prologo

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Cancion  ha- ash perdon les recomiendo que la escuchen

Enero

-¡Oh, dios mío, compañero!

Compañero, compañero.

Carly se tensó en los brazos de Andrew, sus sentidos de conejo brincando
salvajemente mientras escaneaba el interior de Honey´s bar y grill. Los miembros de la madriguera y de la manada estaban reunidos casualmente para celebrar el emparejamiento de su mejor amiga Maya con el Alfa de la manda.
Después de ayudar a Maya Su BFF desde el primer grado con su primer cambio, Carly esta relacionándose
con ellos y obteniendo un poco de diversión. Y ahora había encontrado a su compañero.
¡Whee!

-“¿Carls?”- la voz de Andrew se elevó para que Carly lo pudiera escuchar sobre el ruido de la música.
-“¿Qué pasa?”
-“¡Andrew!”- ella se inclinó hacia adelante para susurrar, gritar.

Más grito que susurro y con una buena dosis de alarido.
-“¡Encontré mi compañero!, ¡Está aquí!”

No pudo evitar la excitación que se escuchaba en su voz. Había encontrado al hombre con el que pasaría el resto de su vida, el que sería padre de sus hijos. Ahora, solo tenía que encontrarlo.

-“T-t-tú compañero.”- escupió Andrew.
Ella retrocedió para mirar su expresión… rara. Andrew se veía como si hubiese
sido golpeado, estampado, escupido y después alguien hubiera pateado a su mascota. Bien, él no tenía mascota, pero si la tuviera, hubiera sido estrangulada hasta que estuviera difícilmente respirando.
-“¿Justo en este momento?”- el apretó sus brazos y su agarre mientras los
segundos pasaban, su abrazo casi doloroso mientras él se enfocaba intensamente en ella.
-“¿Estás segura?”
-“¿Andrew?”
-“Lo siento. Pensé…”- el tragó con dificultad y la dejó ir, la tristeza evidente en sus ojos. -“Lo siento. Adelante. Encuéntralo.”

Carly frunció el ceño. Ella siempre supo que Andrew sentía por ella más que el
cariño de un simple amigo, aun así, su reacción le pareció más fuerte de lo que había
anticipado. Quizá el haber encontrado a su compañero justo ahora era perfecto.
Esperanzadora mente, mientras ella pasara más tiempo con su nuevo compañero recién encontrado y menos tiempo con Andrew, sus sentimientos se desvanecerían.
Otro rastro de la esencia almizclada de gotas de lluvia y narcisos flotó hacia ella y dio un paso fuera de los brazos de su amigo. Ella pensaría en los sentimientos de Andrew… después. Ella necesitaba encontrar a la fuente de esa delicia. Ahora.
Ella se movió alrededor de la gente, sonriendo gentilmente a varios de los
miembros de la madriguera y manteniendo un ojo en los leones que la miraban como si fuera la cena.

Suprimió un estremecimiento junto con el rastro de temor que se había acumulado en su pecho. El miedo simplemente forzaría a los felinos a perseguirla y agregar carne cruda de conejo al menú.
Eso no era algo bueno. Maya había sido considerada como un miembro honorario de la madriguera (por lo tanto los conejos asistirían) pero Carly no necesitaba tentar a los carnívoros.
Un hormigueo del olor de ese macho se cruzó en su camino y ella lo siguió aún
más lejos. Alrededor y a través de varios grupos por los que pasó, más cerca de su meta a cada paso que daba. La esencia de su presa crecía mientras se acercaba al bar y ella miro al grupo de cuerpos ahí reunidos.
Muchos machos se alineaban a los largo de la pieza de madera pulida y los miró a todos. Reconoció a un par de conejos (su Prima Beth entre un par de chicos, coqueteando y tentándolos) y descartó su presencia. Los conocía desde que era pequeña,
una cachorra con sus hermanos. No había ninguna manera de que alguno de ellos pudiera ser su hombre. Lo que dejaba a otros tres como candidatos.
Carly se acercó, miro a la espalda de cada uno de ellos mientras pasaba por ahí.
Subrepticiamente, olió, se acercó y reunió sus esencias, tratando de no verse como una acosadora. El primer hombre olía como si se hubiera bañado en alcohol con matices de
tristeza y de fuego arbolado cubriéndolo.
-“¡Yo!, ¿me darás otro rubita?”
El barman deslizo una cerveza por la barra.
-“Aquí tienes Ricker. A cuenta de la casa.”
El nombre del macho le recordó algo, pero no pudo saber qué. No que importara.
Su chico era todo olor de lluvia por la mañana. Su favorito.
Dos pasos la llevaron al siguiente y repitió el proceso: un olfateo, una respiración profunda y luz del sol cayó sobre ella.

