Capítulo 9

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La semana paso muy lente, hoy era viernes y yo me encontraba en la cocina desayunando.

-Buenos días- dijo mi madres besándome la frente.

-Buenos días- dije terminando mis cereales.

-Hoy me quedara trabajando en casa, ¿Vale?- dijo con intención de que me diera cuenta que no quería que traiga a nadie.

-Vale, me voy ya, adiós-dije abrazándola rápidamente.

Cogí mi mochila y las llaves de la casa y salí afuera me esperaba el chofer, arranco el choche camino al instituto iba caminando Elizabeth así que le dije al chofer que parara.

-Hola preciosa si quieres te llevo-dije yo

-Hola, en cantada -contesto echándose a reír- Nicholas hoy hay una fiesta en la playa.-dijo con una sonrisa de oreja a oreja.-ya sabéis que no vamos a faltar así aprovechas de conocer la cuidad.

-¿Acaso eres sirena y yo no lo sabía? Te la pasas todos los días en la playa-dije

-Cariño, no hay nada mejor que escuchar las olas de y las familias con sus pequeños hijos felices-dijo con su amor a las familia unidas y después volvió a sacar el tema de la fiesta.

-Lo que tú digas señorita.-dije mirándola con una sonrisa.

El chofer se detuvo y bajamos y cada quien tomo su camino.

-Te espero, para que nos vallemos juntos-dije dirigiéndome a mi taquilla.

-Oh gracias amigo-dijo Elizabeth abrazándome.

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El día se pasó muy rápido, estaba esperando en la salida a Elizabeth, mientras miraba como la gente salía del instituto riendo y otros normal sumidos en sus pensamientos. ¿No os pasa eso de ver a una persona tan sumida en sus pensamientos que te dan ganas de saber que pasa por su cabeza o que estaba ideando? No, solo yo tengo esa curiosidad

*Mensaje*

De Michael:

Voy a ir un momento a tu casa, ¿Vas a estar?

*Fin Del Mensaje*

Si claro, te espero entonces.

Estuvimos todo el camino hasta la casa de Elizabeth callados. En mi cabeza solo rondaba Michael. Soy tonto por haberlo invitado. Me di un golpe mentalmente. La sonrisa que me dio después de aceptar era la única que rondaba por mi cabeza. Seguro que había pensado cosas asquerosas en ese cerebro de mosquito, y no quería que eso fuera así, no.

-Bueno ten cuidado cuando valla tu Michael-dijo Elizabeth sonriendo.

-No se mío, y nunca lo será.-gruñí

-Ya, ya-dijo cerrado la puerta yo le saque el dedo medio, pero no lo vio, vi como entraba a su casa y después el chofer acelero hacia mi casa, enfadado conmigo mismo por la estupidez que acabo de cometer.

Un Nuevo ComienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora