Capitulo 44

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Carlos estaba recostado sobre mi cama aún con espasmos luego de llorar más de media hora, lo abrace fuerte, como si eso fuera a llevarse su dolor. 

Su madre había muerto esa tarde, sólo dejo de respirar, Carlos había llegado de comprar las cosas que faltaban en casa cuando noto que algo no andaba bien. Para cuando entro al cuarto de su madre ella ya se había ido. No supo cómo explicarle a sus hermanos pequeños, que ya no verían a su madre en la casa, que ella se había ido, que por lo menos en esta vida ya no la volverían a ver. 

Se me parte el corazón de verlo así, y es aquí donde me doy cuenta que mi dolor no se compara al suyo, y fui egoísta al encerrarme en mi misma, cuando era el que necesitaba mi ayuda. 

—Carther... ¿como logras vivir con este dolor en el pecho? Siento que nunca se va a ir - tome su mano abrazandolo aun mas fuerte. 

—Tienes que aprender a darle su espacio, siempre la extrañarás, a veces dolerá más unos días que otros, pero voy a estar aquí siempre Carlos, tienes que dejarla ir, ella está mejor ahora, ya no sufre - 

Las lágrimas no dejaban de caer por sus mejillas, no sabía exactamente como ayudarle, lamentablemente este dolor, había que sufrirlo, y no podía detenerlo nada más que el tiempo, incluso el tiempo no lograba curarlo del todo. 

Se quedó dormido sobre mi cama, su padre viajó de emergencia, estaba con sus hermanos en casa, mi amigo necesitaba un respiro, me encantaría poder ayudarlo de alguna otra manera, sólo esperaba que su dolor se curará rápido. Dejé sobre la mesita un poco de jugo y algo de comer para cuando despertara, de seguro no había comido nada. 

Por mi parte, saque mi ropa y fui al cuarto de invitados, había sido un largo día, muchas emociones por hoy. Mi teléfono tenía un nuevo mensaje de Jonathan, lo había enviado hace un par de minutos. 

"Espero te encuentres bien angel, buenas noches, gracias por el helado"-J

"Gracias a ti, no estoy demasiado feliz 😞 pero intentare estarlo, gracias otra vez"-C 

"¿Paso algo? Puedes contarme lo que sea ya lo sabes-J

"La madre de mi mejor amigo falleció, nose como ayudarle, mañana lo acompañare a la iglesia, será un día triste"-C

"Siento leer eso, espero que el dolor se vaya pronto, ¿quieres que vaya a acompañarte? Me gustaría hacerlo-J

"No lose Jonathan... a Carlos no le agradaba demasiado Christopher, yo nose si le guste la idea-C 

"Ángel, mi nombre es Jonathan si mal no recuerdo, no soy ni hermano-J 

"Lo siento 😞 yo lose, no fue mi intensión ofenderte, te daré la dirección si deseas ir, estaré todo el día con el-C 

"Ahí me tendrás Carther, debes dormir, tu amigo te necesita mañana, que descanses angel-S 

Deje el teléfono sobre la mesita de noche y me cubrí con las mantas, me costaba asimilar todas las cosas que estaban sucediendo, debía dormir pronto, mañana sería un largo día, papá nos acompañaría, sintió mucho la pérdida de Carlos aunque no conoció a su madre de cerca como yo, era una excelente mujer, lo único que la mantenía luchando era su familia, a veces me pregunto por que Dios se lleva a las madres, son una de las personas que deberían ser eternas. 

*** 

Carlos fue a su casa a cambiarse de ropa mientras yo me encargaba de recibir a las personas en la iglesia, su madre era una mujer muy querida, me alegra saber que Carlos tiene una enorme familia de quien recibir apoyo, lo que me entristece es no haber visto a ninguno de ellos cuando realmente se necesito de su ayuda. 

Papá a cancelado sus reuniones, se quedará la mayor parte del día con nosotros, compro una corona de flores y las dejo a un lado del ataúd, los hermanos de Carlos aun no entienden muy bien la situación, sólo el mayor de ellos sabe que su madre se ha ido, tiene apenas doce años. 

