OCTUBRE: I'LL LEARN THE PARTS AND PLAY ALONG

4.4K 195 19
                                    

No descubro nada nuevo si os digo que es difícil seguir  escribiendo esta historia  porque creo que todas las escritoras que conozco han dicho algo similar. Empezamos a contar algo inspiradas por una historia y unas personas en unas determinadas circunstancias. Ahora  esas circunstancias han variado. Pero los de esta historia no dejan de ser personajes ficticios, no personas, a los que nosotros ponemos voz y pensamiento y otros les prestan el nombre y  el rostro que os imagináis al leerlo. 

Así que y ya que solo quedan tres capítulos contando con este voy a terminarla. No ha cambiado el absoluto la historia que tenía pensada escribir y si ha cambiado la forma de contarla...no ha sido de forma consciente. 

Si aún estáis ahí después de este rollo, gracias, por seguir, por leer, por no juzgar. 

Bicos 

Hace algo más de un año de su última sesión de fotos y no recordaba el proceso tedioso e interminable que supone.

Maquillaje, peluquería, luces y horas de simular espontaneidad en poses completamente estudiadas.

Aitana escucha las instrucciones del fotógrafo y deja que le retoquen el maquillaje mientras Paula, su asistente, le hace gestos frenéticos desde un lado del estudio con el teléfono en la mano.

Espera paciente un par de minutos y pide un descanso.

- Lo siento- la joven se disculpa, pero me pediste que te avisase si la llamada era de...de Londres

Lleva dos semanas fuera de casa y siente que empieza a volverse loca. Habla todas las mañanas y todas las noches con Ana por videoconferencia, pero a medida que pasan los días puede ver como la niña aparece más seria en la llamada y procura cortar antes la comunicación.

Luis le asegura que es normal. Que solo la echa de menos y que en cuanto vuelva a casa todo será igual.

Pero le prometió estar siempre ahí para ella, le prometió no dejarla y solo diez meses después ya falta de su vida de nuevo.

Y con seis años, dos semanas es una eternidad.

Aitana con veintiséis años vuelve a sentir la angustiosa sensación de perderse una parte de su vida, exactamente como le sucedió al salir de la academia. Solo que esta vez no son fiestas de pijamas con sus amigas o sesiones de discoteca.

Esta vez se pierde el beso de buenos días, el cuento antes de las buenas noches y las vitales explicaciones de porque Milla Pierce no debería meterse guisantes por la nariz en la hora de la comida.

Marca rápidamente el teléfono de Luis. Son las tres de la tarde en Madrid, las dos en Londres. Es la hora en la que Ana sale del colegio.

Es la propia niña la que responde emocionada. Aitana busca un rincón del estudio donde poder hablar sin preocuparse y pide a Paula que nadie la moleste.

- ¡Hola peque!- intenta que su voz no transmita la melancolía que siente en ese momento.

- ¡Mami!- hace días que no la escucha tan emocionada al hablar con ella- Mami, la profesora de música quiere que haga la prueba para pasar al siguiente nivel.

El colegio nuevo tiene un programa dedicado exclusivamente a las artes escénicas y musicales, la profesora les comentó al poco tiempo de empezar las clases que el talento de Ana con el piano era algo especial que merecía ser explorado.

Ana sigue hablando durante unos minutos de la pieza que quiere preparar, una de las que practicaban con su profesora de Cirentester y que han practicado juntas un montón de veces. A Aitana le enternece que la niña escoja precisamente esa pieza que es especial para las dos.

Un año másWhere stories live. Discover now