Escorpio III

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- Bien, Rey. Siéntate.

Ella se sienta en una de las sillas que están delante del escritorio y mira a la mujer. Es mayor, sin duda, muy bajita y con unas gafas cuyos cristales demasiado gruesos agrandan de una forma graciosa sus ojos.

- Cuéntame querida. ¿Cómo llevas tu vida en la universidad?

Los ojos de la mujer transmiten profundo interés.

Rey no sabe por donde empezar. No sabe si es buena idea haber acudido a la cita que la psicóloga de la universidad le había pedido.

Maz Kanata.

Rey piensa que esa mujer sabe mucho más de lo que quiere aparentar.

- Bueno... Bien. Sí, bien. Me encanta este sitio. Todos me han acogido muy bien y he hecho muchos amigos.

- Me alegro Rey - dice Maz, sonriendo -. Según he leído en tu expediente, vienes de una casa de acogida. ¿Vivías bien allí?

La mente de Rey se bloquea por un segundo. No quiere contestar a aquello. Eso supone volver a pensar en lo sola que ha estado siempre.

- Vivo mejor aquí - dice sonriendo de manera nerviosa.

- Bien, Rey. Me tranquiliza saber que estás mejor ahora. Todo el mundo se merece encontrar la felicidad ¿sabes? Tarde o temprano nos alcanza a todos. ¿Tú eres feliz?

- No lo sé.

Maz parece no inmutarse ante las pobres respuestas que da Rey. Las acepta.

Por otra parte, Rey quiere confiar en ella. Sabe que puede confiar en ella. Pero le cuesta. Tiene fantasmas encadenados en su alma que la han estado acompañando a lo largo de su vida, y nunca quiere dejarlos salir. Solamente ella los conoce. La ausencia de unos padres, la ausencia de un amor incondicional.

- ¿Quiénes son las personas más importantes para ti? - vuelve a preguntar la mujer.

Rey se queda pensando unos segundos.

- Finn, Rose y Poe. Son mis mejores amigos. Tom Erso, Paige...

Los conozco. Todos ellos han estado aquí una vez. Poe es un chico muy encantador.

- Sí, es muy encantador - ríe ella.

- Rey, acabas de llegar aquí y ya has hecho cosas importantes - ante la repentina seriedad de sus palabras Rey no puede evitar estar atenta -. Les has dado a esos chicos la oportunidad de acercarse a tí. De conocerte. Y lo más importante, te la has dado a ti también. Puede que los años vividos en esa casa no hayan sido los mejores, pero no te rendiste. Sobreviviste. A falta de unos padres, fuiste tú tu propia guía - Rey se queda sin palabras -. Muchos se hubiesen caído por el camino. Pero no tú. Eres tu propia luz, querida. Tienes oscuridad, sí, todos la tenemos, pero niña, tú mantienes un equilibrio maravilloso. Eres una mujer fuerte.

Rey hace un esfuerzo por no llorar.

- Recuerda, mientras haya un atisbo de luz, nadie estará perdido del todo.

Y entonces ella se da cuenta que en los ojos de esa mujer hay una sabiduría que solamente los años otorgan. Y que hay muchos significados en sus palabras. Como si Maz supiese miles de historias y conociese a miles de personas, y todo aquello pudiese reflejarse en lo que acaba de decir.

Como si conociese el secreto que Rey guardaba en su corazón.

- Tendrás clase. Vuelve cuando quieras querida. Siempre tendré hueco para charlar contigo.

Antes de salir por la puerta, una luz azul que se enciende capta su atención. Se gira y se encuentra con una especie de espada apoyada en un rincón.

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⏰ Last updated: Sep 28, 2018 ⏰

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