The Lie.

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El lunes por la mañana Dipper se encontraba frente a su hermana.

Para ser exactos ambos estaban en el casillero de la chica mientras ésta sacaba algo del mismo. Los dos habían llegado temprano y aún tenían tiempo para platicar un poco antes de ir a su primera clase.

—Te digo Dipper, necesitamos ver el siguiente capítulo hoy, no puedo esperar más —dijo la castaña dándole la espalda buscando algunas cosas—, todo está lleno de spoilers.

El mencionado soltó una pequeña risa.

—Está bien, tu ganas —respondió con una pequeña sonrisa—, la veremos en la casa, apenas lleguemos .

—Prométemelo —añadió la chica dándose la vuelta para verlo mientras cerraba su casillero.

—Te lo prometo, Mabel —contestó rodando los ojos divertido.

—Bien, porque luego me cancelas y te pones a hacer gráficas para molestar a Bill —Mabel trató de burlarse de su hermano.

Un escalofrío recorrió la espalda del menor, puesto que cuando dijo el nombre del rubio todo lo que habían hecho en la noche anterior golpeó la cabeza del castaño.

Había hecho muchas cosas.

Desvió la mirada tratando de que su hermana no notará su sonrojo y frustración.

Aún no asimilaba todo muy bien, la sólo idea lo hacía sentir enfermo.

Bill era la persona de sus sueños y no sabía sí eso era bueno o malo.

Es decir, era bueno ¿no? Había encontrado a la persona de la que llevaba enamorada los últimos años, ¿entonces por qué se sentía tan enfermo al respecto? Ah sí, porque hace tan sólo un par de días lo odiaba con todo su ser y ahora resulta que habían pasado más cosas juntos de las que le gustaría admitir.

La expresión tan común y molesta de "Del odio al amor hay sólo un paso" nunca le había sonado tan horrible y real como en esos momentos.

Lo peor de toda esa bizarra situación era que los recuerdos de aquellas noches en las que eran débiles ante sus deseos humanos aparecían en su cabeza apenas el rubio era mencionado.

Sin contar que el mayor de seguro lo odiaba de igual manera, ¿cómo siquiera planeaba acercarse y tratar de arreglar su apestosa relación sí ni siquiera podía oir su nombre sin sonrojarse?

Estaba perdido.

Dipper suspiró, tratando de relajarse acerca del tema.

Al menos no tenía que resolverlo en ese momento.

Y afortunadamente para él, la castaña vio a alguien que llamó más su atención qué evito que notará su reacción y evidente disociación.

—Hablando del rey de Roma —dijo la chica antes de gritar—; ¡Xólotl!

Mabel soltó una pequeña risa y el castaño entró en pánico de nuevo, logró ver de reojo al rubio caminar con su amigo al lado.

¿Era una broma, verdad? ¿Por qué el mundo veía la necesidad de burlarse de él de esa manera? ¿Había hecho algo malo?

—Siempre es un placer empezar el día viéndote, Mabs —la chica le sonrió coquetamente al escuchar aquello.

De sólo ver a Bill, el rostro de Dipper se tiñó nuevamente de rojo mientras trataba de mirar hacía el otro lado, esperando que ninguno lo notará.

¿Qué pensaría el rubio sí lo supiera? ¿Sus sentimientos se interpondrían ante su evidente odio hacía su persona o los ignoraría?

A Dipper le gustaría poder ignorarlos.

The Mindscape. [Billdip]Where stories live. Discover now