Capítulo 3

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Antes de comenzar quiero dejar claro una cosa: este capítulo ha sido mayoritariamente sacado de la película Civil War, para poder hacer una mayor aproximación de los sucesos. Puede ser muy aburrido, pido disculpas de antemano, intentaré ser original dentro de lo que cabe en esta trama.

A.W.

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La enorme mansión de los vengadores parecía desértica, ni un ápice del revuelo habitual y ese vacío aparente le encogió el corazón. Sabía que Steve estaba allí, que Wanda también y Visión, siempre podía sentir la extraña conciencia de Visión rascando a un lado de su mente. Pero nadie más. Ni Nat, ni Sam, ni Tony... Nadie más.

Ahriel se frotó las palmas, repentinamente frías, contra la falda gris lápiz que llevaba ese día. Tenía la sensación de haber entrado en un cementerio y no en un hogar, que también era suyo por poco que fuese últimamente.

Obligándose a poner un pie delante de otro avanzó, primero iría al despacho de Steve, quería ver cómo se encontraba. Hacía apenas un par de días que habían vuelto de Lagos y seguía un tanto tocado, no habían hecho el amor tampoco. Apretó los puños, enfadada por no poder serle de más ayuda, aquella mañana le rozó la frente con los labios y pudo sentir el arremolinamiento de pensamientos que bullían en la mente de su pareja. Él intentaba tocarla lo más mínimo, un roce y ella sabría todo lo que no quería mostrarle.

Y era total y completamente lógico, se repitió por décima vez escuchando cómo el sonido de sus propios tacones rompía el silencio pétreo del lugar. Steve necesitaba tiempo para poder digerir las cosas, para poder en orden sus prioridades y eso le erizó la piel.

Bucky iba a ponerse delante de ella en la lista de prioridades. Él saldría a buscarlo de nuevo y ella tendría que quedarse mirando, envuelta en responsabilidades. Ahriel observaría su espalda marcharse mientras ella volvía a sentarse en su sillón de cuero en el despacho de su empresa, dirigiendo, liderando y quedándose atrapada entre esas cuatro paredes.

Se cuestionó a sí misma muchas cosas.

Abrió el despacho después de tocar dos veces para encontrarlo vacío, ¿se abría marchado sin decirle nada? Tragó saliva y fue como si un gran trozo de hielo le pasara por la garganta. Steve no haría eso, se volvió a recordar, al menos la llamaría si fuera lo suficientemente urgente para no pasar por su casa o su oficina. Bucky era lo suficientemente urgente...

Sacudió la cabeza, avergonzada por sus propios pensamientos. Sus ojos volvieron raudos a su dedo vacío. Prioridades.

El zumbido de una conversación atravesó la niebla que empezaba a formarse en su mente hiperactiva, y como si una corriente de aire fuera la arrastró hacia allí. El cuarto de Wanda.

Steve la estaba consolando. Así que se quedó quieta, intentando discernir si debía interrumpir o no. Se estaba comportando como una niña tonta e insegura y no lo soportaba, Dios, ya era mayorcita para estas cosas.

Alzó la mano y tocó dos veces antes de entrar.

-Hola, chicos -casi susurró, desde la entrada, sin atreverse a dar un paso hacia delante.

Wanda abrió la boca cuando, de repente, Visión atravesó la pared de su dormitorio sobresaltándolos.

- ¡Visión! -exclamó Wanda-, ya hemos hablado de esto.

Visión la miró durante una fracción de segundo para luego señalar hacia la puerta, donde Ahriel lo observaba con las cejas alzadas.

-Sí, pero al ver la puerta abierta he pensado que... -se detuvo y señaló entonces a Steve, que le echó un vistazo a Ahriel-, el Capitán quería que cuando el señor Stark llegara lo avisara.

Ángeles de Piedra (Capitán América)Onde histórias criam vida. Descubra agora