LIFE: de mesero a modelo (Completa) [Life 1]

Prólogo

ADVERTENCIA.
Esta historia no ha sido correjida aún, me disculpo de antemano por los errores ortográficos que dentro de la historia puedan encontrarse.

Sábado, es el día que trae consigo una noche calmada con verídica brisa, haciendo a mi cuerpo estremecer en una sensación de paz, pero a la vez abatimiento.

Aún prestándole atención al clima, atravieso la amplia sala de estar, junto a mi madre, hermana y el tarado de mi mejor amigo, en dirección a la puerta.

—Que te vaya bien mamá —le transmito mi sonrisa, para darle un tierno beso en la mejilla, a lo que el tarado que tengo a la par chilla de forma burlesca, pero ignorandolo, prosigo —. A ti igual pequeña —acaricio cabeza de mi hermana menor —. Que tengas mucha suerte —acaricio suavemente su rubia cabellera, mientras ella hace un tierno puchero.

—Chasi, me despeinas —infla sus mejillas, haciéndome soltar una leve risa.

Está así de delicada, porqué en unos minutos participará en un certamen de belleza infantil a nivel estatal.

Situación en la que salgo afectado, ya que, sufro al ser mayormente molestado, por ese pequeño manojo de nervios, pero está bien, para eso estamos los hermanos mayores.

—Oye, oye, calma. Te ves perfecta —la anima Tenneesse.

—Gracias —responde con un inmenso brillo en sus ojos verdes, como pasto junto a las flores de primavera. Típico en ella.

—Usted gozelo —habla Tenessee, ahora a mi madre quién sonríe de dientes —. Prometo cuidar a esta bola de pelo —revuelve mi cabello, ocasionando que refulle.

Sin dudar lo golpeo, a lo que él hace una mueca de dolor, meramente graciosa.

—Está bien, solo no incendien la casa y nada de arruinar mi cocina otra vez —responde mamá, en señal de advertencia, ya que hace tiempo casi le da un paro cardíaco al ver su preciada cocina hecha un caos—. Cariño apresurate o llegaremos tarde —llama en forma de queja a mi padre, que se tarda más que una dama a la hora de salir.

—Claro, ya voy, realmente lamento la tardanza —avisa papá, corriendo.

—Que apuesto se ve señor —juguetea Tenneesse, sacando una risa a papá.

—Ya lo sé —se jacta con superioridad —. Pórtense bien chicos y no ocasionen desastres —. Nos señala, con advertencia, para salir por la puerta.

—Bueno, nos vemos —dice mamá, quien me da un último abrazo, igual a Teneessee para luego marcharse junto a mi padre y hermana.

—Crecen tan rápido —murmura Tenneesse fingiendo limpiarse una lágrima, en tanto se marchan.

—¿Tú cuándo crecerás? —me burlo sabiendo lo infantil que puede ser a veces.

—No lo sé, tú dime —sonríe de dientes.