Venganza fría.

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Preparaba la regadera para tomar un baño con agua tibia, me hacía falta como nunca antes. Revisando que la temperatura fuera la adecuada con mi mano, me quite la ropa con cuidado, en especial la blusa y el sostén. Mis temores eran comprobados en ese instante, la tela de estas prendas estaba casi fundida a mi piel.

Creí que el ardor al retirarlas era incomparable, al caer el agua en mi espalda entendí mi error. Por mis piernas que temblaban sin control, escurría sangre, incluso tocía una poca. Parece que esta ocasión se había emocionado con las patadas.

Al salir de la ducha opté por no usar ninguna prenda en mi torso, tomé una botella de alcohol además de algodón. Queriendo alcanzar las heridas, mis costillas adoloridas no me lo permitían, así que en mi desesperación simplemente la vacié desde mi hombro derecho. Vaya infierno en el que estaba (le daría un 4 en mi "top diez de golpizas").

Sonaba el teléfono en la casa, corrí desesperadamente a contestar, aterrorizada por si ella lo escuchaba. Afortunadamente mi madre seguía inconsciente en su ebriedad.

Respondí quedamente   ̶  ¿si, diga?

  ̶  Ichigo, ¿estás bien?

Era Irira, con escuchar su voz se calmaba todo el dolor en mi cuerpo    ̶  podría estar peor.

  ̶  ¿Quieres que vaya a verte?

Dudando que debía decirle   ̶  no me parece buena idea, si se despierta...

  ̶  Puedo salir por tu ventana, le he perdido el miedo a caer de tu cornisa.

  ̶  Iri, mejor te veo yo mañana.

  ̶  Responde esto, ¿eres capaz de curar tus heridas?

No podía mentir, así que guardé silencio.

  ̶  Lo sabía, llego en unos minutos.


En mi habitación, Irira me quería quitar la playera que me había puesto antes de que llegara. A pesar de estar mal herida, el que ella fuera pequeña me ayudaba a no permitírselo.

Con una expresión de fastidio    ̶  Keiji Ichigo, no es la primera vez que te veo sin nada encima, si es lo que te preocupa. Tampoco la única que te he ayudado con esto, así que ¿cuál es tu problema?

Era verdad, desde que todo esto comenzó sólo la tenía a ella.

  ̶  Ya hace casi un año desde la última vez, las cosas han cambiado...    ̶  cruzándome de brazos.

Enrojecida    ̶  no eres a la única que le han crecido   ̶  viendo hacia otro lado, de igual forma cubriéndose con sus brazos.

  ̶  ¡Lo ves!, ni siquiera puedes mirarme a la cara al decir eso.

  ̶  Necesitas ayuda, así que superémoslo de una vez.

  ̶  Está bien    ̶  resignada intenté descubrirme.

Dándose cuenta que me estaba costando trabajo    ̶  ven te ayudo.

Me paré frente a ella alzando los brazos.

  ̶  Mejor siéntate   ̶  un poco frustrada.

  ̶  Oh si, lo siento.

  ̶  No puedo creer que cada vez seas más alta   ̶  quitándome la playera, se quedó un momento viéndome    ̶  no tendrías por qué avergonzarte, luces linda.

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