Nope. Ella quería dientes de león con gotas de lluvia, maldita sea. Carly sabía
cuándo escuchar. Además, los dientes de león eran la droga de su conejo y sería adicta de por vida.
El tercer macho… ella se estremeció, en parte por disgusto y en parte con
excitación.
Maldito proceso de eliminación.
Tenía cabello rubio y piel profundamente bronceada. Por supuesto, ella habría sido capaz de ver algo más de él si no fuera por la rubia delgada que estaba envuelta
alrededor de él como una manta.
Se dio la vuelta en su taburete para encarar a la mujer y envolvió los brazos
alrededor de su cintura, sonriendo mientras la abrazaba más cerca, mostrando un sexy
hoyuelo.
La mujer ante él saco su labio inferior poniendo mala cara.
-“Me amas, ¿no es así, Neal?”
Él se inclinó más cerca y la besó, dientes mordiendo el labio inferior de la rubia.
-“Por supuesto cariño.”
Sus manos viajaron hacia abajo para apretar el trasero de la mujer y eso provocó nauseas en el estómago de Carly. La esencia de la mujer (humana) la golpeó solo un momento antes de que la esencia de Neal se filtrara en su piel. Almizcle masculino, lluvia de primavera y dientes de león.
Su compañero, su hombre, sentado ante ella, con las manos sobre otra mientras
proclamaba su amor por ella. ¡Oh dios, iba a enfermarse!, Carly gimoteó y tragó para evitar el vómito que viajaba para abrirse paso por su garganta. Había sido tan ingenua, tan creída de las historias que sus padres le habían contado durante años.

Ella siempre había imaginado a su compañero como alguien que se habría
guardado su amor (por lo menos su equipos para hacer bebes) para ella y solo ella.
Nunca le había dado su corazón a nadie y aquí estaba él…
Ella dio un paso atrás y su movimiento atrajo su atención. Ojos azules se enfocó
en ella mientras las ventanas de su nariz se ampliaron y ella vió el conocimiento de su conexión atravesar su cuerpo. Sus músculos se tensaron y el dejó ir la cintura de la mujer, tomó sus muñecas y la forzó a que lo soltara.
-“¿Neal?”- se quejó la rubia.
El dolor de Carly anuló el deseo de su coneja de quedarse. Su corazón humano, tan inexperto como era, se sentía malditamente aporreado. Sí, probablemente estaba actuando como una débil hembra llorona, pero no le importaba. Necesitaba estar sola.
Se movió pasando a los clientes, deslizándose aquí y allá hasta que llego a un pasillo poco iluminado. ¡Oh dios!, los baños, se podría esconder, reunir coraje para enfrentar al
macho.
El hombre que tenía una mujer humana en su corazón.
La puerta del baño de las mujeres estaba a la vista, incrementó su velocidad. Aun así a medio metro de distancia de ese santuario, fuertes brazos la rodearon, un cálido
rostro enterrado contra su cuello.
-“¿A dónde vas, cariño?”
Carly (estúpida, inocente, niña tonta) parpadeó para hacer retroceder sus lágrimas.

-Cariño…

Chicas quieren que le siga dejen me sus comentarios y si llegamos a 30 estrellas les pongo las continuación para saber si les gusta la historia

Mi Pequeña Bola De Pelos ( TERMINADA)©Where stories live. Discover now