Capítulo veintinueve

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El señor se marchó para dar el anuncio en su reino.

Y en cuanto lo hizo el vampiro presente habló.

—Sin duda alguna tienes un talento innato para conseguir lo que quieres—alabó con una sonrisa este.

Jordán inclinó su cuerpo tomando el alago del viejo vampiro—Como debería ser.—repuso su postura y regalo una sonrisa ladina mostrando lo orgulloso que estaba de él mismo.—Debo agradecerle a usted también que ha formado parte de esto.

—No hice la gran cosa—murmuro él vampiro—la mayoría lo hizo su Alteza, debo admitir que usted no tiene corazón. El señor Demian perdió un hijo inútil a cambio debería sentirse alagado porque usted le ha propuesto unirse a nosotros.

Así es.—respondió Jordán.

Con su permiso su Alteza, me despido, aún hay muchas cosas que hacer—dijo el viejo vampiro antes de desaparecer.

Narra Jordán:

—Me dio lastima el señor Demian—murmuro Catelyn a mi lado.

Asiento.

La daba pero como príncipe de mi Reino no debo tener compasión con quienes sean peligro para mí, ni mi gente.—le digo, tocó su mano y depósito un beso en esta—Un día lo entenderás Catelyn, la calidez y el deseo de proteger a quien cree en ti y quienes quieres.

Ella soltó mi mano y sonrió—Un día, seguramente.

—Debo ver la ejecución de Liam, nos vemos al rato Catelyn—murmuro amablemente con una sonrisa y me alejo, tomando el camino a la sala de torturas.

Hoy es su muerte.

Camine por el largo pasillo hasta la puerta, disfrute el recorrido silencioso y al llegar ahí estaba Ethan.

Como siempre mi más fiel y leal servidor.

—ha llegado su Alteza—murmuro cortésmente al verme, pues ahí estaba el castigador—¿Deberíamos comenzar la ejecución?

Asentí con la cabeza—Dadle 40 latigazos—ordene en tono neutral.

Los látigos comenzaron a estamparse por su espalda y en el doceavo latigazo la sangre ya comenzaba a brotar del cuerpo, un humano no aguantaría doce golpes, pero un demonio sí.

Lo que nos caracteriza a los demonios es eso, un cuerpo resistente, a nosotros nos dotaron de inteligencia, resistencia, habilidad y poder, como demonios podríamos dominar a las demás razas pero eso no tendría sentido.

La vida no tendría sentido ni emoción si eso hiciéramos, es mejor darle su espacio y libertad a cualquiera, pero eso no significa que tengamos piedad si atacan.

40—murmuro el que blandía el látigo—¿Que más ordena príncipe?

Me miro esperando la orden, sin embargo lo que seguía no podía ni ese hombre hacerlo.

—Su trabajo ha terminado, retírate—ordene, el me miro confuso—Que te largues, me haré cargo a partir de ahora.

En cuanto eleve la voz, salió casi corriendo, talvez era por temor a que él pagara las consecuencias.

Pobre hombre Jordán, parecía que se le salía el alma—murmuro burlón Ethan.—bueno cambiando de tema ¿Qué le harás?

Mire su cuerpo hincado en la guillotina, si tan solo tirara de la cuerda su cabeza volaría más sin embargo eso no era lo que yo quería.

Quería destrozarlo tanto por fuera como por dentro.

«Juzgare sus pecados»—murmure con una sonrisa de lado—Que el fuego limpie tu alma.

Levanto su mirada y me miro con odio.—Eres un bastardo, ¿este era tu plan?—elevó la voz.

—En realidad este fue mi Contrataque, no creas que no sé qué querías atacar a mi gente y por ello planeabas una conspiración con la manada Luna oscura a la cual convenciste—hable con la verdad, no tenía por qué mentir.

