Ocho

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Observó con atención las noticias desde su teléfono móvil, buscando de manera desesperada si alguien habia logrado captar la verdadera identidad a quien todo París solía llamar como La destrucción. Los artículos sobre lo acontecido no tardaron mucho en llegar.

Desde fotografías a videos aficionados, testimonios y personas que buscaban a sus familiares.

Uno que otro encabezado llamaba su atención, en especial aquellos que le llamaban cómplice del malhechor.

"Aquella que muchos llamaron heroína en su primera aparición por enfrentarse a la destrucción, aquella que nombraron como Ladybug por su peculiar disfraz no es más que una farsa. Sí bien nuevamente se enfrentó con el terror de París, ella parecía más convencida en tener una charla casual con él y, cuando lo tuvo bajo sus pies, en lugar de entregarlo a las autoridades ella simplemente huyo con él ¡Tal como un criminal lo haría! Ladybug no es una heroína señores ¡Es alguien que se preocupa más por el villano que por los propios ciudadanos!"

Cuando termino de leer aquel comentario sobre una nota amarillista sobre lo ocurrido hacia no más de media hora, suspiró.

No tenía como refutar aquello, pues prácticamente era verdad.

Se sintió culpable, pero no lo suficiente para hacer lo éticamente correcto, tal como lo mencionaba en su comentario.

Tikki acarició su rostro levemente, intentando darle confort ante la situación. Sí bien, las cosas no salían como ella misma deseaba, debía confiar en ella. Después de todo, cada portadora era diferente a su manera, y la situación durante todo aquello no era favorable.

Marinette por su parte dirigió una mirada a quien se encontraba tendido sobre su cama, a unos centímetros de ella, pues ella misma se encontraba también sobre esta, solo que recargada contra la pared, algo alejado de él.

Chat Noir, o más bien, Adrien Agreste.

La respiración de él era algo acompasada, incluso durante breves momentos podría decir que se encontraba plácidamente dormido. Pero en ocasiones su rostro se deformaba en una mueca que la confundía.

Al llegar a su cuarto lo primero que hizo fue quitarle la camisa que llevaba, yendo rápidamente por el botiquín de primeros auxilios que siempre estaba en su baño, limpiando un poco la vieja herida que ella habia abierto esa noche. Aprovechando también para poder curar sus propias heridas, pues si bien el traje no habia recibido rasguño alguno, por dentro tenia bien marcados los zarpazos de las garras.

El Kwami de él se dejó caer a su lado, cerrando sus ojos para descansar. Tikki bajo de manera sigilosa por algo a la cocina para que pudiese comer, necesitaba recuperar su energía.

Antes de caer rendido por el cansancio pudo escuchar como él le agradecía por algo mientras ella comenzaba a curar la herida.

Repaso su rostro con la mirada, pues nunca habia imaginado que Chat Noir se encontrara demasiada cerca de ella, tanto que incluso podía sentir que no era casualidad.

Por eso él sabía que ella habia dicho aquellas palabras en la entrevista que Alya le habia hecho, lo sabía a pesar de que su rostro aparecía censurado.

Él estaba ahí.

Estiró su mano, rosando con delicadeza las yemas de sus dedos la frente de él, quitando con suavidad unos mechones de cabello que habían caído sobre esta.

Entonces, pudo notar como los ojos de él la observaban fijamente.

Al principio, esperaba encontrar confusión en su mirada, pero con lo único que se encontró fue con culpabilidad.

No un villano [Miraculous Ladybug AU]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora