Capítulo 7

8.5K 601 152
                                    

Me levanté con un terrible dolor de cabeza. Aún seguía con el maquillaje y la camiseta de ayer. Me dirigí al baño y al verme en el espejo... ¡Oh santos cielos!

Tenía todo el maquillaje corrido por todo el rostro. No sabía si era porque dormí con el o por el chapuzón. Esperaba que la primera ya que como media fiesta— incluyendo a Hayden— me hubiera visto así, quería que me tragase la tierra de solo pensarlo.

Tomé rápidamente algo de desmaquillante y un pedazo algodón y comencé a frotarlo sobre mi rostro. Luego me desvestí y me metí a la ducha para relajarme y esperar a que la maldita resaca se fuera.

Estuve 15 minutos bajo la ducha, salí y me sequé con una toalla. Luego comencé a buscar algo cómodo para ponerme en mi armario. Opté por un jean tiro alto y una camiseta por el ombligo. Dejé secar mi cabello al natural y bajé a comer algo.

—Buenos días, cariño— me saludó con un beso en la frente— ¿cómo estuvo la fiesta anoche?

—Bien— dije, evitando la parte en la que me quedé semidesnuda frente a todos.

—Recuerda que en un rato tendremos que ir a la casa de los Blossom, que nos invitaron a una cena.

—¿Un rato?— dije— ¿que hora es?

—Son las 4— me enseñó su celular— has dormido una eternidad, debiste haber bailado mucho anoche.

[...]

Eran las ocho. En media hora teníamos que estar en la casa de Martha. Yo aún no me decidía que ponerme. Estaba bañada y maquillada pero aún en ropa interior. Mi mamá me había dicho que no era nada muy formal, y que vaya cómoda. Finalmente opté por un top negro, un jean rasgado del mismo color y unas zapatillas también negras. Para completar el atuendo, me puse un abrigo grande y bordó.

*Outfit en multimedia*

Bajé a la sala y allí estaba ella esperándome sentada en el sofá. Tenía un pastel de chocolate que había preparado para no ir con las manos vacías y algunas bebidas.

—¿Vamos?— dije fijándome la hora. Eran ya las 8:30 pm.

Asintió con la cabeza y se levantó de su asiento. Tomó un bolso, el celular, las llaves y salimos.

Caminamos los pocos metros de distancia que había entre una casa y la otra, y tocamos el timbre. Después de unos segundos esperando, nos abrió Martha la puerta con una sonrisa de oreja a oreja. Nos dejó pasar y cerró la puerta detrás nuestro.

—Tuve un imprevisto con la cena— dijo— tardará un poco más.

—No hay problema— contestó mi mamá con una sonrisa.

—Alex, ve a jugar con los chicos— me propuso Martha señalando un cuarto, que según vi en la fiesta era algo así como la sala o el living.

Evité reír ante su pensamiento de que aún "jugábamos" como si fuéramos niños pequeños.

Ir con Alec era definitivamente un mala idea, pero no iba a rechazar su propuesta.

Asentí con la cabeza y caminé hasta el lugar donde ella había señalado. Allí estaban Alec, que se encontraba con una expresión seria en el rostro mientras chateaba con su celular, Hayden, en cambio, estaba mirando al techo sumergido en sus pensamientos, y un chica rubia de unos 17 años que estaba sentada en el sofá vendo la televisión.

El playboy es mi vecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora