Epílogo.

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Chase Denovan.

Suelto un suspiro, rendido cuando me relajo dentro del ferrari negro de lujo.

—Me alegro de que todo esto terminara —suelto con los ojos cerrados, escuchando como Amanda cierra la puerta de su lado, al entrar —. Aún no entiendo porqué le dijiste al doctor que estuviera más tiempo en el hospital, incluso Hall salió hace cuatro días.

—Porque no quiero que tengas una recaída, además es mejor que salgas un sábado y dar un tiempo más a los chismes de los programas, para que se calmen.

—Igual, extraño la mansión, tengo más de dos semanas de no ver a Doki, lo extraño mucho —Amanda esboza una sonrisa.

—Seguro que él también te extraña a ti, minino hermoso.

—Ya te dije que no me digas así —inflo mis mejillas.

—Ya deberías haberte acostumbrado, porque no pienso dejar de llamarte minino. Por cierto —volteo mi rostro para verla a los ojos, tiene un brillo especial, acompañado de duda —. He estado pensando esto y... Quiero que vivamos juntos.

Mi bica se abre levemente ante la sorpresa, y el calor llega hasta mis mejillas rápidamente, por lo cual desvío mi rostro.

—A-Amanda, p-pero ¿Qué estás diciendo? —con sus manos, hace que voltee mi rostro de forma delicada. Ella me mira de una forma perversa, por lo que yo oculto mi rostro entre mis manos.

—¿Cómo? ¿Es que acaso no quieres vivir conmigo? —habla cerca de mi cuello provocándome escalofríos.

—No hagas eso —me alejo un poco hasta topar con la puerta.

—¿Que no haga qué? —continúa acercándose —¿Esto? —besa rápidamente mi cuello. Lo cual hace que yo suelte un gruñido un tanto raro —. Eres una ternura total —sonríe.

Aparta mis manos y ataca mis labios, yo suelto otro leve gruñido pero no pongo resistencia, a decir verdad extrañaba esto, Amanda se ha negado a besarme todo el tiempo que estuve en el hospital y eso ha sido desesperante.

Sin previo aviso introduce su lengua, haciéndome dar un respingo y soltar un leve gemido, sin embargo continúo el beso.
Ella empieza a recorrer mi pierna con sus manos, mientras yo me concentro en ir a su cintura, el beso es magnífico y lleno de pasión, como si demostraramos en el cuanto hemos extrañado los labios del otro en todos estos tortuosos días, Amanda poco a poco va subiendo su mano hasta tocar mi trasero, suelto un quejido y me separo de ella inmediatamente.

—Amanda ¿qué rayos haces? —me quejo, ella sonríe y sorbe su labio.

—Lo siento, me deje llevar y olvidé lo arisco que eres —inflo mis mejillas y desvío mi rostro —. Sigo sin entender como es que lo hicimos aquella noche —abro mi boca, asombrado —. Pero me encantó - sonríe perversamente.

—Amanda ya deja de decir eso.

Ni yo entiendo como pasó, creo que fueron los tragos. Ah, pero ni siquera bebimos lo necesario para estar ebrios. Creo que me dejé llevar por el calor del momento y los sentimientos encontrados de nuestro regreso, aunque no me arrepiento de lo que ocurrió, es vergonzoso que lo diga a menudo con toda la tranquilidad del mundo.

—Aún no has respondido mi pregunta —Amanda arranca el vehículo.

Dejo que mi mente divague un poco con la vista de la ciudad y la fría brisa, que entra con sutileza por los vidrios abiertod.

—Claro que sí —me apoyo en la ventana con una leve sonrisa. Apuesto a que ella también está sonriendo.

—¿Te gusta la vista?

LIFE: de mesero a modelo (Completa) [Life 1]Where stories live. Discover now