Las cosas que no dices (Agentcorp + Supersaturn) TERMINADA

17. Recuperar el tiempo

Kara

Tras haber sido rescatada por Imra, me quedé dormida agarrada de su mano. El dolor físico que padecía, parecía estar siendo suprimido por la dicha emocional de verla allí confesando su amor por mí.

Un golpe hizo que despertara sobresaltada. Tardé unos segundos en centrarme sobre lo que ocurría. Alex estaba tirada semiacostada en un lado de la habitación, inconsciente, mientras Lena intentaba despertarla desesperadamente. En medio de la sala se encontraba Mon-El, mirándome con odio y sujetando el cuello a Imra. 

Intenté levantarme pero mi cuerpo pesaba una tonelada, y notaba un dolor agudo recorrerme el cuerpo, como si circulara por mis venas envenenándome.

-¿Tuviste que volver, Kara?- me preguntó él mientras Imra suplicaba- ¿Tuviste que buscar a mi mujer?

Sin duda llevaba uno de esos aparatos para bloquear los poderes de ella, porque si no ya estaría retorciéndose de dolor de cabeza. Intenté incorporarme y se acercó, asestándome un puñetazo en la mandíbula. Noté el dolor de manera intensa y fue entonces que me fijé en aquellos brazaletes que brillaban en color verde.

-¿No puedes enfrentarte a mí sin eso? Eres un cobarde- dije entre sollozos, y un nuevo golpe me hizo caer de la cama-.

-Mon-El, por favor...- suplicó Imra-.

Él la empujó hacia atrás, tirándola al suelo.

-Les has contado a tus ciudadanos que estás enamorada de ella, que lo nuestro no es real. Pues nunca te vi quejarte cuando te follaba por la noche...

-Ni tampoco me viste disfrutar- le replicó ella y le hizo bufar-.

-Voy a matar a esa maldita kryptoniana, y dejaré que mires.

Volvió a mí y me golpeó una y otra vez, haciendo que mi cuerpo comenzara a sangrar. Imra y Lena suplicaban por mi vida, y la titaniana se acercó para evitar un nuevo golpe, lanzándose a rodear su cuello con los brazos.

Mon-El la apartó sin problema, lanzándola contra la pared y haciendo que ahogara un gemido. Lena gritó desesperada.

-¡Déjala!- grité como pude-.

Volvió a mirarme y se acercó para seguir con su tarea de acabar con mi vida. Me asestó una patada en el estómago que me dejó sin respiración.

-Déjala en paz- pidió la voz temblorosa de Imra mientras apuntaba a su marido con un arma que acababa de recoger de un falso compartimento en el armario-.

-Sabes que no puede hacerme daño...- le informó sonriendo, aunque le vi dudar un instante-.

-Sí, si las balas son de plomo...- amenazó ella intentando parecer segura-.

-No serías capaz... Sería firmar la guerra...

-No voy a permitir que le hagas daño- contestó- Cueste lo que cueste.

-No te lo crees ni tú- finalizó tras pensar unos segundas, para después darse la vuelta en mi búsqueda-.

Me agarró de la ropa para alzar el puño y buscar el mejor ángulo para asestarme un buen golpe. Entonces, sonó el disparo, y vi la expresión de Mon-El de duda, de incertidumbre, de miedo. Una hilera de sangre descendió por su labio. Soltó mi agarre y se arrodilló, para posteriormente caer muerto en el suelo.

Imra corrió a buscarme, para ayudarme a levantarme, pero fue consciente que no mejoraría hasta eliminar la kryptonita de allí, así que le quitó los brazaletes al cuerpo de su marido y los alejó cuánto pudo.

Regresó tan rápido como se había ido y se lanzó a mis brazos. Comencé a notarme mejor, sin saber muy bien si era la distancia de la kryptonita o la cercanía de la titaniana. Alex despertó, haciendo que Lena comenzara a llorar, liberando la angustia que había aguantado.