Colorblind [KiriBaku]

T

8 años.

— ¡Mamá! ¡Crimson Riot está de nuevo en la tele! ¡Quiero verlo! 

El pequeño Eijiro tomó la tela del pantalón de su madre para tironearlo levemente mientras apuntaba con uno de sus dedos en dirección a la televisión, esperando a que la mujer subiera el volumen de la misma, cosa que no tardó en hacer. Posterior a eso, el menor de ambos se sentó justo frente a la pantalla con una amplia sonrisa que duró unos segundos antes de que fuera apagándose lentamente.

— Mamá, no puedo verlo bien.—apuntó el niño mientras miraba a su madre la cual se limitó a hacer una mueca y a abrazar a su hijo.

— Tranquilo, amor, algún día encontrarás a tu alma gemela y podrás verlo perfectamente.

— ¿Qué es una alma gemela?

— Bueno, es como tu mejor amiga o amigo, pero más que eso.—la mamá de Eijiro lo tomó entre sus brazos para dejarlo sobre su regazo, de manera que pudiera abrazarlo y acariciar su cabello cómodamente mientras seguía hablando.— Es esa persona en el mundo que te conoce mejor que nadie, es alguien que te hace una mejor persona, aunque, no te hacen una mejor persona, lo haces tú mismo, mi amor, y es porque te inspira.

— ¿Como tú?

— No, mi vida, un alma gemela es alguien que llevas contigo para siempre, es aquella persona que...—se interrumpió pensando en las palabras indicadas.— que te conoce y acepta y, creerá en ti antes que nadie o cuando nadie más lo haría. Y que pase lo que pase, siempre se amarán, nadie podrá cambiar eso. 

— ¿Y será bonita?

— No lo sé. cuando conozcas a tu alma gemela me lo dices, ¿sí?

— Sí, y será la persona más hermosa, después de ti, mami.

Madre e hijo se sonrieron mutuamente, una por la inocencia y pureza de su hijo, y el otro simplemente porque amaba ver a su mamá sonreír, para él, siempre fue la persona más hermosa del mundo, ni sus compañeras se le igualaban. Y esperaba que su alma gemela fuera igual de bonita, y que le hiciera sentir seguro como lo hacía la mujer que le estaba abrazando.