¿Hotel?

137 6 0
                                    

 

El amanecer se alzó sobre el principio de lo que era el acantilado y todas las personas repartidas por la pista de patinaje formaron una hilera, se quitaron los patines y empezaron a caminar hacia una señora, baja en estatura pero rellenita. No me había fijado en su presencia hasta ese momento, vestía completamente de rosa y nos miraba desde su privilegiada posición, analizando cada paso o movimiento que dábamos. Stiles tomo mi mano y me jalo hacia la fila, voltee a ver a mis padres, mi madre dio un beso en mi frente y mi padre palmeo la espalda de Stiles. Sobre la acera frente a la escuela había un bus, la señora se detuvo en la puerta y se volvió a nosotros.

-Hombre lobo, con hombre lobo, así mismo vampiros con vampiros, muggles  con muggles, y en orden de especie. – La fila se rompió para que todos buscarán su pareja, Stiles apretó el agarre en mi mano y me mantuve a su lado. Empezamos a subir en orden, sentándome junto a él, quien paso su brazo por sobre mis hombros y me acerco a él para besarme. Definitivamente esto tenía que ser un sueño. Alguien apoyo su mano en mi hombro y se aclaró la garganta, haciendo que Stiles  se alejara de mí. –Tu querida, estas en el lugar equivocado.

-¿Quiere hacerse acá señora?

-Si querida. – Me respondió dirigiéndome una sonrisa. Me puse de pie y ella me tomó del brazo caminando más hacía al frente. -¿y quién se va a hacer con Fred? – La mire extrañada, pero mi voz sonó más que convencida y emocionada ofreciéndome para acompañarlo. Camine hasta su asiento, el segundo de adelante hacia atrás para ser exactos, estaba sólo.

- ¿Te importa?- le pregunte, pero sin esperar su respuesta me senté a su lado.- ¿Oye como hacen para diferenciarte de tu hermano? Porqué digo tengo varias teorías pero ninguna segura.- George lo volteo a ver y se miraron divertidos. Me sentí incomoda, por lo que me volví hacia el conductor - ¿Y cuánto durara el viaje?

-Son 5.000 kilómetros algo así como 5 horas.

-¿5 HORAS?- le conteste sorprendida. -¿qué haremos?- pregunte a Fred y apoye mi cabeza en su hombro.

-Si, será mejor que duermas. - dijo y se acomodó para que quedara mejor.

El bus era mucho más grande de lo que se veía desde afuera, las sillas se podían reclinar hasta quedar como camas y aun así ninguna incomodaba a la otra, el tapizado azul marino conseguía que todo fuera un poco más oscuro de lo que se esperaba ayudando a que las personas concilien el sueño más rápido. Parecía arte de magia como todo cabía en un lugar tan común y pequeño como normalmente era. Para cuándo desperté habíamos llegado a una parada. Era una especie de hotel, donde nos quedaríamos al parecer, Fred y yo estábamos acomodados en cucharita y me sostenía de la cintura. Me levanté y fui a tomarme mis cosas, las cuales estaban en el compartimiento del asiento frente a Oriana y Cara quienes aún estaban sentadas. Empecé a guardar una hormiga gigante junto con otro celular en los bolsillos laterales en mi maleta y ellas me miraron divertidas.

-¿Dormiste cómoda?- me pregunto Cara alzando sus cejas divertida, le saque la lengua en respuesta ignorando su risa, las mayoría de las personas habían salido del bus y solo nos encontrábamos nosotras, decidí poner música en mi celular para ambientar. Oriana se había quedado mirando mi maleta luego de haber guardado esos dos artefactos, sus ojos estaban fijos en el objetivo ni siquiera se atrevía a parpadear. –Ori, tranquila que el celular que suena es el que guarde en mi bolsillo. – Le dije pasando ambas manos por su rostro. Sus ojos cambiaron de un miel a azul mientras ella parpadeaba varias veces, cuando por fin volvieron a ser mieles, sonrió como si nada hubiera pasado.

Saliendo del bus se encontraba la misma señora con un gran paquete de llaves en sus manos, las parejas iban pasando y ella iba dándoles las llaves, Oriana me tomo del brazo y pasamos juntas. Todas las chicas estábamos en el mismo piso. Era un lugar descuidado, me atrevería a decir que antiguo, todo estaba hecho de manera, haciendo que crujiera bajo nuestros pies, sin mencionar el olor a moho que se alzó, aun así la habitación era diferente pequeña, pero acogedora, era un poco más acorde a nuestra época, solo tenía espacio para la cama doble y una mesa de noche, al frente un gran televisor. Hasta el momento el segundo artefacto tecnológico que había visto.

Luego de dejar nuestras cosas bajamos de nuevo en la puerta de entrada, no había gran diferencia con lo que ya habíamos visto, todo era de madera, única y exclusivamente madera, menos las puertas, que tenía vidrios como si fueran vitrinas. Una de ellas, junto a la que habíamos usado para entrar tenia del otro lado lo que parecían armaduras del siglos pasados y otro par de reliquias, colgaban carteles anunciando los horarios y visitas de lo que era un museo. Oriana y yo cruzamos miradas, alzando los hombros con indiferencia, salimos por la misma puerta por la que entramos y solo hasta ese momento me fije en la estatua que estaba sobre una base a la entrada del museo, realmente no se podía llamar estatua dado que se movía sobre la base como si quiera tomar impulso y arrojarse a las escaleras sin fin, eran realmente largas, tanto así que con ayuda de la noche no me permitía ver su final, me di vuelta una vez llegue hasta donde este se encontraba y quede de bruces contra la estatua de un enano, bueno ya no parecía estatua, ahora era de carne y hueso.

-Cuida mejor a tu maldito gato, niña.- Grito sobre mi rostro. Un gato negro como la noche se erizo contra mi pierna y le enseño sus pequeños y afilados dientes al enano, luego enrollo su cola en mi pierna.

-¿Qué hizo mi gato? – Le pregunte extrañada.

-¡QUE NO HIZO TU GATO NIÑA TONTA!-Saco un collar de ajos y cebollas y lo restregó sobre mí rostro- ALEJATE DE MI DEMONIO- Grito y se bajó de la base, volvió a enseñarme el collar, dibujo un circulo con este sobre el piso, una vez marcado su territorio hizo una danza, señalo la tierra y el cielo, luego a mí, al acabar con dos dedos señalo sus ojos y luego a mí, la típica seña de que me vigilaba, camino entonces dentro del museo. Unas armaduras detrás de la puerta cerraron y se acomodaron en protección.

¿Comó se llama el gato de Alice?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora