Capítulo 53: Enfrentando el desastre

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—Tenemos un plan de contingencia

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—Tenemos un plan de contingencia. El verdadero padre esperando por declarar —les dijo Barbie, y su tranquilidad logró que el gerente del hotel se calmara un poco. Adriano se había dado cuenta de la reacción de Thomas mientras Sandra declaraba. Sabía que no estaba conforme, no le gustaban los escándalos, los evitaba al máximo. Y eso definitivamente no le agradó. Así que la noticia de que tenían como enfrentar a Sandra si se atrevía a acusarlo era un alivio—. Esa mujer cometió un error —agregó Barbie—. Habló de El Plaza, pero la noticia de su embarazo es "la bomba". Nadie se acordará de que lo que dijo de nosotros, lo más importante es el hijo.

—Pues no quiero que nos mencionen siquiera, no me interesa tener problemas con esa mujer. Quiero que el padre declare inmediatamente —le dijo Thomas con firmeza. Para él lo más importante era la imagen del hotel, tenía a toda una junta directiva dispuesta a aplastarlo si no mantenía controlada la situación.

—Aún no —explicó Barbie—, aún es pronto. La relación de Sandra y Adriano siempre fue un secreto a voces en este mundillo de la gastronomía, y como esos periodistas hacen bien su trabajo cuando se trata de chismes, ahora mismo deben estar averiguando todo sobre ellos. Los medios especularán, llamarán a Adriano, lo llenarán de mil preguntas. Obviamente nuestro querido chef no declarará nada mientras lo acosan, lo hará de manera oficial. Tenemos ya una carta redactada, se la daremos a la prensa. Ahí Adriano explica que no tiene ningún tipo de relación con Sandra y que está dispuesto a hacerse el examen de ADN si con eso se tranquilizan.

—Luego declara el padre —añadió Adriano—, y listo, la gente se olvida de mí. —Eso pareció tranquilizar a Thomas. Era lo mejor que podían hacer, Sandra se estaba hundiendo sola y quería arrastrar a todos a su perdición, pero no iban a dejarla. La carta aclarando que no tenía nada que ver estaba lista desde hace un par de días, también había una carta similar de Cameron, estaban preparados en caso intente perjudicar a uno de los dos. Y por alguna razón Adriano creía que después de haber arremetido contra él, el siguiente en la lista negra de Sandra sería Cam.

—¿Y es necesario que te vayas? —preguntó Thomas no muy convencido. Hablaba de las vacaciones que ya tenía programadas.

—Tenemos suerte —respondió Barbie por él—, la prolongada ausencia del chef y la novia hará que la prensa se olvide de él un rato, no tendrán a quién acosar. Hablarán que mientras acá hay un escándalo, el chef Hartmann está feliz y tranquilo. Con su carta a la prensa y además el verdadero padre contándolo todo ya no tiene que decir más, es mejor que se mantenga fuera de foco.

—¿Y de verdad confían en las declaraciones del verdadero padre? ¿Estás seguros que no se pondrá en nuestra contra? —preguntó Thomas.

—Lo dudo mucho, señor —explicó el jefe de seguridad—. El estímulo económico no fue necesario. El chico de verdad está indignado con la situación y quiere contarlo todo. Es un pobre ingenuo que cayó en las garras de Sandra Weaver.

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