Capítulo 57: Caos

3.3K 351 69
                                    

Habían pasado varios días sin recibir una "señal de vida" de parte de esos dos, hasta que al fin esa mañana Adriano llamó a Cameron para ver cómo iba todo en su ausencia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Habían pasado varios días sin recibir una "señal de vida" de parte de esos dos, hasta que al fin esa mañana Adriano llamó a Cameron para ver cómo iba todo en su ausencia. Regresaban al día siguiente y quería enterarse de algunas cosas antes. Su amigo estuvo muy contento de escuchar novedades de él y Priss, y Adriano quedó tranquilo al saber que todo estuvo en orden durante su ausencia y que los dramas estaban en pausa de momento. Podría regresar y retomar su trabajo como si nada.

—Mándale saludos a Priss de parte de Anne —le dijo Cameron—. ¡Ah! Y Rachel también les manda saludos, no sabes la última que se le ocurrió.

—Ni idea, ¿qué hizo ahora?

—Quiere hacer la fiesta de Halloween en mi apartamento. No pude negarme, le debo una, y además Anne ya se emocionó con la organización.

—¡Pero falta una semana!

—¿Y eso qué? Vendrás, ¿no? Estaremos todos acá. Según ella es como una fiesta privada.

—Nunca me ha gustado mucho celebrar ese asunto, pero igual supongo que a Priss le gustaría, no voy a negarme. La pasaremos bien al final.

—Claro, eso dalo por seguro. Ahora te dejo, disfruta tu día.

—Si, gracias, Priss me espera. Gracias por la llamada, envía mis saludos a todos.

Cortaron la comunicación y el maître se sintió un poco más tranquilo al saber que por allá la estaban pasando de maravilla. En New York el panorama tampoco había cambiado mucho, Sandra seguía sin dar ni una sola declaración desde que el verdadero padre saliera a dar su versión.

No había sido la primera vez que el joven Mikkel aparecía en los medios. Muchos periódicos quisieron entrevistarlo, también se presentó en la TV. Se podría decir que de momento todo iba bien, aunque muchos desconfiaban del silencio de Sandra. Él la conocía perfectamente e imaginó que eso solo quería decir que o bien se había rendido de una buena vez, o estaba planeando algo peor. Por alguna razón Cam se inclinaba a la segunda opción.

Y la verdad esperaba que no fuera así, ya bastante se había perjudicado con todo. Tuvo que renegociar su integración al staff de Le Cordon Bleu para dirigir las clases prácticas de Cata y Maridaje. Para su sorpresa lo aceptaron de inmediato, supuso que a pesar de toda la mala publicidad que le hicieron igual se había vuelto bastante popular en el medio. Si antes era conocido solo por su trabajo dentro del mundo de la gastronomía, ahora medio New York sabía quién era, donde trabajaba, con quien salía y muchas cosas más. Tampoco era que lo detuvieran en la calle para pedirle autógrafos, pero si sentía que algunos lo miraban fijamente y empezaban a murmurar entre sí para señalarlo. Era algo incómodo, aunque supuso que igual pronto la gente se iba a olvidar de él. Por otro lado, también había otras personas que lo reconocían y eran bastante descaradas, aún delante de Anne.

—Mira, "maître erótico" —le dijo ella irritada mientras caminaban por el Central Park—, si vuelvo a ver que una mujercita te mira con ojos de deseo, pasión y lujuria te juro que no la cuentas.

Calidad TotalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora