Mentira piadosa

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Nunca supo de donde habia sacado el valor para llamar de manera tan insistente al número de aquella chica que firmaba siempre bajo el seudónimo de Ladybug. Recordó como la primera llamada su corazón parecía salir e incluso podía jurar que estaba a punto de hacer explotar su pecho debido a los nervios.

Un alivió llegó a él cuando no contestó la primera vez, ni la segunda, ni la tercera.

Esa adrenalina era extraña, pues a pesar de no estar haciendo esfuerzo físico alguno o algun deporte extremo, vaya que se sentía como si saltara de un avión.

A la décima llamada, Max, quien se encontraba a su lado, reprobó su comportamiento, reprimiéndolo con sutileza por tal insistencia, llamándolo acosador en un principio.

¿No te has puesto a pensar que no contesta números ajenos? Quizás ya asustaste a la chica ― Y realmente aquellas palabras le daban miedo.

No tenía nada más de ella más que su correo, su nombre y su número ¿Cómo podría buscarla entre tantas personas del mundo?

Aunque la localización se hacía cerrada gracias a la lada del número de teléfono, que era precisamente ahí en París. Pero ¿Quién le decía que no habia cambiado de teléfono, o que quizás se habia mudado?

Eso no la detuvo a ella cuando me enviaba los mails ― Alcanzó a responderle, para después tirarse en su cama.

Aquella frase se mantuvo en su cabeza. No sonaba del todo correcto, claramente estaba mal. Pero, si lo ponía en retrospectiva, era algo muy similar.

Para tranquilizar a su amigo, y a sí mismo, dijo que solo lo haría hasta que ella respondiera; pues su único interés era compartir un par de palabras con ella, conocer su voz, aunque aún no tenía muy bien pensado que diría.

Y pensaba que sería así. Después de todo, quizás le pegaría aquel síndrome de fanática que aquella chica aparentemente habia pillado. Después de obtener algo que deseaba, retirarse y quedarse con ello era lo mejor.

En su cabeza aquello sonaba extrañamente romántico, una breve historia que podría recordar cuando fuese adulto, una que incluso podría relatársela a sus nietos.

Pero en cuanto escuchó la voz de ella, supo que realmente se estaba convenciendo a si mismo de una mentira.

La voz de ella detonaba una seguridad que no habia podido identificar, una osadía que para él era difícil de reconocer y una amabilidad que muy pocas veces conoció como parte de un gesto sincero, y no por sobre quien era.

¿Era posible reconocer tantos aspectos de una persona simplemente por sus emails y por una breve llamada telefónica? No lo sabía, pero el sentir su corazón latiendo de manera desbocada le decía que podía existir una pequeña posibilidad.

Quizás aquella mentira no habia sido lo mejor que habia llegado a su cabeza mientras hablaba con ella, pero ahora que lo pensaba, estaba feliz de haberlo hecho.

No se sintió mal por ello. Tampoco se sintió mal por mentirle a Max, e incluso a sí mismo.

Y cuando vio el mensaje en la pantalla de su teléfono, pudo reafirmar ese pensamiento.

"¿Ya hiciste el pedido a la página que te recomendé?" Decía.

Después de todo, aquella conversación telefónica habia sido el puente para que ella le ayudara y enviara mediante mensaje algunas páginas para aquella compra.

Y de ahí, breves mensajes.

Redactados por la chica que habia estado al pendiente de él por un largo tiempo.

Desbloqueo la pantalla del teléfono móvil, dirigiéndose a su lista de contactos.

Adrien se habia dicho a si mismo que no hablaría con ella más, y que solo deseaba dejar las cosas a mano. Se lo habia prometido a Max.

Pero, técnicamente Adrien no habia hablado con Marinette, si no aquel extraño con unos padres terriblemente horribles para los nombres; Chat Noir.

Una breve llamada para agradecerle no afectaba a nadie. Después de todo, a Marinette parecía agradarle un poco, pues se preocupaba por que no fuese estafado de nuevo.

Y entonces, el tono de llamada comenzó a sonar al mismo tiempo que su corazón comenzaba a sobresaltarse en su pecho.

[...]

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Nuevo día, nueva parte.

¿Y saben que? ¡ESTOY CONDENADAMENTE FELIZ!

CON ESTA PARTE DOY POR TERMINADO EL RETO DE NANOWRIMO. Yep, alcancé la meta de 50,000 palabras en todo el mes de noviembre. Y me siento super feliz por que realmente no pensaba poder lograrlo, pero ohmaygad diria Joseph Joestar. TE VENCÍ NOVIEMBRE, VEN POR MI EL PROXIMO AÑO.

Bien. Me calmó. 

Es todo por hoy :) mañana nos estaremos viendo por acá. 

¡Un beso!

Fanática [Miraculous Ladybug AU][Drabbles]Where stories live. Discover now