Capítulo veintitrés

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Al día siguiente la primera en despertar fue ella, durante el tiempo en que estuvo despierta no pudo evitar recordar lo sucedido en la noche.

Ella no esperaba que él pudiera calmarla tampoco esperaba entre sus brazos encontrar la paz y calidez que nunca antes había sentido.

Al poco tiempo Jordán se levantó y la miro con una sonrisa—Veo que estas mejor—habló el.

—Si, muchas gracias por lo que hiciste ayer—agradeció sinceramente—¿siempre te atormentan en sueños?

De vez en cuando—aclaro—no siempre es igual pero duele porque fui la causante de su muerte, lleve a la muerte al próximo alfa de una manada, un alfa que nunca se llegó a coronar porque la muerte vino primero que aquella fecha.

—Te culpas de algo que de todas manera hubiera sucedido—habló el caminado hacia la salida del cuarto—Su muerte ya estaba destinada, que muriese por ti fue una casualidad, de no ser así habría muerto en manos de otro.

Jordán sabía de quien hablaba ella, recordemos que puede ver los recuerdos de las personas, su habilidad para verla mejoró a tal punto que no necesita entrar en la consciencia de alguien para poder ver sus recuerdos.

Nadie puede decir que es como dices—murmuro ella en voz baja más sin embargo él la escucho—Puedo decirlo porque lo sé.

Eso fue lo último dijo Jordán antes de dejarla sola en la habitación.

Narra Catelyn:

Salió sin esperar a que le contestará y talvez solo talvez fue así porque sabía que le preguntaría y el tema sería tan largo que no acabaría hoy.

—Debo dejar de pensar en el pasado, lo hecho, hecho esta—respire profundo calmando mis nervios y salí de la habitación.

Baje por las escaleras, al hacerlo solo mire a Ethan quien estaba en la Sala.

—si preguntarás por Jordán, ha salido, está arreglando todo para la presentación de mañana—aviso con amabilidad.

¿Por qué tan pronto?—me atreví a preguntar, tenía curiosidad por la razón de él al apresurar todo.

—No se puede dejar al pendiente, además debe cumplir su promesa con el reino—menciono—de encontrar a quien sería su pareja el mostraría su rostro.

¿Nadie ha visto su rostro?—pregunte dudosa, Ethan negó—desde que comenzó este imperio los demonios han seguido a Jordán sin saber quién es, nadie pregunta sobre su rostro o edad, se han conformado con saber que él les protegerá.

—Además creo que es mejor si saben a quién siguen—suspiro—es mejor que todo se dé a conocer pronto.

Pero y si no es aceptado, si ellos no ven bien el hecho de que el gobierne—dudé por un segundo en preguntar pero al final lo hice—¿Qué sucederá?

—Tendrán que aceptarlo, Ellos no pueden ir en contra del príncipe, el creo y mantuvo este Reino de querer destruirlo puede hacerlo—aseguro, Ethan estaba lleno de confianza pero sobre todo confianza y lealtad a una sola persona.

Me senté en el sofá y le pedí que me acompañara—cuéntame más sobre él, quiero saber sobre su vida.

Ethan no quería hablar al principio pero accedió al final.

—Bueno su madre me encargo cuidarlo cuando apenas tenía poca edad, no sé cómo haya sido su vida antes de ello, pero su mayor parte de infancia no existió, poseía conocimientos que ningún otro demonio tenía desde hace mucho tiempo—explico—él adora a su madre, por ella haría lo que fuera y eso fue lo que hizo, el quito a quienes se interponían en el camino a la felicidad de su madre, para ello venció al antiguo rey.

¿Te podrías imaginar a un niño luchando contra a un demonio experto?—negó con la cabeza—tal vez fue suerte o el destino quien decidió la victoria, al final él se adueñó de todo lo que le pertenecía a ese rey.

El siguió hablándome de Jordán, de sus formas de ser y actuar, de esa elegancia al caminar y su manera de burlarse de los demás, pero ninguna sola vez menciono una debilidad suya, contó sobre traiciones y experiencias pero no en un ámbito profundo, solo fue una leve explicación sobre su vida pero aun así sentí que había mucho por descubrir, muchas cosas más que eran dolorosas pero no debían tocarse o hablarse.

Talvez solo fui yo la que lo pensó de ese modo, pero con cada cosa hablada en aquella sala me sentí tan patética, por que las cosas que me atormentan seguro no eran nada comparado con lo que el veía y tenía que vencer cada noche en sus sueños.

El príncipe del Inframundo [#3]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora