Capítulo 1: Tráfico

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La ciudad era sumamente intransigente, un caos por todas partes con demasiado tráfico y claxons sonando por cualquier lugar. Las personas corrían de un lado a otro y entre ellas, un chico de veintiún años llamado Axel, un estudiante de arquitectura en séptimo semestre de la universidad. Corría desde su casa a las 6:45 de la mañana esperando con ansías encontrar un autobús que lo llevara a su escuela pues debía entregar un trabajo muy importante, además de algunas revisiones que tenían que ser supervisadas por sus profesores.

-Espero llegar a tiempo...– Pensaba mientras estaba de pie contemplando su reloj café en la muñeca izquierda. Llevaba muchos papeles en brazos pues su mochila estaba repleta de planos y otros papeles, pero el más importante, su trabajo de investigación.

Pasaban los autobuses uno tras otro, llenos de personas apuradas para llegar al trabajo y a la escuela, y ninguno podía llevar (ni queriendo) a Axel porque no había lugar aun siendo él bastante delgado. Dieron las 7:30 a.m. y al fin, un autobús se detuvo a llevarlo de pie; Axel agradeció al conductor y procedió a mirar el reloj constantemente. Su escuela quedaba demasiado lejos como para ir caminando, y el trafico hacía más desesperante el momento, el joven estudiante deseaba llegar a tiempo, pero era imposible.

La mochila en la que llevaba su trabajo más importante estaba abierta, cosa que en ningún momento notó, y en un bache que se encontró el autobús, cayó el proyecto en el que se había demorado semanas en redactar. Axel bajó corriendo sin poderse percatar que el trabajo terminó debajo de los asientos, y las personas que iban en aquel transporte ni siquiera notaron eso debido a que iban atrapados en las pantallas relucientes y brillantes de su celular.

-Lamento la demora. - Axel estaba apenado, desordenado, con papeles en brazo, la mochila vomitando de sus útiles y algunos planos, en fin.

-Al fin llegaste, señor impuntual. - Angelica regañó a Axel por haber llegado muy tarde. - Tienes mucha suerte porqué parece que el maestro no vendrá.

-No puede ser, corrí en vano. –El joven estudiante pasó de estar preocupado a estar molesto.

-Lo sé, lo sé, todos están enojados. –La chica no mentía pues todos los alumnos de aquel salón estaban gritando palabrerías por la demora insensata del docente. - Como sea, ¿ya hiciste el trabajo final?

-Sí, mira. –Axel bajó su mochila a su silla para poder mostrarle el trabajo a su amiga. Tardó un poco. –Espera, es que está un desorden aquí.

-Ya lo vi. –Angelica solo reía de ver a su amigo preocupado, pero ella también comenzó a preocuparse cuando ese trabajo no aparecía.

-No lo encuentro. –Axel empezó a sudar de los nervios. Gotas y gotas de sudor recorrían su frente y todo lo largo de su rostro.

-Busca bien, quizá está en esos papeles que tienes afuera. - Su amiga intentó mantener la calma. La universidad era costosa y Axel estaba ahí por una beca de promedio de excelencia, sin embargo, por su trabajo había bajado en las notas y eso perjudicaba su estancia.

-Ya sé, ya sé. –Buscó tres veces y ese trabajo nunca apareció. - Debí haberlo olvidado en la casa, tendré que regresar.

-Vamos en mi carro. –Justo en ese momento se apareció el profesor.

-Chicos, buenos días. Siento mucho el haber llegado tan tarde, pero hay demasiado tráfico en la ciudad.

-No, hablaré con el profesor. Espero lo entienda. –La suerte estaba del lado de Axel ese día, o bueno, no estaba tan mal.

-Mañana recibiré los trabajos finales, por favor. Por ahora me tengo que retirar. –El maestro salió del aula y desapareció junto la preocupación de Axel.

-Vaya susto que te dio ese hijo de perra. –Angelica también era muy mal hablada.

-Lo sé, estoy que me muero de miedo. –Axel se despidió de Angelica y corrió para las demás revisiones de los trabajos a entregar. Su día fue correr dentro de la universidad, desde el edificio A que se encontraba en lo más alto, hasta el edifico G que se encontraba en lo más bajo. Cuando por fin terminó de hacer todo lo que tenía que ver con revisiones, entrega de trabajos y sus clases normales, pudo ver su celular. Su pantalla de notificaciones tenía muchos mensajes, entre ellos, los más importantes eran los de su hermano Cesar, su amiga Angelica y su jefe Saúl.

"Preséntate a las 18:00 a trabajar. Doblaras turno hoy."

Axel no había dormido bien y si iba al trabajo, le sería imposible volver a imprimir el trabajo tan importante que debía entregar. Cuando al fin dieron las 17:00 horas, el preocupado estudiante se fue directo a su trabajo en una tienda de ropa en una plaza comercial cerca de su escuela. Ese día no había muchas personas, y el trabajo estaba tranquilo, excepto él.

- ¿Qué tienes? - Le preguntó Alicia a su compañero.

- Tuve un problema con un trabajo que tenía que entregar y me tendré que quedar a la venta nocturna de hoy y termina muy tarde.

- Rayos Axel, espero que lo resuelvas pronto.

- Eso espero también.

Cuando por fin terminó de trabajar, Axel tomó un taxi que lo llevaría hasta su casa; cuando por fin llegó, entró corriendo a su casa haciendo mucho ruido y levantado a su mamá. Axel no le prestó mucha importancia. Abrió la puerta de su cuarto y fue directo a revisar la computadora para poder imprimir el trabajo, lamentablemente los cambios no fueron guardados y lo único que aparecía en el documento era "Axel Buendía Villalobos". El frustrado estudiante comenzó a llorar del coraje y desesperación que sentía, la impotencia y decepción de haber concluido un trabajo completo y que se perdió como se perdió su fe.

Axel se había resignado, así que se recostó en la cama para cerrar los ojos un momento pues en media hora debía correr de nuevo para tener que asistir a la universidad a enfrentarse a ese maestro, a los demás proyectos, a su cansado cuerpo, al trafico tan pesado y su vida en general.

Cuando el chico cerró los ojos un mensaje volvió a sonar y apareció en la barra de notificaciones de Facebook.

"Hola Axel B. Villalobos".- El perfil desde donde se había enviado el mensaje era desconocido pues no tenía información, fotografías o amigos en común. El nombre con el que se hacía llamar era "M.A.D". Axel ignoró por completo a aquel perfil vacío, pero otro mensaje sonó que de inmediato logró abrir sus ojos y quitarle el sueño y cansancio. "Tengo tu trabajo final de arquitectura." Axel tomó el celular y contestó.

El Amor de un DesconocidoWhere stories live. Discover now