Caída libre.

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Y si, mi vida había cambiado, ahora soy feliz, estoy con las personas que a pesar de ser difícil aprendí a amar, María me enseñó lo que es el perdón y he perdonado a mi padre, aunque en realidad todavía me he quedado con las ganas de hablarle y decirle todo lo que siento y pienso de el, pero ese momento nunca llega, la situación con el es rara, a veces me hace sentir el niño mas adorado del planeta tierra, pero algunas otras ni me voltea a mirar, su amor me confunde y para ser sinceros soy una persona muy sensible por dentro, pero por fuera nadie, ni la persona que de verdad me conoce, se puede dar cuenta por el tormento por el que estoy pasando.

Una mañana Pablo despertó con la fiebre muy alta, yo fui el primero en darme cuenta y no sabía que podía hacer, llamé a mi padre con mucha urgencia y angustia, de manera inmediata nos fuimos al medico, era nuevo para mí la rapidez con la que fue atendido, pues estaba acostumbrado a esperar a mejorarme en casa, porque prefería no decirle nada a mi amo para no preocuparlo, pero en realidad toda mi vida he convivido bastante en un hospital, tuve que estar en tratamientos durante un largo tiempo, pero bueno esperemos que mi hermanito no tenga nada que ver con esto, sería lo ultimo que me podría pasar, cuando llegamos al hospital, tuvieron que dejarlo en una camilla inmediatamente, mi corazón se partía al verlo así de afligido, me estaba muriendo, pues no veía sonreír a mi hermanito, no hubo un instante el cual yo me separara de el, no quería dejarlo solo ni un segundo aunque en realidad el doctor nos avisaba cada 10 minutos que todo iba a estar bien, pero había algo en mi corazón que me decía que el estaba mintiendo.

Aún así parecía tener razón y gracias a Dios mi hermano pudo estar a los días con nosotros sonriendo y jugando como siempre, en la tarde nos sentamos en una banca del parque, en la misma donde me senté para ver el cofre de mi madre, y en el momento de decirme algo su dulce voz sonaba apagada, pero no le quise prestar atención, pues estaba intentando sacar de mi cabeza todo pensamiento negativo, ya estaba anocheciendo y Pablo con su cabeza dulce y pequeña recostada en mis pierna se estaba quedando dormido, y de su boca salen unas tiernas palabras que me alegraron la existencia...

-Me hubiera gustado haberte conocido antes.

Pero en realidad eso no era algo bueno, en ese instante me dí cuenta que el ya sabía que era lo que estaba pasando, pero no me quería decir nada, de mi rostro salió una lagrima, pero solo podía contemplar su presencia mientras podía.

Después de unos minutos lo cargué en mis brazos y lo llevé a su habitación no fui capaz de dejarlo solo, y preferí quedarme a su lado, pero no lograba quedarme dormido, solo podía pensar en cuanto lo amaba y como había podido haber pasado tanto tiempo sin el, no podía explicar la conexión que sentíamos, cuando el estaba a mi lado pensaba en mi mamá, era raro, pues el no tenía nada que ver con ella, pero por alguna razón extraña tenía su mismo corazón. 

la verdad de lo inesperadoWhere stories live. Discover now