pasa por mis labios, tanto los superiores como los inferiores, menos mal que me he depilado entera. Gimo y grito como loca al sentir como muerde mi clítoris para después empezar a jugar con él con su lengua. Al juego añade un dedo y yo me siento en el paraíso. Siento que estoy a punto de llegar por lo que paso mis piernas por encima de sus hombros y lo pego aún más a mí para que no me haga lo de siempre y me deje a medias. Steve lo entiende y se queda ahora sacando su dedo y metiendo su lengua como cambio.

Grito de placer arqueando mi espalda llegando al máximo paraíso en su boca. Él, como buen marido recién estrenado se encarga de limpiarme bien con su lengua y se traga todo.

Se levanta y me besa con pasión, así pasándome mi sabor.

Ahora me agacho yo para hacerle un oral pero él me frena.

-No creo que sea buena idea, es un poco raro que te tragues mi semen y por tanto los gemelos también...-dice nervioso.

Yo asiento acariciando mi barriguita y entonces siento como entra en mí de una estocada. Grito de sorpresa, no lo ha hecho rápidamente ni duro, pero no me lo esperaba.

Ambos empezamos a gemir cuando él empieza el vaivén de sus caderas. Va cambiando el ritmo, según como me vea, si cree que estoy cansada baja un poco la intensidad, pero si me ve en mis puntos más altos, acelera pero sin hacerlo rudo para no hacer daño a los gemelos o gemelas.

Cuando estamos a punto de llegar, Steve acelera rápidamente y en solo 3 embestidas nos corremos soltando un gran grito. Nos quedamos exhaustos, quietos con la respiración acelerada.

-Cariño, ¿se supone que teníamos que ser vírgenes hasta esta noche?-pregunta Steve riendo y besando mis labios. Yo río como respuesta.-Es mucho mejor esta época.-añade sonriente.

El Día Perfecto (Romanogers 2) #TerminadaWhere stories live. Discover now