Extra 4: Proyectos

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Hubo muchas discusiones al respecto, y Priss sabía que iban a discutir por eso unos meses más

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Hubo muchas discusiones al respecto, y Priss sabía que iban a discutir por eso unos meses más. Adriano insistió mucho, al principio quería hacerla su socia en "The Oak Room", luego insistió en buscarle algún contacto en otro hotel de New York, ya sea para comprar una marca que ya existía o empezar un nuevo concepto. Pero Priss no aceptaba. No quería su ayuda económica, no quería que él use su fama para ayudarla, sentía que se aprovechaba de lo que él había ganado en esos años. No quería ser otra Sandra.

—Tienes que dejarme hacer esto sola, Adriano —le pidió en esa discusión que esperaba sea la última—. Yo te amo, y sé que tú eres el experto. Y por supuesto que pediré tu opinión en todo lo que haga, la tomaré en cuenta y mejoraré. Pero nada más, esto es algo que tengo que conseguir por mí misma, amor. Es mi sueño, es mi vida, mi pasión, lo que siempre he deseado desde niña. Y quiero hacerlo sola, quiero empezar de cero, quiero ganarme todo sin aprovecharme de ti.

—No lo harías, yo sé bien que tú no eres como Sandra. No te estás aprovechando de mí, Priss. Yo quiero ayudarte, de verdad.

—Lo sé, amor —acarició su mejilla despacio y le dedicó una sonrisa—. Sé que tienes las mejores intenciones. Pero esto es algo mío, solo es eso, nada más. A ti no te gustaría que esté metiéndome en tus asuntos del restaurante, ¿verdad?

—No digas eso, sabes que acepto tu opinión, Priss.

—No nos salgamos del tema. Ya no quiero que discutamos por esto, es siempre lo mismo. Haré mi restaurante, ya tengo un local, ya tengo pensado el menú y empezaré a probarlo pronto ¿Aceptarías ser mi juez? No abriré ese restaurante sin la aprobación del paladar del chef Hartmann —se quedó unos segundos en silencio esperando una respuesta. Él suspiró y cerró los ojos, para cuando los abrió ya había tomado una decisión.

—Está bien, Priss. Entiendo, es lo que tienes que hacer. Solo por favor, por favor... no te lleves a Rachel. Nada más.— Priss rio sin poder evitarlo. Y pensar que hubo un tiempo que ella lo odió a muerte, ahora Rachel era junto con Kate un elemento primordial en el restaurante. Era como si Adriano ya no supiera vivir sin esas dos en la cocina, y también sabía que Rachel amaba trabajar ahí. Si no tuviera claro que su amiga estaba perdidamente enamorada de Arnold, se pondría celosa al ver la adoración con la que Rachel trataba a Adriano, diciéndole cosas como "sensei", "maestro jedi", "mi supremo".

—Te la dejo, está bien. Aunque si ella quiere ayudarme...

—No lo hará, soy su supremo. Y me quiere más a mí —presumió.

—Soy su mejor amiga —se cruzó de brazos fingiendo indignación.

—Pediré aumento de sueldo para ella.

—El dinero no lo es todo, chef Hartmann.

—En el caso de Rachel sabemos que me amará más si hago eso —rieron. Claro que sí, era muy cierto. Asunto cerrado. Priss abriría su restaurante, Rachel se quedaba en The Oak Room y fin de las discusiones. Priss se acercó a darle un beso, él la atrajo más cogiéndola del cuello. Se besaron despacio, sin prisas ni temores, poco a poco dando paso a la pasión. Lo importante siempre sería que estaban juntos y eran felices.

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