Tiempo en el que estas lleno de dudas

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Observó su monitor por enésima vez aquella noche, la bandeja de entrada de ese correo parecía ciertamente un desierto, exceptuando la carpeta de spam y un email solitario que se marcaba como ya leído.

Sintió su estómago revolverse mientras leía el remitente, notando como el poco aire de sus pulmones se escapaba ante la desesperación.

¿Por qué todo el mundo parecía querer presionarla para responderle aquel correo a quien había puesto en un pedestal durante tanto tiempo? Y no es que hubiese cambiado de opinión drástica en torno a aquel chico, pues esa respuesta tan cordial realmente era algo que simplemente parecía elevarlo aún más ante sus ojos.

Aun así, se sentía culpable.

Bien, quizás en el email el sonaba tranquilo ante los que ella había mandado con anterioridad (y con mucha insistencia), pero ella ahora no podía actuar normal ante semejante comportamiento con el cual se había comportado.

Tal como decía Alya, era algo que ya rayaba lo enfermizo.

¿Cómo mandarle todo aquello a alguien que no te conoce? ¿Cómo decirle cosas tan privadas de tu vida para intentar generar un lazo? ¿Por qué asumir hechos en la vida de esa persona que no le correspondían?

Era una fanática, sí. Pero ¿Qué la excusaba de haber actuado de tal manera? Nada, ni siquiera la respuesta que había obtenido de él, casi agradecido por el trato que ella le daba ¡Lo cual no tenía ningún tipo de sentido!

― No es como si me hubiera gustado una orden de restricción o algo parecido, pero de todas formas, está mal ― Se dijo a sí misma, dando un clic con el mouse justo en el correo, abriéndolo nuevamente.

Pudo notar que los correos que ella había enviado aparecían como si de una conversación se tratara, e intento no sentirse aún peor por ello.

Se excusaba diciéndose cada que le escribía que probablemente él no los leería, que quizás aquel chico llamado Wayhem le había mentido sobre la dirección del correo y que no debía preocuparse para escribir con libertad. Además, si fuese realmente su email, entonces estaba bien, después de todo, era una fanática.

Pero al ver la respuesta de él, o más bien, al leerla, cayó en cuenta en que nada de eso estaba bien.

Se había tomado libertades que no le pertenecían, muy a pesar de la reacción positiva de él, en su corazón había empezado una señal de alarma.

No quería sentirse desesperada por escribirle, no quería tampoco tener que esperar por alguna respuesta de vuelta, no quería sentirse así de enferma.

Por qué quizás al principio siempre decía que era fanatismo, pero al paso del tiempo comprendió que aquello se trataba de un amor platónico, uno al cual había dado más de lo que debía.

Se supone que cuando existe amor, uno siente como las noches brillan más debido a las estrellas y que los días se caracterizan por tener brillo propio incluso cuando el sol es opacado por las nubes, o era eso lo que decía la letra de su canción favorita. Y sí, había llegado a sentirse de esa manera admirando las fotos de Adrien Agreste, e incluso mientras escribía tantos emails como podía a lo largo del mes.

La realización la golpeo con su respuesta, llenándola de dudas, preguntándose porque de repente se sentía como tener una enfermedad.

Habia amado de una forma errónea, una forma por demás incorrecta, y al darse cuenta de ello, se hastió. Necesitaba alejarse y en definitiva no responder a algo que la llevaría a un círculo vicioso.

Su madre se lo había dicho en muchas ocasiones; No todo lo que brilla es oro. Y no lo decía por el modelo, pues ella tenía la idea de que era alguien increíble. Si no más bien, por aquello que mucho tiempo oculto como un fanatismo.

Ooh, ooh baby we've been a long long way ― Susurró, imitando la suave tonada de aquella, su canción favorita, mientras un sabor amargo llegaba a ella.

A su vez que seleccionaba el único correo que se encontraba en su bandeja de entrada, para después proceder a eliminarlo.

Quizás había exagerado al responderle de aquella manera tan brusca a su nuevo extraño amigo, pero realmente le era desesperante aquel asunto, pues explicar su sentir no traería nada bueno.

Era más fácil decirse a sí misma que había tenido miedo de esos extraños sentimientos abrazadores y casi enfermizos, pero era difícil decirlo a alguien más.

Además, no entendía por que le daba tanta importancia. Tanto él como Alya, a decir verdad.

Escuchó su teléfono sonar, llevando su mirada hasta la pantalla de este.

En la pantalla mostraba el más reciente contacto que había guardado; "Chat Noir".

Suspiró, presionando la tecla de bloqueado del teléfono, silenciándolo. No tenía ganas de hablar por el momento.

― No ahora, Chat ― Susurró, girando su teléfono para que este quedara boca abajo.

[...]

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Noches estrelladas, días soleados, siempre pensé que el amor debía ser así. Luego llega un tiempo en que estas lleno de dudas, has amado todo lo que puedes y ahora estas hastiado.

¡Mil disculpas por no actualizar el día de ayer! Los exámenes y proyectos finales llegaron hasta mi, además de estar preparando la próxima actividad de MiraculousFanfics para todos ustedes, me dejo sin un tiempo para poder actualizar (Vayan a darle una vuelta!)

Hoy podrán ver como se siente Marinette al respecto de los correos, admitiendo que se le había pasado la mano, y ahora podemos saber por que no quiere hablar de eso.

¿Alguna vez se sintieron en una situación donde algo que debería hacerles sentir felicidad, simplemente resalta todos sus errores y sienten un sabor amargo? Bueno, esto sucede aquí con nuestra adolescente.

¡Un beso! Muchas gracias por todo su tiempo.

¡Nos vemos mañana!

Fanática [Miraculous Ladybug AU][Drabbles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora