Capítulo VII

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La hacienda ya estaba en orden, Mario, Marcela y Patricia se dirigieron al coche para regresar a sus casas. Marcela se dio cuenta que estaba el coche de Armando solamente.

MV: ¿Armando sigue aquí? - le pregunto molesta a Mario. - ¿Porque me mentiste?

MC: No Marcela, no está aquí.

MV: Entonces regresó, hay que ir a dentro.

MC: No Marcela, él dejó su coche y se llevó el mío.

MV: Pero como pudiste ayudarle a salir con esa mujer, no te das cuenta, esa mujer me lo quito.

MC: Marce yo no voy a discutir contigo eso, pero te pido que subas, tengo que manejar y estoy muy cansado.

Pa: Hay Marce, Mario tomó alcohol, yo pienso que mejor deberíamos quedarnos a dormir aquí, qué tal si en el camino chocamos.

MV: Necesito hablar con Armando, no me puedo quedar así, entiéndeme Patricia.

MC: Bueno, yo sé que tienes que hacerlo, pero yo la verdad no me siento en condiciones de manejar. - Mario sabía que lo mejor era quedarse pues Armando no estaba en su casa y solo aumentaría el problema para el, si Marcela se enteraba.

MV: Bien, pero mañana a primera hora nos regresamos. - Se devolvieron a la casa.

Armando tenía preparado el escenario que los acompañaría a Betty y a él. Frente a la chimenea había una alfombra muy cómoda, parecía una cama de estambres, estaba una mesa de centro en ella y ya estaban puestos dos servicios para comer pasta y beber vino. Alistó todo, y fue a buscar a Betty para pedirle que bajara a comer algo, así que al tocar la puerta no respondió, pero escucho la regadera y supo que estaba bañándose, así que entró pensando que ella tendría la puerta cerrada. Al entrar a la habitación se dio cuenta que no era así, Betty había dejado la puerta abierta, en ese momento pensó que quizás ella había dejado cerrada la puerta de la habitación con llave, pero esa puerta no servía, estaba descompuesta la perilla y no cerraba. El deseo de verla le empezó a cruzar por la cabeza, el deseo de saber si era tan linda como pensaba detrás de esa ropa que la hacía parecer menos delgada, ver ese cuerpo que a su tacto lo era y bien formado. Así que se pegó a la pared y logró visualizarla por el espejo que la dejaba ver tal cual. Su cuerpo era delgado, pero no muy voluptuoso, tenía una cabellera larga por el peso del agua en el, le llegaba casi a la cintura y su rostro estaba descubierto de ese capul que escondía su frente, se veía bella y sensual como se la llegó a imaginar. La admiro durante un par de minutos pero su excitación le pedía más. Sabía que no podía entrar y hacerla suya porque ella no lo permitiría, así que decidió bajar y dejar que saliera del baño para después pedirle que bajara.

En la hacienda, Marcela decidió dormir sola en la habitación de sus padres. Patricia ya dormía y Mario lo intentaba, pero le preocupaba Marcela pues sabía que estaba sufriendo mucho. Marcela no podía dormir y decidió ir al bar a buscar que beber para poder dormir, aunque fuera totalmente alcoholizada. Mario comenzó a tocar su puerta y al no contestar la abrió y se dio cuenta que no estaba, así que bajo a buscarla y la vio en el jardín sentada en la barra bebiendo.

MC: Marcela, no deberías estar afuera, está haciendo mucho frío y te vas a enfermar. - ella lloraba y tomaba directo de una botella de whisky.

MV: ¿Porque Mario? ¿Porque Armando es así conmigo? ... tú lo conoces es como tu hermano, dime ¿No lo he amado suficiente para que él me desprecie? - Mario le quitó la botella para bajarla de la barra.

MC: No, déjame por favor, tú no sabes lo que necesito esto ahorita. - intentaba quitarle la botella. - Mario por favor.

MC: No Marce, mejor ven vamos, te llevo a tu cuarto a descansar. - Aunque no lo pareciera para ella, a Mario le importaba mucho lo que ella sufría, siempre le pareció una mujer dominante, fuerte de carácter. Él siempre busco una mujer como ella, pero cuando la conoció ella estaba empecinada en tener a Armando, pues se conocían desde niños. Y él no tenía el gran apellido Mendoza que la deslumbrara más que su mejor amigo. Así que jamás guardo la esperanza de tener algo con ella. Pero esta vez, Armando le mostró lo importante que era Betty para él, y lo poco que quería a Marcela. Así que decidió ayudar a Marcela para que se diera cuenta que Armando no era el único hombre al que podía llegar a amar.

¿Cómo nos conocimos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora