¿Qué eres, Jeon Jungkook?

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A la mañana siguiente, resultó muy difícil discutir con esa parte de mí que estaba convencida de que Jeon no era una persona para nada ordinaria. Ni la lógica ni el sentido común estaban de mí lado pero algo tenía claro, ninguna de las experiencias mias relacionas con aquel chico eran normales; ni la manera que tenía de mirarme, hablarme o actuar. Sentía que enloquecería si no lograba obtener una explicación de parte suya por ende, él debía darme una explicación.
Cuando llegué al instituto, por instinto, recorrí con la mirada cada centímetro del edificio con la esperanza de encontrarme con Jeon. Trataba de mantenerme sereno pero mi respiración estaba acelerada y mi corazón iba a mil por hora.

- ¡Jimin! - me llamó Seol exaltada sacándome de los pensamientos intrusivos.
- Oh... Hola Seol...
- ¿Cómo te atreviste a dejarnos tirados e irte con Jeon Jungkook así sin más? - llegó hasta mí junto con Minho, y me dio un ligero empujón.
- ¿Eh? - pregunté confuso pero sin dejar de analizar cada rostro que tenía por delante.
- Jeon nos dijo que te habías vuelto con él ayer - contestó Minho. - Pensé que os llevabais mal.
- Y así es... Bueno, no del todo, pero... es un poco complicado de explicar...

En ese momento logré identificar su rostro entre tantos otros, y lo supe, la manera en la que él destacaba sin importar que tanto público hubiese alrededor, la manera en la que me atraía sin esfuerzo pese a lo malo que era aveces conmigo. La necesidad insana de correr hacia él cada que decía mi nombre, alguien normal no podía doblegarme de la forma en la que Jungkook lo hacía.
Cuando nuestras miradas se encintaron, sin dar explicación ninguna, mis pasos simplemente cambiaron de dirección hacia la salida del instituto. Sabía que me seguiría, siempre lo hacía, incluso cuando no me daba cuenta, él siempre estaba ahí.

- ¡Oye! ¿A dónde vas? - exclamó de nuevo Seol, yéndose enfadada a clase acto seguido.

- ¿Sabes? - Mis pasos acabaron llevándome hasta la mitad del bosque -... Desde que te conozco, no han dejado de pasarme cosas extrañas... O simplemente, cuando me pasan... d-de algún modo - me volteé a mirarlo - Tú siempre estás alrededor... He intentado convencerme de que es casualidad, de que me estaba volviendo loco y soñaba despierto pero no era así...

- ¿Eso que significa? - preguntó avanzando todavía hacia donde estaba.

- ¿Qué eres Jeon? - solté sin tapujos - Paras autos con la mano, eres capaz de trepar hasta una habitación de un segundo piso sin esfuerzo alguno, y no hablemos de lo del río... - le di de nuevo la espalda, por que lo siguiente que iba a soltar era demasiado - Cada vez que te miro a los ojos, desprendes una especie de capa sofocante que me incitan a mirar hacía otro lado pero aún así no paro de buscarte y cuando quise darme cuenta, mi mundo giraba alrededor tuyo.

- Jimin, yo... - me llamó posando su mano en mi hombro.

- ¿Qué eres? - arme valor y volteé a mirarlo, insistiendo con la pregunta.

- ¿Qué crees que soy? - Su vos salía como un suave suspiro

-... N-No lo sé - confesé bajando la cabeza - Por eso quiero que me lo digas tú - alcé de nuevo la mirada - ¿Qué eres, Jeon Jungkook?

-... Sí te lo digo, ¿crees que podrás seguir mirándome? - su mirada era muy dura, pero ocultaba el miedo que sentía por dentro, el miedo de que le viera como un monstruo.

- ¿Por qué no lo haría? - Respondí incrédulo. Sentía que no importaba qué, solo quería comprenderle más.

- Ven conmigo - me agarró del brazo y comenzó a adentrase más hacía el bosque.

- ¿A donde vamos? - pregunté abrumado sin poder soltarme de su agarre.
- Arriba de la montaña, fuera del banco de nubes - contestó con una vos agitada que hacía que su agarre se volviese más firme alrededor de mi brazo pero, extrañamente, aquel agarre no me provocaba daño absoluto - Quieres saber qué soy ¿verdad?

Me sorprendí cuando de un momento a otro me encontraba subido a su espalda observando cómo todo alrededor se movía de forma rauda provocándome un vértigo espantoso. No me dio tiempo ni a reaccionar cuando ya nos encontrábamos en la cima de la montaña y mis pies se encontraban firmemente en el suelo. "Así fue como llegó a mí tan rápido aquel día" pensé tratando de asimilar todo.

- Por eso no nos mostramos a la luz del sol - Mi atención volvió a Jungkook cuando le escuché hablar. Se estaba desabotonando la camisa mientras caminaba decidido hasta un rayo de sol que lograba colarse entre la maleza.- La gente sabría que somos diferentes.

Se dirigió hasta aquel pequeño rayo y paró en medio soltando un suspiro lento. Hasta el final de mis día supe que la expresión de su rostro no se me borraría jamás, lo vi encorvarse del dolor mientras partes de su piel sufrían lo que parecía ser unas quemaduras, se estaba quemado.
Me sentí incrédulo cuando mi corazón comenzó a latir con fuerza, la piel se me erizó y mi vista no era capaz de apartarse de Jungkook mientras repetía una y otra vez que era imposible en mi cabeza.

- N-No puede ser... - Se me escapó entre los dientes.
- Esto es lo que soy - dijo con preocupación, aunque identifiqué una curiosidad real en el tono de su voz suave.
- Tú... eres un... un...
- ¿Jimin? - me llamó preocupado mientras se acercaba a mí.
- Alejate - solté sin pensar guiado por el miedo - N-No te acerques a mí.

DEPREDADOR [Koomin]Where stories live. Discover now