Noche en la cancha

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  ̶  Yo se jugar Mei, sólo tienes que meter un balón en el aro, no es la gran ciencia.

  ̶  Pero eres pésima jugando, recuerda cómo te fue cuando intentaste recuperar mi libreta.

  ̶  ¡Era mi libreta! ̶ gritando.

  ̶  Tú lo has dicho, era ̶ más seria de lo normal.

  ̶  "Me encanta hacerla enojar, sus pataleos son tiernos"   ̶  pensó Mei mientras observaba esos ojos que la volvían loca    ̶  bueno, dime si no quieres regreso a mi libro.

  ̶  Está bien, vamos antes de que sea más tarde, mamá dijo que esta noche si llegaría    ̶  tratando de calmarse    ̶  creo que te amo demasiado, de otra forma no podría entender cómo te tolero.

  ̶  Pues a mí no me queda de otra, voy por una botella de agua, tú lleva el balón.

Llegando a la cancha Mei deja la botella en una banca, arrebata el balón de las manos de su rubia y comienza hacer algunos encestes desde la línea de 3 puntos.

  ̶  No presumas Mei, préstame el balón.

Mei gira y lanza hacia Yuzu, pero la segunda no estaba preparada así que recibe con el rostro ̶ ¡ay! mi linda cara ̶ tirándose al suelo ̶ eso es falta, mil puntos para mí ̶ mientras algunas lágrimas salían y se cubría con las manos.

  ̶  "¡Oh por dios no, su linda cara!"   ̶  pensó Mei angustiada  ̶  eso te pasa por no meter las manos ̶  se arrodilla para revisar a su hermana   ̶  déjame ver, no tienes sangre, ¿dónde fue el golpe? seguro sólo se te inflamara.

Yuzu aprovecha para rodear con su brazos a Mei, empujándola con su cuerpo de forma que la deja en el suelo debajo de ella, se quedan mirando una a la otra, siendo Mei que toma del cuello a Yuzu para besarla.

  ̶  mmm, auch, auch, me golpeo en la boca- separándose de la menor y tocando su labio.

  ̶  El agua está fría, pon la botella en tu labio antes de que se inflame, no quiero que te la pases quejándote.

Yuzu se levanta y obedece a su hermana, se queda en la banca unos minutos observando a Mei jugar.

Un par de jóvenes se acercan a las canchas, eran un chico de baja estatura, y una chica un poco más alta que Mei   ̶  Hola, amigas ¿podemos jugar un dos a dos?   ̶  era el muchacho quien hablaba.

Yuzu voltea a ver a Mei comenzando a hablar  ̶  no lo sé...

  ̶  Claro su balón o el nuestro   ̶  responde Mei al memento que avienta el balón en sus manos para recibir el de ellos.

Antes de comenzar la pelinegra se acerca a su hermana para recordarle extender las manos cuando fuera a recibir un pase, lo que por supuesto no le hizo mucha gracia a Yuzu.

Los contrincantes de las Aihara eran muy coordinados, pero Mei no fallaba ni una canasta además al parecer tenía un don para motivar a su equipo ̶ ¡Yuzu, muévete de ahí!, ¡el balón no llegará a tus manos mágicamente!, ¡la próxima vez que intentes brincar despega los pies del suelo!, ¡corre!, ¡vaya, hasta que anotaste una!

Luego de algunas horas  ̶  bueno chicas tenemos que irnos ya son casi las 10pm, gracias por dejarnos jugar  ̶  les dieron la mano, tomaron su balón y las dejaron solas.

  ̶  ¡10 de la noche!, eso explica porque estoy tan casada  ̶  exclama la mayor mientras se recostaba en una banca.

Mei bebía algo de agua mirando de reojo a Yuzu, se acerca y pasa una pierna por encima de la banca para quedar sobre su rubia  ̶  ¿cómo sigue el golpe?

  ̶  ¿eh?, creo que bien   ̶  enseguida los labios de su hermana se unen a los suyos.

  ̶  Yuzu deberíamos subir a ducharnos antes de que llegue mamá   ̶  volviendo a besarla, pero esta vez le muerde su labio inferior.

Yuzu se estremece un poco e intenta apartar a Mei debido a que el mordisco fue exactamente donde ya estaba lastimada.

  ̶  Bueno vámonos  ̶  Mei toma el balón comenzando a alejarse.

  ̶  ¡Espera Mei!, ten compasión estoy agotada y me dejaste mal herida.

Al llegar a su hogar son recibidas por Ume con cara de pocos amigos  ̶  ¡Yuzuko Aihara! dame una buena razón para no dejarte castigada los pocos días de vacaciones que tendrás, ¿por qué mi dormitorio está hecho un desastre?

Yuzu entra en pánico sin poder formular palabra alguna, pero Mei interviene  ̶  creo que es mi culpa madre, le dije a Yuzu que quería jugar baloncesto, por eso tomo tu balón  ̶  entregándolo a Ume  ̶  lo siento mucho de saber que Yuzu dejó un desorden la habría ayudado a limpiar antes de que saliéramos   ̶  mira a Yuzu con ojos de reprimenda.

   ̶  Jajaja entiendo, no sabía que te gustara el baloncesto, Yuzu ve a limpiar, Mei toma ahora es tuyo  ̶  le da el balón de vuelta   ̶  espero tener pronto un día libre para jugar con ustedes.

Mei se quedó sin habla contemplando el balón.

Yuzu se dirigía a el cuarto de su madre, cuando   ̶  un momento, Yuzu que es esa sangre que escurre de tu boca.

Mei abre aún más los ojos y levanta la cabeza    ̶  ah, también puedo explicar eso.

Yuzu estaba roja como tomate recordando como su hermanita la mordía.

  ̶  Yuzu aprendió a la mala como atrapar un balón.

Ume se comienza a destartalar de risa, mientras Yuzu le dirige una mirada rápida a Mei antes de ir a levantar su desastre.

  ̶  Madre, gracias por el balón.

  ̶  No hay porque Mei-chan, a las madres les gusta entregar las cosas que más aman a sus hijas   ̶ sonriendo ampliamente en dirección de Mei.

Ya en su habitación Mei coloca su nuevo balón a un costado de su escritorio    ̶  "de verdad quería tomar un baño con Yuzu, pero creo que esto no está tan mal" ̶  el sonido de la puerta la saca de su pensamiento.

  ̶  Oye Mei, perdona por meterte en problemas   ̶  avergonzada no podía verla a los ojos.

  ̶  No importa, obtuve un buen premio   ̶  sin dejar de ver el regalo de Ume   ̶  además, fue un gran día ¿no crees?

La cara de Yuzu se iluminó   ̶  ¡por supuesto que lo fue!, bueno iré a tomar un baño, no tardo.

  ̶  Espera, Yuzu.

  ̶  ¿Qué sucede Mei?

  ̶  Ya no hablaste sobre lo que dijo al teléfono Taniguchi hoy.

  ̶  Cierto, Mei, tendrás que charlar con Harumin muy seriamente lo más pronto posible.

BETWEEN LOVEWhere stories live. Discover now