Se comenzó a reír a carcajadas, de pronto se calló—ya veo, siempre lo supiste, tal como se esperaba de ti, no debí confiarme tanto—hablo—¿con que cargo vas a matarme?

Me acerqué a él y sonreí—Es simple, no planeó poner ningún cargo, la gente murmurara que fue por la ley de la raza y otros porque planeabas una conspiración contra mi reino—camine hacia donde había una cuchilla y la tome—Lo mejor es que cada quien pensara lo que quiera y habrá más temor, quienes te seguían no se atreverán a atacarme y quienes veían a mi mujer apartarán la mirada de ella.

—Dos pájaros de un solo tiro—murmure, avance con la cuchilla y la enterré por en su espalda, el dejó salir un grito desgarrador de su garganta.

Grito con tanta fuerza que su voz se perdió entre las paredes de la Sala de tortura, la sangre escurrió bañando su espalda por completo, pero no me detuve ahí, hice que el cuchillo recorriera su espalda entera, que abriera cada trozo de su piel, a pesar de los gritos y las súplicas no pare hasta dejar cada parte de su cuerpo llena de heridas a causa del deslizamiento profundo de mi cuchilla en su piel.

Hice que mi llama del infierno quemará su piel, que le hiciera sangrar sus heridas más y más hasta casi quedarse sin sangre.

Ethan miro asqueado la escena sin decir nada.

Mientras yo lo destroce físicamente tanto como mentalmente, no hubo quien me detuviera, no hubo compasión en mí y al final solo deje caer la cuerda para que su cabeza rodará.

El viejo vampiro tenía razón.

No tengo corazón.

Las personas con gran edad pueden notarlo, en mí no hay compasión y la humanidad que tengo es solo por lo que protejo, si ellos desaparecen yo perdería el control y solo sería una cáscara vacía llena de venganza.

Desde que nací no tengo corazón y si lo tenía con el tiempo lo enterré.

Para mi Catelyn es mi corazón y si a ella o a mi Reino algo le sucede yo pierdo mis emociones.

«Entonces solo sería destrucción, es más ni eso, sería el mismo caos, la destrucción de las razas, porque yo no tengo el control de mis emociones negativas cuando estas desbordan me vuelvo un ser sediento de sangre.»

Eres un sádico—habló Ethan llegando a mi lado—Me da asco, incluso si soy un vampiro, ver esto es el peor escenario que he visto en mi vida, que por cierto he vivido más de lo que tú.

Lo sé—me encojo de hombros—pero eso se lo merecía, no debía meterse en mi camino, no debía planear atentados contra mi Reino, no debía mirarla.

Me doy la media vuelta y me sigue—Bueno de todos modos ya me acostumbre a ver tus escenas sangrientas y descontroladas, no es algo nuevo, me sigue dando un poco de asco pero ya no como antes.

—Sabes, cuando te vi hacer esto por primera vez me di cuenta de que abandonaste muchas cosas, que pasaste por cosas imaginables—murmura Ethan en cuanto me alcanza—Podrás ser el peor sujeto de la historia, pero al final solo quieres no ser traicionado por ello no confías, por ello te deshiciste de tus emociones y de muchas cosas.

Le miro y río—probablemente fue de ese modo—le digo, la verdad es que ni yo sé cuándo me volví de este modo, solo sé que soy el mismo Infierno.

«Un día arderé junto a este mismo infierno»

Se despidió y entró a su cuarto, yo hice lo mismo, fui a mi habitación.

La ropa estaba empapada de sangre, era consciente de eso, pero eso ya no importaba, ella sabía quién era yo, y a ella no le importaba pues estaba seguro que sabía que a ella jamás le haría daño.

A ella yo la amaba tanto o más como ella me amaba a mí.

(♥'∀`)/(♥'∀`)/(♥'∀`)/(♥'∀`)/

Hola chicos y chicas.

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Que tengan una linda madrugada, saludos a todos ustedes.

El príncipe del Inframundo [#3]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora