Cuatro

1.3K 140 41
                                    

Escuchó un grito intenso a su espalda, logrando que un escalofrió recorriera toda su columna.

Hizo una mueca de fastidio al escuchar los pasos de ella alejarse de manera torpe, corriendo y posiblemente tropezándose por todos los nervios que seguramente le sacudían en aquellos momentos.

Chat Noir quiso pensar que ella huía no solamente de él, sino también del maniático que tenía a unos pasos, completamente acorralado como una rata sin salida.

No conocía a la joven que acababa de salir despavorida de ahí, pero era claro que no podía tener más de doce años, a su punto de vista, una niña aun.

Y había estado en aquel lugar siendo aprisionada por el cuerpo repugnante del hombre que tenía frente a él, quien se encontraba tocándola en lugares completamente inapropiados, haciéndola gritar por ayuda.

Le dio asco el descubrir que a no muchos metros de ahí la gente pasaba con paso rápido, ignorando los gritos de sufrimiento que ella emitía para ser rescatada, pero nadie llegaba por ella, nadie se atrevía a hacer algo.

Entonces, se preguntó si en realidad era la maldad encarnada, como muchos medios de comunicación se jactaban. Sí, sus acciones no eran las mejores, pero él nunca podría ignorar aquello.

Así que sin pensarlo mucho se lanzó al pequeño callejón, tomando del cuello a la joven y lanzándola con quizás una fuerza innecesaria hasta la salida del lugar, logrando acorralar a quien hace algunos instantes disfrutaba de tocar el cuerpo de ella.

Cuando ya no pudo escuchar los estrepitosos pasos de ella alejarse, dejo escapar una risa tétrica, logrando que él hombre frente a él se crispara ante ello.

― Creo que a alguien no lo quieren, es triste que tengas que buscar a jóvenes indefensas para satisfacer tus ¿Necesidades? ― Arqueo una ceja, esperando que respondiera, pero solo pudo ver como en su rostro comenzaba a reflejar terror al notar como de su mano comenzaba a desprender una esencia oscura ― Eres alguien tan repudiable que necesita desaparecer ― Y aquello, como una amenaza fue directamente hacia el hombre.

Le daba asco, no lo conocía pero sentía una gran necesidad de acabar con él de manera rápida, que aquel ser se convirtiera en cenizas junto con todo el dolor que causo o que podía llegar a causar.

El maleante no lo pensó mucho, tenía que escapar de ahí si quería vivir para contarlo.

Después de todo, era la destrucción quien le amenazaba, no era un juego.

Esquivo el cuerpo del hombre en aquel traje extraño, comenzando a correr para poder alejarse de él por completo.

Chat Noir sonrió con molestia, era como si un insignificante ratón quisiera escapar de su depredador, un felino.

Vislumbro una puerta, quizás su única escapatoria, pensó el hombre.

Y sin pensarlo mucho, de un golpe pudo derrumbar la vieja puerta dándole acceso al edificio de tres plantas.

Chat Noir lo observó de reojo, se encontraba en uno de los barrios más pobres de París, Valiere, como solían llamarle, y ese edificio era un gran ejemplo de lo que se podía encontrar alrededor. Las ventanas se encontraban con los cristales rotos, tapizados con tablas de madera, desperfectos en toda la estructura, no dudaba que en cualquier momento caería hecho ruinas, él lugar estaba abandonado y sin mantenimiento.

Quizás escaparía por las escaleras de emergencia y se refugiaría en algún lugar, pensó Chat Noir.

Y, recargando su mano con fuerza sobre la pared más frágil a su vista, la destrucción se hizo presente.

No un villano [Miraculous Ladybug AU]जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें