Capítulo trece

1.5K 142 2
                                    

Narra Jordán:

Despierto con los recuerdos un poco confusos, entonces recuerdo claramente que abrí la boca de más, usualmente no suelo decir las cosas de ese modo pero cuando algo me molesta y me cansa lo suelto completamente todo.

Me siento sobre la cama y de pronto un recuerdo golpea mi mente, ayer hable de más pero eso no fue lo peor sino que se formó un trato cuando yo no quería que fuese así.

«Lo hecho, hecho esta ya no se puede cambiar»—murmuro mientras paso mi mano sobre mi cabeza, estoy frustrado y enojado conmigo mismo. ¿Qué puedo hacer? ya nada.

Seguiré de este modo.

Me levanto rápido y buscó ropa a prisa, me cambio lo más pronto posible pues no tengo tiempo que perder, debo hablar con ella urgentemente.

Mis pies se mueven por sí solos y van casi corriendo por los pasillos.

Si ella habla tendré problemas. Maldita personalidad mía.

Entonces de pronto chocó contra alguien y una voz hace eco en mis oídos—Te estaba yendo a buscar—dice y tan pronto como sé que es ella le tomó del brazo y la hago caminar hacia la habitación de ella—Tenemos de que hablar.

Si, lo sé—balbucea rápidamente—Quiero respuestas y que sean de lo más entendible posible.

Debe estar confundida respecto a lo sucedido anoche.

Una vez en la habitación ella me exige con su mirada una explicación—¿Qué fue lo de anoche?—cuestiona de manera sería.

Antes de comenzar a hablar hago que nadie pueda escuchar fuera de la habitación.

No se puede ocultar ya nada.

—Solo fue la simple verdad—me encojo de hombros—puedo ayudarte a vengarte y de las personas correctas.

Me estoy vengando de ellos—murmura—Las estoy haciendo pagar cada vez que mató a esos monstruos—agrega.

Trueno los dedos y hago aparecer una daga, se la dejo en sus manos y le sonrió—Entonces deberías matar al monstruo que esta delante tuyo o dejar que te tienda la mano—al oírme se tensa mientras da un brinco hacia atrás guardando distancia entre ambos.

¿Eres uno de ellos?—pregunta nerviosa—¿Qué quieres? ¿Qué buscas monstruo?

Río ante sus preguntas y el miedo evidente—¿Monstruo? Bueno no voy a negarlo porque eso es lo que soy, más sin embargo tú no eres pan de Dios, ¡Eres como nosotros!—le miro y niego—lo olvidaba Eres peor que nosotros ya que has matado a tu propia raza.

Talvez estoy diciéndole esto para que tenga dudas, quizás lo hago solo para que al final acepte lo que ya es.

—¿De que estas hablando?—balbucea confundida, se nota en su mirar el hecho de que no comprende.

Suspiro para calmarme—Eres mitad vampira Catelyn—suelto—Es lo que esos mortales te han ocultado, mira—señalo el lugar—te han traído para ser un arma contra los tuyos.

—No, eso no es verdad, estas mintiendo—grita—es una mentira ¿cierto?—la daga en sus manos temblorosas caen a un lado y sus piernas pierden fuerza poco a poco se desploma al ver mi mirada totalmente sería, ella lo sabe, sabe que no miento.

No miento, tampoco tengo razones para hacerlo—digo—Sabes esa marca en tu muñeca es el signo de que el trato está firmado, tú me perteneces y yo haré lo que sea para que tu venganza se cumpla.

Sus ojos parecen querer llorar pero ella no lo quiere permitir—¿De qué sirve? ¿Voy a matar a quienes han cuidado de mí? No, no podría.—habla—Talvez hay una explicación para todo esto—se intenta engañar a sí misma como cualquier otro humano.

No soporto verla así ni a ella, ni a nadie, no soporto a esos humanos que se mienten menos a los de mi igual.

Me agachó junto a ella y le tiendo mi mano—Vamos sabes que quieres que paguen por ello porque intentas ocultarlo—sonrió de manera amable.—Ellos te lo quitaron todo puedes hacer lo mismo, a mi madre también le hicieron eso pero yo los elimine por ella—mi voz hace que levante la mirada y me mire—Si Eres mía nadie puede tocarte y cualquiera que lo haga sufrirá las consecuencias, si estás conmigo no volverás a pasar por ello. Tendrás todo el poder y tu deseo será el mío.

«Caer en la tentación es inevitable cuando la oferta es tentadora.»

¿Por qué alguien como tú me ofrecería algo asi?—su pregunta es muy buena pero mi respuesta es mejor—sencillo Catelyn, desde que te vi me cautivaste, te quiero a mi lado.

Su mano duda en agarrar la mía pero por último lo hace con una sonrisa—Tú no puedes traicionarme—menciona y yo le devuelvo una—Jamás he traicionado a alguien pero si he matado a traidores.

Le ayudó a pararse entonces ella pregunta—¿Cuál es tu plan?—su rostro muestra innumerable curiosidad pero no es tiempo de decirle cual es—Pronto lo sabrás, si me disculpas debo ir a resolver pendientes.

Salgo del cuarto y me encaminó a mi habitación.

Narra Catelyn:

No sé si hice bien en aceptar pero esos ojos vacíos y esa mirada que conoce el dolor me hacen pensar: "Él no me va a traicionar"

"moriría antes a traicionarme"

No le conozco pero sé que puedo confiar en él.

Ahora lo sé, soy como el, la única diferencia es que él lo escogió para protegerse y a mí me han forzado a serlo desde aquel día.

«Ya no tendré piedad con nadie.»

El príncipe del Inframundo [#3]©Où les histoires vivent. Découvrez maintenant