Fred y George Weasley. Parte II

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-Estúpidos Weasley, no saben lo que dicen, mejor ignóralos. – Me dijo mi amiga mientras entrabamos al salón. Algunos compañeros ya estaban, con Oriana nos hicimos hasta la parte de atrás. Snape, entro cerrando la puerta de un portazo y caminando hasta la parte delantera del salón, escribió en el tablero el nombre de la poción que haríamos hoy y luego se dispuso a saludar a los estudiantes, en ese momento entraron los gemelos y se acomodaron en su lugar. Trataba de prestar atención a lo que decía pero se me complicaba, la poca luz del salón me molestaba en los ojos haciendo que parpadeara varias veces, Oriana me miro extraña. – Alice, ¿te encuentras bien? – Negué con la cabeza y mi amiga me ayudo a sentarme.- ¿Quieres ir a la enfermería? – De nuevo negué, tratando de calmar mis respiraciones.

-Oye Alice, se te ve pálida, deberías comer algo. – Menciono Cara mientras me miraba preocupada.

-Si yo tengo turrones. – Dijo Lee, mientras me pasaba algunos. Lo tome en mi mano y dude un instante si debía comerlos o no. Oriana me miro angustiada y los comentarios de mis compañeros hacían que sintiera que mi cabeza iba a explotar. Mentí el turro en mi boca y lo trague lo más rápido que pude. Volví a ponerme en pie, y empezamos con la poción que había dicho Snape. Oriana agregaba algunas cosas mientras yo anotaba los cambios que se daban al agregar cada ingrediente cuando una gota roja cayó en el pergamino, seguida de otra, me sentí enloquecer, formaban la silueta de un gato, dividido por el cuello, pase mi mano para limpiarla pero solo se dividió del cuello, luego otra gota cayo y paso a ser solo un gran manchón rojo, lleve mi mano a mi boca por la sorpresa y al retirarla me di cuenta que lo que caía era sangre de mi nariz. Oriana se dio cuenta y me paso un pañuelo, lo puse en mi nariz para limpiar la sangre pero inmediatamente lo retire volví a ver la silueta de un gato. Deje caer el papel espantada y mis ojos me picaron por las lágrimas.

-¿Alice que ocurre? – Me pregunto mi amiga mientras trataba de calmarme.

-El gato.- Dije en un sollozo.- Otra vez el maldito gato. – Cubrí mi rostro con mis manos y concentre mi mirada en el piso. Unos ojos amarillos me miraron desde la oscuridad bajo nuestra mesa y luego un maullido. Grite como lo hacía en mis pesadillas, y empecé a contar los dedos en mis manos, no podía parar de temblar. De inmediato el profesor se paró a nuestro lado y pude escuchar la risa contenida de los gemelos, me volví a verlos y Fred sostenía su varita. Malditos hijos de su madre.

-¿Pasa algo señorita Collingwood?- Pregunto con ese frio tono que solo Snape podía tener. - ¿Qué si le ocurre algo señorita Collingwood? – Volvió a preguntar acercándose a mi. Negué con la cabeza. – Entonces, ¿Por qué interrumpe mi clase con sus gritos?

-Profesor...-Empezó a decir Oriana pero este alzo una mano callándola.

-Diez puntos menos para Ravenclaw. – Dijo y se marchó. No pude controlar los sollozos que salieron de mi. – Fuera de mi clase Collingwood. Dado que no pude guardar silencio, afuera.

Lagrimas seguían saliendo de mis ojos, pero no proteste, posiblemente si lo hacía terminaría con menos puntos para mi casa y no quería eso. Cerré la puerta lo más decente que pude y camine a los baños. Una vez ahí lave mi cara y trate de controlarme y olvidar lo sucedido. Pero me era muy complicado. Salí del baño y volví al salón de clase, tal vez si hablaba con Snape podría conseguir que no perjudique mi nota. Pero a quién engaño ese señor no tiene corazón. Tome uno de los pasillos junto al salón y me deje caer en mi miseria. 

¿Comó se llama el gato de Alice?Where stories live. Discover now