Quarantaquattro.

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Hola, gente preciosa!
Ok, hagamos esto rápido. En multimedia les dejé la canción del capítulo... les pondré dos asteriscos ** cuando lleguen al momento de poner la canción para que la reproduzcan.
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POV'S Jessica

Después de una plática bastante divertida e interesante con Max, intercambiamos números y prometimos volver a hablar.

Es un chico bastante interesante: está estudiando una maestría en derechos constitucionales; le gusta pintar, en sus ratos libres es taxista y es hijo único. ¿Quién lo diría?

Habíamos pasado más de dos horas hablando... y ya casi anochecía. Había perdido demasiado tiempo ¡y joder! Tenía que arreglar la documentación de mi jefe para mañana. Pero antes debía pasar a su habitación para decirle sobre la cena con Angélica.

Solo espero que no se aloque.

Una vez que volví a recepción para preguntar por el piso en el que quedaba mi habitación— ya que no lo hice por estar hablando con Max—, esperé el ascensor y subí. Piso 10.

Mientras el ascensor se ponía en marcha comencé a pensar todas las formas posibles para decirle que su ex novia, ex amiga o ex lo que fuera quería una cita con él, claro, sin que se alterara y desbaratara toda la habitación.

Esto es una jodida locura.

¿Como fue que terminé metida en estos problemas de parejas? Ni siquiera puedo enfrentar mis propios problemas y ya voy a enfrentar los problemas ajenos.

Esto me gano por ser buena persona. Debes volverte una verdadera perra.

Ignoren a mi conciencia, aveces dice cosas sin sentido.

Sabes que tengo razón.

Sacudí mi cabeza y alejé esos pensamientos del mal.

No podía estar pensando incoherencias cuando tenía que decirle a mi jefe que se "ex" quería una cita con él. Debía buscar la manera más suave de tocarle ese tema sin que explotara.
Mi cabeza daba vueltas con cada cosa que pensaba. ¿Como debería decirle eso? ¿Se lo suelto de golpe? ¿Debo ser bastante sutil?

No sabía ni una mierda. Y esto iba a acabar mal, muy mal y lo peor del caso es que yo no quiero acabar involucrada.

Lo peor de todo es que Max ni siquiera me dijo qué hacer, me dejó a la deriva.

El ascensor se detuvo en el piso indicado y salí, topándome con el largo y lujoso pasillo. No tenía ni la más mínima idea de que hacer. Comencé a avanzar de manera lenta, pero al parecer el desgraciado pasillo se encogió porque antes de poder pestañear ya estaba frente a la puerta de su habitación.

Ok, respira...

Justo cuando estaba por tocar me di cuenta de que la puerta estaba entreabierta, así que la abrí un poco de manera silenciosa solo para poder entrar, encontrándome la habitación en penumbras.

Las luces eran bastante tenues. Y había una música de... ¿Camilo Sesto?
**
Mi jefe estaba sentado en un mini sofá con la cabeza echada hacia atrás y un whisky en su mano; por lo qué alcance a ver tenía los ojos cerrados.

Di un paso con mucha cautela... pero no sirvió de nada.

— Ya se que estás ahí, amore.

¿Como...?

Abrió los ojos casi con parsimonia.

— Mi cuerpo es consciente de toda tu proximidad.

La Seducción De AresOnde histórias criam vida. Descubra agora