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10 de diciembre de 2018

Con cinco meses de embarazo, ya era practicamente imposible que los demás no se dieran cuenta. Los primeros meses, lo ocultamos y fue facil porque la panza casi no se notaba, pero ahora, cada vez salía más.

Escuché la puerta abrirse y cerrarse apenas unos minutos después avisandome que Lisandro había llegado del entrenamiento. Ultimamente vivíamos mucho más juntos que antes. De hecho, hace casi un mes que no voy a mi casa a dormir. Quizás voy nomás para no dejarlo tan abandonado y para pagar lo que debía, pero no me quedaba más de una hora.

—Hola amor —lo saludé cuando llegó a la habitación. El se acercó a mi, me dió un beso y se tiró al lado mío —. ¿Cómo te fue?

—Bien, nos mataron, pero ya estoy acostumbrado —rió —Prepara tus cosas que mañana temprano nos vamos de vacaciones—dijo sorprendiendome.

—¿En serio me decis? —el asintió.

—Si, hoy fue mi último día y por un mes estoy libre —dijo.

—¿Y a donde vamos?—sonreí

—Es sorpresa—se acercó.

—Espero que no sea algún lugar con playa, porque ya no estoy para ponerme una bikini— lo miré y el me agarró de la cintura, tirandome hacia el. Con un leve movimiento, ya estaba encima de su cuerpo —. Estoy pesada ya, bajame.

 —No estas pesada Emilia, callate —me dijo y me besó —. Estás hermosa.

—No me mientas, estoy engordando un montón —hice un puchero. Era cierto —. La doctora me dijo que tengo que dejar de comer, porque sino iba a terminar como una vaca.

—La vaquita más linda vas a ser —rió.

—No te rias, Lisandro —lo miré seria —, no es gracioso.

—¿Ah no? ¿Y por qué me estoy riendo? —esta vez soltó una carcajada. No dejé de mirarlo. Lisandro era hermoso siempre pero cuando reía, uf, no lo puedo explicar: sus ojitos chinitos, los hoyuelos, todo.

—Ni enojarme puedo con vos —solté—. Dios, no puede ser que seas tan lindo —con una mano le acaricié la mejilla —. En serio te digo, me gustas mucho.

—Me encanta que de la nada salgas con eso —sonrió y besó mi mano que justo pasaba por su boca —. A mi también me gustas mucho, así o con veinte kilos de más, Emilia —ahora estaba un poco más serio —. De verdad, aunque ahora no estes gorda, como vos decis, quiero que te quede claro. No me importa tu cuerpo, estoy enamorado de vos por más que eso, así que no seas insegura.

—Un día me voy a morir si seguis siendo así de tierno —le di un pico —, te amo, te amo, te amo.

—Te amo mucho —susurró sobre mis labios.

Hubiesemos seguido así, si no fuera porque tocaron el timbre, interrumpiendonos. Lentamente, me giré y sali de encima de el. Los dos, fuimos a abrir sin saber quien sería. Ninguno esperaba a nadie.

—¡Ay Emilia, te estuve buscando por todos lados querida, por fin, tu ahijada te quería conocer! —fue lo primero que escuché gritar, encontrandome con la figura de Sebastian, quien sostenia a Francesca. Me muero.

Lo abracé, después de todo, hacía como cinco meses o más que no nos veíamos. Sin exagerar era la primera vez que veía a Fran, siendo que nacio hace dos meses ya.

—¿Por qué no me avisaste que venias? —cuestioné, cuando estuvimos adentro, sentados en el sofá.

—Porque quería darte una sorpresa, pero NADIE ME AVISO QUE TE HABIAS MUDADO CON TU NOVIECITO —esto último lo resaltó, haciendonos reir a mi y a Licha, quien sostenía a Fran.

—En realidad no me mude —el me miró serio —, oficialmente. Pero si, pasó casi todo el día acá.

—Lo mismo, nena —viró los ojos —. ¿Ya estás practicando? —esta vez se dirigió a mi novio quien jugaba con la hija del ex 11 de River.

—Algo —rió el—. Espero que nuestro hijo sea igual de tranquilo que Fran —dijo mirandome.

—Si sale como Emilia, lo dudo —acoto Seba—. ¿Ya saben el sexo?

—No, pero este dice todo en masculino porque dice que va a ser varon —respondí—. Ojala se equivoque y sea nena.

—Va a ser varon —habló Lisandro, seguro.

Lo que restó de la tarde-noche, nos la pasamos los tres (cuatro contando a Fran) tomando mates y charlando. La verdad que no creí que Sebastian y Lisandro se llevaran tan bien, es decir, ya se conocían y tenían buena onda pero nunca habían podido entablar una conversación como ahora.

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Holaaa, sé que no soy de escribir mucho después del capitulo pero la situación lo amerita.
Entre lo que queda de hoy o mañana (si todo sale bien) voy a estar subiendo una fic de Mauro Burruchaga porque, bueno, QUIÉN NO AMA A MAURO, NO?
Estan avisadas, así que espero que les cope la idea!

Rivales | Licha MagallanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora