Noveno capítulo.

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El macizo cuerpo de Jeongguk presionó a Yoongi contra el colchón con una rapidez nunca antes vista, sus ojos desenfocados y salvajes fueron lo único que el mayor logró distinguir en la habitación oscura y Yoongi se sintió hipnotizado, completamente a merced del hombre sobre él.

Una mano se movió para trazar los tensos músculos de su espalda y el pelinegro no pudo evitar el temblor que lo recorrió cuando la misma bajó, esta vez para masajear la enrojecida carne de sus nalgas, y un gruñido hambriento escapó de la garganta de Jeongguk.

El cuerpo de Yoongi se sentía en llamas, su miembro endureciéndose cada vez más bajo los dedos expertos de su compañero. Jeongguk pareció captarlo, porque inmediatamente después, profundizó sus caricias, hundiendo sus dedos entre los montículos del mayor para acariciar su entrada y Yoongi no pudo hacer más que gemir, porque el tacto del contrario contra su agujero levemente hinchado se sentía maravilloso, el no lo negaría más, lo disfrutaba. 
Su cabeza cayó sobre las almohadas y separó sus muslos, buscando darle un mejor acceso al castaño, y éste gruñó bajo en su garganta, inclinándose para reemplazar sus dedos por su lengua.

El ritmo cardíaco de Yoongi se disparó y un delicioso escalofrío se apoderó de su cuerpo ante la sensación placentera de tener la lengua de Jeongguk ahondando en su canal y acariciando sus paredes con necesidad, tanta, que Yoongi no pudo evitar pensar que esta vez todo era diferente, porque él ya no estaba peleando con su cuerpo, engañándose a sí mismo y convenciéndose de que esto era un error. No, esta era una experiencia completamente distinta, para el placer de ambos, y Yoongi lo deseaba tanto como Jeongguk.

El pelinegro jadeó y arqueó su espalda, ofreciendo su trasero al dispuesto castaño, quien lo adoraba con el húmedo movimiento de su lengua y las firmes caricias en sus pezones. El tacto del contrario haciendo que el cuerpo de Yoongi se sintiera afiebrado, ardiendo de necesidad.

Jeongguk acarició y lamió y Yoongi se sintió en el paraíso, porque tener el cuerpo duro del menor presionándolo contra las sábanas y tomándolo a su manera le otorgaba un placer y un alivio inimaginables, embotando todos sus sentidos. Suaves gemidos escaparon de sus labios cuando los dedos de Jeongguk viajaron hacia el sur, abandonando sus pezones doloridos para centrar toda su atención en su miembro endurecido e híper sensible.

—Jeongguk... necesito... —Yoongi jadeó.

—Shh, cariño, sé lo que necesitas. —La voz grave de Jeongguk lo calmó, mientras sus manos continuaron atendiendo el miembro hinchado de Yoongi con ternura, y éste no pudo hacer más que tomarlo, dejándose manejar por el chico mientras un aroma a menta y frutos rojos comenzaba a extenderse por la estancia, Jeongguk estaba marcándolo con su esencia.

—Gguk, po-por favor. —Yoongi se sentía desesperado, la necesidad y el deseo acumulándose en su vientre. Quería a su compañero.

—Espera, cariño, déjame saborearte un poco más. — Jeongguk se apoderó de las caderas de Yoongi y volteó su cuerpo sobre el colchón, acomodándolo de espaldas sobre las sábanas frescas y envolviendo la boca alrededor de su pene afiebrado. Su polla se hundió profundamente en la garganta de Jeongguk y éste arremolinó su lengua alrededor de la sensible cabeza, jugueteando con sus testiculos en el proceso y volviendo loco a Yoongi, quien se retorcía bajo su toque, sintiendo su orgasmo construirse rápidamente en la boca de su estómago, lanzándolo por el borde en tiempo récord y pronto, el mayor se encontró corriéndose profundamente en la garganta de Jeongguk, sin poder evitarlo.

— ¿Te sientes preparado para continuar, Yoongi? —Jeongguk apartó la boca de su miembro aún erguido y le observó, a la espera de una respuesta, pero Yoongi se sentía incapaz de articular palabra, asintiendo con la cabeza una y otra vez en su lugar. Sí, él estaba preparado, confiaba en Jeongguk.

heartache is a cold place ; kookgiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora