Capítulo 7: Lemon

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Los dos chicos iban casualmente en el mismo autobús atravesando la ciudad dominada por el tráfico, Miguel Ángel se había percatado de la presencia de Axel, pero Axel de Miguel Ángel no.  El cocinero se encontraba en la parte de atrás del camión, mientras que el joven estudiante iba atrapado entre una señora que intentaba calmar los llantos de su pequeño y una señora de la tercera edad, que daba un poco de miedo por la mirada tan fría con la que veía. 

Desde lejos se podía apreciar que el autobús tenía dos ambientes distintos, uno calmado y otro inquietante, con personajes más extraños y frívolos; un teléfono sonó al fondo,  un sonido con tono francés, de inmediato contestaron.


- ¿Hola? - Miguel Ángel se desesperó un poco, pues era una llamada de su trabajo, una llamada que irrumpía su día de descanso. 

- Miguel, tuvimos un accidente en el restaurante y Wendy está siendo trasladada al hospital. Los jefes quieren hablar contigo, las aseguradoras están aquí. -El rostro de Miguel cambió de inmediato. 

-Llego en media hora. -Colgó, y detuvo el camión. Bajó corriendo y tomó un taxi, pero la ciudad no cooperaba con la desesperación de Miguel. 

Axel escuchó un poco de ruido en el lado calmado del autobús, era un chico, pero no podía distinguirlo por el pequeño cumulo de personas, obstruían su vista. De pronto, el camión frenó y aquella voz se fue. Intentó ver por la ventana, pero no logró distinguir nada. Un mensaje llegó a su celular. 


"Te veías muy bien hoy, lamento decir esto, pero una emergencia surgió en mi trabajo. No podré llegar hoy, lo siento".


El rostro de Alex cambió de inmediato, ni siquiera se dio cuenta del sentido del mensaje, fue como si a una gran fogata le hubiesen tirado un balde de agua, extinguió en segundos la felicidad que envolvía al joven. Pidió bajar del autobús y tomó uno de vuelta a casa, lugar en donde se recostó a escuchar música deprimente, se podía sentir la esencia incomoda y triste de Axel. 

Al otro lado de la ciudad, Miguel Ángel vio desde lejos el fatídico accidente y poco a poco, mientras más se acercaba al restaurante, los destrozos eran más evidentes y alarmantes. 

-Al fin llegas, ahí están los jefes. -Roberto tenía sucio el uniforme.

- ¿Cómo sigue Wendy? -Era una de sus preocupaciones más grandes.

-Bien, ya fue trasladada al hospital. -Eso calmó su corazón.

-Ahora regreso, voy a hablar con ellos. -Se alejó de Roberto y se acercó a sus jefes. - ¿Qué sucedió aquí?

-Un tanque de gas no se cerró bien y la fuga causo una explosión en la cocina. -Respondió Annel, la segunda gerente a cargo. 

-Ya hablé con las aseguradoras, falta que tú hables con ellos para seguir con los trámites. 

-Annel se encargará del seguimiento, el restaurante cerrará durante dos o tres meses, así que te pedimos que seas paciente, sus salarios no se pausarán, pero no podremos pagarles en su totalidad. Necesitamos que hables con los chicos, y los dos subgerentes, una vez restaurados y en funcionamientos, les pagaremos. 

-Está bien, yo hablaré con ellos. - Se despidió y juntó a su equipo de trabajo, la gran mayoría estaba cubierto de cenizas, con el rostro manchado y el uniforme sucio. Habló con todos ellos y logró (de alguna forma) calmarlos y explicarles lo que se venía. Terminó sus deberes en el restaurante y se dirigió al hospital para ver a su amiga, eran cerca de las 18:00 horas y tenía la esperanza de lograr algo. 

Llegó al hospital y vio saliendo a Wendy, llegó a tiempo. 

- ¿Cómo te sientes? - Su compañera tenía vendas en el brazo y una pequeña gasa en el rostro. 

-Mucho mejor, los analgésicos me están ayudando bastante. La explosión fue cerca de donde estaba, así que salí proyectada contra la alacena de metal.

- ¿Quieres que maneje? - Estaba muy preocupado.

-Vino mi hermano y mi padre por mí, ¿quieres que te llevemos nosotros? 

-No, tengo que hacer algo antes de ir a casa, solo vine a ver cómo seguías.

-Gracias Miguel, le dio un beso en la mejilla. -Ángel se sonrojó.

-No es nada, nos vemos. -Observó subirse a Wendy con su familia y entonces se marchó a hacer lo último que faltaba.

Axel estaba durmiendo y su celular sonó, era Miguel, y era una llamada, los nervios se hicieron presentes en los gritos del joven, no sabía qué hacer en ese momento, y su instinto lo llevó a contestar.

-¿Hola?

-Hola. 

El Amor de un DesconocidoWhere stories live. Discover now