Capítulo 5: ¿Quién eres?

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Toda la noche hablaron sobre sus trabajos, e incluso mostraban su deseo de conocerse mutuamente hasta que llegaron a una parte interesante de la conversación que M.A.D o Miguel Ángel indujo.

*Conversación en Messenger*

M.A.D: ¿Cómo crees que soy?

M.A.D: ¿Tienes alguna idea?

Axel: No, definitivamente no y realmente quiero saber quién me ayudó.

Axel: Bueno, está de más decirlo.

M.A.D: Yo sí te conozco, recuerdo cuando subiste apurado al autobús y bueno, creo que lo siguiente tu y yo lo sabemos.

Axel: Lo sé, lo sé.

Axel: Lo único que puedo decir es que trabajas en un restaurante famoso y bueno, eso reduce mi investigación.

M.A.D: Hoy entro tarde al trabajo, pero estoy despierto desde temprano hablando con un desconocido.

Axel: Eso debería decirlo yo. Tú me conoces a mí, pero yo a ti no.

M.A.D: Tiene sentido lo que dices, pero inconscientemente me conoces porqué estábamos en el mismo autobús.

Axel: Eso no es justo, sabes que no.

M.A.D: Solo estoy bromeando Axel.

Axel: ¿Por qué no puedo saber tu nombre?

Axel: No seas tan cruel conmigo.

M.A.D: No, prefiero mantener el misterio.

Axel: ¿Cuántos años tienes?

M.A.D: Veinticuatro

Axel: Eres mayor que yo.

M.A.D: ¿Cuántos años tienes tú?

Axel: Veintiuno, pero no es una gran diferencia de edad.

M.A.D: Supongo

M.A.D: ¿No irás a la escuela?

Axel: Sí, pero hoy entraba tarde, ya voy camino a la universidad.

M.A.D: Bien, yo tengo que preparar algunas cosas hoy de mi trabajo. Hablamos después.

Axel: Cuídate.

M.A.D: Igual Axel.

*Conversación de Messenger*

Axel se encontraba en un mar de emociones y sentimientos, comenzaba a enamorarse de un desconocido perfil de Facebook, una simple acción y el misterio de no saber de quién se trataba, hacía la combinación perfecta y casual de envolver el corazón un tanto lastimado del joven estudiante de arquitectura. Todo el día en la universidad pensaba en las conversaciones con M.A.D y en cómo sería aquella persona; poco a poco iba descubriendo cosas que le interesaban con mayor fuerza y deseaba con ansías que sus pensamientos sobre esa persona se hicieran realidad.

Miguel Ángel por su parte, se encontraba trabajando y no dejaba de pensar en el rostro preocupado de aquel muchacho, además, Axel denotaba ser una persona muy amable y carismática, así que eso aumentaba el interés del cocinero estrella.

Dieron las 19:26 y Miguel debía entrar a las 18:00 a su trabajo, pero decidió hacer algo que haría más interesante el misterio que envolvía a M.A.D. Axel estaba atendiendo a dos chicas que preguntaban por los precios de blusas de temporada y con descuento, lo típico en Voul.

-Muchas gracias, supongo que me llevaré esto. –Agradecía una de las chicas a Axel.

-No es nada, pasen linda noche. –Se despidió de las (un tanto) desesperantes clientes.

- ¿Desesperantes? –Gabriela era una muy buena amiga del trabajo.

-Demasiado, estaba al borde del colapso. –Axel notó a varios chicos en la sección de hombres, pero hubo alguien en particular que llamó su atención, era un joven de aproximadamente 1.75 de altura, delgado de complexión, de cabello negro y tez morena, un tanto bronceado. El chico observaba con atención las prendas de la tienda y seleccionó un pantalón ajustado, tenía buenos gustos (o eso decidió Axel) pues vestía muy bien, con un jean ajustado, una camiseta blanca con líneas negras y una gorra color blanco que hacía un perfecto conjunto con todo lo que llevaba puesto.

Miguel Ángel entró a la tienda esperando ver al chico preocupado, aquel estudiante que había perdido su trabajo final en un día lleno de tráfico, y así fue, vio que dos chicas estaban con él, así que fue a la sección de hombres por un pantalón ajustado pues le hacía falta uno en su guardarropa, Axel terminó con aquellas chicas y una amiga suya (eso supuso) del trabajo se acercó a él, y de inmediato se percató que lo observó, así que se concentró en buscar un buen pantalón.

Axel se dio cuenta que estaba siendo muy obvio con aquel chico atractivo, así que fue al departamento de mujeres a arreglar algunas cosas, Miguel Ángel tomó el pantalón, pagó y se fue de ahí. Los nervios de ambos (aunque Axel no lo conocía ni sabía quién era en realidad) se hicieron notar de inmediato, Miguel sudaba de las manos y la bolsa temblaba poco, aceleró el paso hacía su trabajo, mientras que Axel movía el pie muy rápido y se comía las uñas, era un espectáculo gracioso y tierno, el interés obvio de ambos, aunque de uno muy directo y razonable, del otro, por instinto e indirecto era digno de percibir.

El Amor de un DesconocidoWhere stories live. Discover now