continuacion cap 1

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Cancion Vestida de azucar - gloria trevi escuchen la cancion

Peligro Carly Thompson. ¡Peligro!

-“¿De qué estás hab…?”
-“Después.”
Su voz era un profundo gruñido que alcanzó aún a su coneja interna.
Y entonces, era demasiado tarde.
Los labios de Neal eran suaves, delicados y tentadores mientras la besaba por
primera vez. Su piel era como pelaje de la más suave seda, gentil mientras frotaba su boca con la de ella, su deseo creció. Su coño dolió y se mojó, alistándose para él.
No debería. Definitivamente no debería. Nope. Un uh.

Pero entonces, el profundizó su conexión, tocó su labio superior con su lengua y ella no pudo evitar su respuesta. Gimió y él inmediatamente tomó ventaja, deslizó la lengua en su boca y la acarició. Carly movió sus manos para abrazarlo una vez más, asió sus hombros como si fuera una balsa y se colgó de él, desesperada por más.
Neal. Su Neal. (Soy tan debil)
Al menos por esta noche.
Músculos bien entrenados y en tensión se flexionaron y se movieron debajo de sus palmas, su suave piel atrayéndola a explorar.
Su compañero hizo lo que ella silenciosamente le rogó. Ella abrió las piernas y Neal bajó su cuerpo sobre el suyo, alineados de pies a cabeza. Su polla, dura, gruesa y larga, vino a descansar en la coyuntura de sus muslos, atrapada entre sus cuerpos y
marcando su cuerpo con su calor.
Carly enterró las manos alrededor de su cuello, paso sus manos tamizadas a través de su cabello y lo acarició, deleitada con las texturas de su piel y por los mechones de su cabello. Su sedosa melena fluyó a través de sus dedos, danzando sobre su piel.
Todo el rato, su lengua danzando con la de ella…
De verdad que Neal sabía como a lluvia de Primavera y los más frescos narcisos que los conejos conocían. Él, simplemente, era su droga y ella nunca querría dejarla.
Su compañero gimió y sus caderas se flexionaron, mandando su polla a deslizarse por su hendidura, el miembro rozando su clítoris y un escalofrío de incontrolable placer corrió por su cuerpo.
No solo era su polla lo que estaba rígido. No, su cuerpo entero estaba hecho de
granito, duro pero con hermosas líneas y el la tocaba con una gentileza que ella apenas podía creer posible.
Carly abrió sus muslos aún más, le dio más espacio para darle la bienvenida a más de su peso, deleitada con la manera en cómo este depredador la trataba como si fuera fina porcelana china.
Entonces era su turno de gemir. Él profundizo el beso, tomó el control y la
dominó con su lengua, dientes y labios. Neal probó cada centímetro de su boca,
tentándola al imitar lo que estaba pronto por venir y mordió su labio inferior dándole un indicio de su inminente emparejamiento

Porque ella lo dejaría. Dejaría que sus caninos entraran en la vulnerable piel de su hombro y ella le haría lo mismo. Había pasado seis meses. Seis meses de querer, necesitar y negar sus instintos. Lo que estaba destinado a ser, sería.
Ella solo rezaba porque su corazón pudiera soportar los golpes. Pero no tenía tiempo para preocuparse por el futuro, no cuando sus dientes se enterraron en sus labios,
sacaron sangre y entonces esa lengua talentosa lamió la punzante herida.
Con esto, su coño se apretó, ciñéndose y rogando ser llenada. Estaba desesperada por ser estirada por su compañero, tomada y forzada a someterse. Ansiaba su posesión
como a su siguiente aliento… o como a un claro de narcisos. Siendo los narcisos lo más importante de los dos, por supuesto.
Carly dejó su cabello, los dedos deslizándose a través de los mechones con facilidad, acariciaron su cuello, exploraron las fieras líneas de sus hombros. Esas deliciosas caderas suyas se movieron de nuevo y eso envió una sacudida de éxtasis a
través de ella. Clavo la uñas en su piel, penetrando la carne con las uñas parcialmente cambiadas y Neal se estremeció, todo su cuerpo sacudiéndose. Ella casi gimió contra
sus labios… a su grande y malvado león le gustaba un poco de dolor.
Su talentosa y perversa boca se alejó de la suya, pero ella lo persiguió, la lengua y labios tratando de tentarlo para que regresara. Ella ansiaba su sabor, su esencia.
-“Neal…”
-“Shhh… tenemos toda la noche.”
Sus dedos viajaron a través su excitada piel, salpicando besos como susurros de luz a lo largo de su mandíbula y su cuello. Ese malvado toque, ese que se escabulló en cada parte suya y la encendió, se movió hacia su hombro. La atormentó, entonces rasgó
con sus caninos sobre su piel, amenazando con perforar la carne vulnerable con sus colmillos y ella se arqueó para recibirlo.
-Sí, sí, sí.

Mi Pequeña Bola De Pelos ( TERMINADA)©Where stories live. Discover now