capitulo 2

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El capuchino caliente de vainilla se deslizo hacia abajo por la garganta de Carly, calentándola de adentro hacia afuera, llevándose lo lejos lo helado de la mañana. Le dolían muchos deliciosos lugares, pero aun los preciosos recuerdos de la noche pasada no podían borrar la herida y la decepción que había crecido en su pecho.
-“Cariño.”
Ahora estaba emparejada con un hombre que estaba más cómodo debajo de una falda que parándose derecho. La falda de una rubia en particular. Tomó otro sorbo, dejó que el dulce sabor fluyera por sus papilas gustativas.
El sonido de nudillos golpeando la
madera de la puerta trasera cortó a través del silencio de su cocina.

-“¿Carly?, ¿Nena? Abre la puerta.”
Ella bufó. ¿Nena? Así que ahora era nena. Al menos eso era un avance.
Lo ignoró. En ese mismo momento no podía lidiar con él. Parte de ella (la parte peluda) estaba extremadamente feliz con los resultados de la pasada noche. Su jodida coneja estaba saltando alrededor de su mente, chillando y brincando, rodando sobre su lomo aquí y allá y actuando como una tonta enferma de amor.
Heh. Amor. No, el amor no tenía nada que ver con el emparejamiento. Nope. Era todo instinto, atracción animal.
Los corazones nunca entraban en el juego. Seguro. Quizá algún día…
Carly escuchó el profundo suspiro de Neal y se forzó a no moverse. La coneja quería confortar a su compañero, frotarse sobre él y hacerlo sonreír.

-“Carly…”- el timbre de un móvil le interrumpió y ella se forzó a no escuchar, temiendo escuchar otro „cariño‟. -“¿Hola?”- su voz tenía más de un indicio de fastidio.
Un furioso golpeteo trajo a Carly de vuelta sorbe sus pies. Aun podía escuchar a Neal en el jardín trasero, así que no era el vaquero del frente. Dejó la taza en la mesa
antes de ir a la parte de enfrente de la casa. Otra ronda de golpeteos y ella incrementó su ritmo.
-Geez, el visitante era impaciente.
En la puerta, echó un vistazo por una de las ventanas de cada lado de la puerta y se apresuró a dejar al visitante (no, a los visitantes) entrar.
En el mismo segundo en que la puerta se abrió, se encontró rodeaba en un fuerte abrazo de león, que le dio su mejor amiga Maya; y casi, casi la mató ese abrazo. Con la cabeza en el hombro de Maya, se quedó mirando a los cuatro hombres que estaban
parados en su pórtico y levantó las cejas.
Después de la luna Gaia, la mayoría de los cambiantes estaban muertos para el mundo por un rato. Tener sexo toda la noche podía hacerle eso a un cuerpo. Pero aquí estaban muy temprano, cuatro de los hombres más calientes que conocía y la Prima de la manada. Seguro, quizá el compañero de Maya se lo había puesto fácil ya que ella
estaba de seis meses de embarazo y con gemelos, pero por lo que había escuchado, los guardias de su BFF eran como los conejitos energizer
(pero en, leones).
-“Así que. Uh…”
Los cuatro hombres cuadraron sus hombros. Muy bien, entonces.

Cuando el sonido de hipo y sorbidos de moco llegaron a sus oídos, Carly se
imaginó que debía ser una cosa hormonal y se figuró que tendría que tranquilizar a la mujer.
Envolvió los brazos alrededor de los hombros de Maya, acarició su espalda y trató de bromear un poco sobre su compañero.
-“Hey, no puede ser tan malo. No es su culpa tener disfunción eréctil. Es un poco viejo, ¿no es así? Le daremos unas pocas pastillas azules y todo irá bien. Podemos ordenarlas en Canadá o en México aún sin tener prescripción.”- su amiga se tensó en sus
brazos.
-Te tengo.
Maya la apartó y sostuvo a la distancia de un brazo con fuego en sus ojos.
-“¡Oh dios mío!, no tiene disfunción eréctil. ¿Cómo puedes…?”- Sacudió su
cabeza y estrechó sus ojos -“Solo quieres que deje de llorar.”- Bufó. -“Bien. Estoy un poco emocional, pero tengo una buena razón.”
Maya pasó como una brisa a un lado de ella y fue a la parte trasera de la casa.
Probablemente para conseguir algo de helado. De verdad, Carly necesitaba comprarse su propio helado de Ben y Jerry’
Con un gruñido “Entra”, siguió el rastro de Maya por el pasillo y justo como ella
había sospechado: tenía un cartón de helado en las manos y había subido sus pies a un par de sillas.
-“Seguro, perra, siéntete como en tu casa.”

Mi Pequeña Bola De Pelos ( TERMINADA)©Où les histoires vivent. Découvrez maintenant