Sofia llegó al medio día, llegó con Alex de la mano y un arreglo de flores, ahora es cuando me pregunto ¿cual es el punto de las flores?¿Por que flores?.

Se han sentado en una de las últimas bancas, cuando Carlos la vio, se sintió feliz de verla ahí, aunque no se hablarán casi nada, Carlos aun la quería, y podía verlo en la manera que la abrazo al llegar. Sofia parecía sorprendida pero le correspondió el abrazo de igual manera, muy adecuadamente Carlos saludo a Alex y le agradeció por haber venido. 

El servicio comenzó cerca de las dos de la tarde, muchas personas hablaron de lo grandiosa que era, uno de los hermanos de Carlos subió al podio para hablar, su padre no quería que lo hiciera, pero Carlos insistió.  -

—Se que tengo sólo doce años, y la verdad aún no entiendo muy bien porque te tienes que ir, me gustaría que te hubieras quedado más tiempo, para ver cuándo entraba a la universidad o cosas así - su labio comenzó a temblar, y sus ojos a llenarse de lagrimas- se que te hacía enojar mucho, una vez dijiste que si seguía haciéndote enfadar te irías, mamá, prometo que me comportaré - mis ojos se llenaron de lágrimas al escuchar al un niño que sólo quería a su madre de vuelta.

El padre de Carlos lo bajo del podio en cuando comenzó a llorar sin consuelo, sus manos se aferraban a la camisa de su padre, escondiendo su rostro en su pecho. Mire a Carlos el cual parecia más afectado que el resto, apretó mi mano suavemente para indicandome que estaría bien. 

Me levanté un momento para ir por las flores que estaban llegando, las personas pasaban y sólo las dejaban adelante, se estaban acumulando demasiado, la iglesia era pequeña, debía estar acomodándolas cada cierto tiempo.  Jonathan estaba en la puerta con un ramo de rosas azules, Carlos volteo a ver quien había llegado, la verdad el no le conocía, yo solo le había hablado de él algunas veces.

Jonathan camino entre las bancas y se acercó a Carlos entregándole el ramo, le dio el pésame y mi mejor amigo le agradeció por haber venido.  Acomodé las rosas azules entre las demás y me senté en una de las últimas bancas junto a Jonathan.

En las primeras se sentaba la familia y los mas cercanos, estaría un momento con Jonathan para agradecerle y luego volvería junto a Carlos.  -

—Lamento mucho lo de tu amigo - tomo mi mano dándole un suave apretón-  -

—Gracias por venir, Carlos enserio lo aprecia mucho -  -

—No debes agradecer nada, ¿tu estas bien? ¿necesitas algo?-  -

—No descuida, estoy bien- sonrei amablemente - ¿te quedarás un rato?-  -

—Todo el tiempo que quieras Carther, aquí estare- apoye mi cabeza en su hombro, agradecía mucho que estuviera aquí. Eran cerca de las tres cuando más personas comenzaron a llegar. 

Me disculpe con Jonathan, debía ir a ayudar a Carlos , estaban sirviendo refrescos y café para la familia. 

—No te preocupes angel, aquí estare- sonrei y me alejé de el para encaminarme a la pequeña cocina a un lado de la iglesia.

Había mucha gente en la entrada, ya no caían más personas sentadas, por lo que los demás debían estar de pie. 

Fue entonces cuando lo vi, todo de negro, su barba de días, camino hasta el ataúd y dejo rosas negras junto a las demás, estaba parada entre las bancas sin poder moverme, llegó hasta la entrada y tomó la mano de una chica, era Jessica, su mirada se encontró con la mía por un par de segundos para luego decirle algo al oído a Jessica. 

Mi cuerpo estaba demasiado cansado como para siquiera molestarme en llorar, mi mente estaba demasiado ocupada en apoyar a Carlos como para tomarme la molestia de preguntarme qué hacía aquí, di media vuelta y seguí caminando hasta la cocina, el me había dejado ir, yo debía soltarlo y seguir también.

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Deseos ProhibidosWhere stories live. Discover now