Capítulo 10

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-Los trasladan a Berlín, no sé cómo vamos a actuar. Me siento frustrada.

-Tranquila, los sacaremos de donde sea; el problema es que el equipo se ha reducido a la mitad.

-Lo sé, ¿me creerías si te dijera que mi primer impulso ha sido querer contactar con Nat?

-Esto va a ser jodido.

-No te estaría llamando si esto no fuera...

-Despreocúpate, esto es importante y, además, ya me estaba aburriendo de jugar al golf.

Clint sonrió apoyándose en el quicio de la puerta, observando a sus hijos jugar. Laura lo abrazó desde atrás, apoyando la barbilla en su hombro en total silencio, escuchando la conversión con el corazón encogido. Entendía a la perfección que el trabajo de su marido siempre había sido peligroso, pero ahora que lo tenía para ella sola le costaba dejarlo marchar. ¿Y si esta vez no volviese?

-Recogeré a Wanda, nos veremos en el punto de encuentro.

-Vale, entendido.

-Y Ahriel... -Clint calló, dudoso-, ¿crees estarás bien hasta que lleguemos?

Ella respiró hondo al otro lado de la línea, no había que ser un genio para saber lo alterada que se encontraba.

-Lo estaré.


Berlín


Los transportaban como si fueran delincuentes increíblemente peligrosos, Bucky iba en un camión blindado y él compartía vehículo con el rey de Wakanda y Sam. Steve miraba al frente y aceptó para sí mismo que desde el mismo momento en que se había negado a firmar los Acuerdos se había convertido en un señalado por el gobierno de Estados Unidos y, probablemente, de todos los Estados del planeta.

Respiró hondo, meditando cuál debería ser el siguiente movimiento. Si no sacaba a Bucky de allí iban a encerrarle para siempre y él, mejor que nadie, sabía que su mejor amigo era el último que se merecía vivir encerrado. Qué hacer era la pregunta acuciante y cómo hacerlo sin crear un caos políticamente incorrecto, era la cuestión que le pitaba en la otra oreja. Tenía a Ahriel ahí fuera, Steve tenía presente que la joven haría lo que fuera por sacarlos de allí.

Sacarlos. A los dos. Bueno, tres si contábamos a Sam, pero por alguna razón el peso del estómago solo aparecía cuando recordaba aquella mirada. Cómo los ojos de James habían buscado los de Ahriel con desesperación, cómo había gritado de dolor al saber que ella se iba a poner en peligro por salvar su pellejo... Sacudió la cabeza, mortificado, no podía ponerse celoso de Bucky. Ahriel era suya, tanto como él suyo. Recordó cómo había entrecerrado los ojos la última vez que habían hecho el amor, no aquella en la cocina, sino la anterior antes de irse a Lagos. Lo había mirado con tanto amor que se había estremecido y nadie podría quitarle esos recuerdos, nadie podría provocar en ella lo que Steve le provocaba y se lo repitió hasta que se lo creyó.

-Te gustan las panteras.

-Sam -lo reprendió Steve, ladeando la cabeza.

- ¿Qué? -replicó, mirando la nuca de T'Challa-. Aparece disfrazado de pantera y ¿no quieres saber más?

La verdad es que tener, tenía alguna que otra pregunta.

- Su traje -preguntó a Steve mirando al rey-, ¿es de vibranium?

T'Challa transmitiendo esa elegancia que parece impregnar a la realeza, apenas le dedicó una mirada antes de responder:

-Black Panther ha protegido a Wakanda durante generaciones, un honor y un compromiso transmitido de guerrero a guerrero. Y ahora, debido a que su amigo ha matado a mi padre, también asumo el cargo de rey -el tono de su voz era tranquilo, sosegado, sin embargo, la rabia le ardía por dentro con tanta fuerza que era como si hubiera tenido que pasar la iniciación para ser bendecido con los poderes de Bastet, la gran diosa pantera-. Y yo le pregunto, en mi calidad de rey y de guerrero: ¿cuánto tiempo cree que podrá mantener a su amigo a salvo de mí?

Ángeles de Piedra (Capitán América)Where stories live. Discover now