capitulo 3

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Un golpe la despertó y se dio vuelta con un gruñido. Una mirada al reloj reveló
que eran cerca de las cinco de la tarde y se dio cuenta de que había estado en la cama todo el día. Entonces todo se derrumbó.

Joder, el dolor martilleó a través de ella, la perdida de Beth aun la golpeaba de
adentro hacia afuera. Incluso su coneja estaba deprimida, ya no clamaba encontrar a su compañero y juguetear con él.

Tomó un profundo aliento y lo dejó salir lentamente. Necesitaba salir de la cama y encontrar algo para comer. Tenía los ingredientes para una ensalada…
Otra ronda de golpes llenó la habitación y se forzó a si misma a salir del suave
refugio que era su cama. Quien quiera que fuera, no se iba a ir.

Caminando a través de la casa, arrastró los pies en el piso, pero rápidamente se
dio cuenta de que los sonidos venían de la parte trasera.

Oh. Sí. Su puerta. Bien, al menos alguien había enviado a un carpintero para
arreglar lo que Neal había hecho.
Neal. Infiernos, aun punzaban los pensamientos sobre su compañero. Sabía que (eventualmente) tendría que enfrentarlo y solucionar las cosas. Parte de ella quería simplemente abrazarlo cerca y tomar lo que sea que él estuviera dispuesto a darle. La otra mitad de ella quería exactamente lo que Maya tenía con Alex. ¡Ella ansiaba un felices-para-siempre de Disney, maldita sea!
El martilleo comenzó de nuevo y se dirigió a la cocina, escaneando
cuidadosamente por cualquier señal de madera que pudiera estar esparcida en el suelo y lista para pincharse en sus pies.

Pero toda había sido barrida y una mirada al pasillo de la entrada le mostró que la madera contrachapada estaba en su lugar. Bien, al menos nadie se arrastraría por la entrada.

Curiosa por ver su salvador, el aleja-bichos, se dirigió a la pequeña ventana sobre el lavabo y la abrió, el marco sonando sobre la madera. Una ahora familiar esencia voló hacía ella. En un parpadeo la coneja de Carly se despertó, la bola de pelos rodando sobre sus pies y ronroneando alto hacia el cielo.
Neal.

-“¿Qu…? ¿Qué estás haciendo aquí?”
Su compañero (gah, su compañero) dejó de hacer lo que estaba haciendo y miró
hacia arriba con una amplia sonrisa. Unos cuantos golpes más de su martillo contra un clavo y luego se volteó moviendo sus caderas con cada paso. Sus botas de vaquero repiquetearon en su porche.
Dios le había dado a Neal una doble dosis de sex appeal y no era justo. ¿Cómo se suponía que se iba a resistir a sus encantos si lo único en lo que pensaba era en desnudarlo?

-“Hey, suertuda.”

Él se paró delante de ella, la ventana manteniéndolos separados y se reclinó sobre la casa, con las manos en cada lado de la ventana.

-“Solo vine a hacerme cargo de mi chica. Alex tenía a alguien vigilando el lugar,
pero me quería asegurar de que estabas bien segura.”

Neal se enfocó en ella, los ojos viajando por su cara, ella sentía como que podía
ver dentro de él directamente a su alma. Apartó su mirada y escuchó un suspiro que ignoró pues no estaba lista para aceptar que quizá su comportamiento le lastimaba también.

-“También estoy aquí para sacar a pasear a mi chica.”
Lo miró.
-“No lo creo. Yo…”
-“Tú quieres llegar a conocerme mejor. Ver que soy hombre de una sola mujer y que puedo ser el mejor maldito compañero de Ridgeville.”

Sonrió, la esquina de sus labios haciendo una pequeña mueca. Odiaba su sonrisa.
La amaba, pero la odiaba igualmente.
Y no quería el mejor compañero, solo lo quería enteramente para ella.

-“Diría que del mundo, pero estoy seguro de que la cagaría de nuevo. Si puedes
aceptar que tan solo sea el mejor de pueblo, te prometo que hare mi mejor maldito esfuerzo para hacerte feliz.”

-“Neal…”
Una vulnerable petición se deslizó por su expresión.

-“Somos compañeros Carly. No tiremos eso a la basura. De todos modos, ya
estamos emparejados de por vida. No hay nadie más para ninguno de los dos. Vamos a darle una oportunidad ángel. Puedo ser el compañero que mereces.”

Ella se derritió. Justo ahí.

Por el gran, malvado Neal Landry casi se rompió y (casi) le rogó para que la tocara y disipara un poco del dolor que había estado cargando todo el día.

Carly asintió.

Okay.”- Respiro profundamente.
-“Sí. Podemos hacer esto.”
Ella no viró en el pensamiento de „no puede ser posible‟ que había estado
pensando. Habría dicho „te diré después‟… mientras lloraba sobre su helado con Maya
como en la primera vez que se dio cuenta que le había dicho „cariño‟ a otra mujer.
-“Muy bien, entonces. Ve a limpiarte y estaré de vuelta en una hora.”
La sonrisa de Neal casi la cegó y ese hoyuelo hizo que sus rodillas se debilitaban.

Su compañero desapareció de la ventana y le observó juntar sus herramientas.

-“Neal, espera. ¿Ahora? Tengo que… Ian y Devlin…”
La mirada que le dio estaba llena de culpa y tristeza y volvió con ella.
-“Primero, quiero que sepas que te estoy llevando a salir porque quiero hacerlo.
Segundo, Ian se quiere asegurar de que estás protegida hasta saber qué le pasó a tu Prima. Él ha llamado a algunos refuerzos, pero aún no tiene nada concreto.”
Una mirada pasó por su expresión, algo parecido a la preocupación y un
conocimiento que él no quería compartir.
Ella se mordió la lengua y se tragó las palabras que le burbujeaban dentro. Él
sabía algo… y no lo compartiría.

-“Tu hermano te iba a mandar a un guardaespaldas.”- gruñó Neal -“Pero no puedo soportar la idea de otro macho cerca de ti.”- Sus brillantes ojos azules se oscurecieron hasta casi un azul marino.

-“Eres mía.”

”

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Mi Pequeña Bola De Pelos ( TERMINADA)©Where stories live. Discover now