Prólogo

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Con sus zapatillas rojas, en ese tiempo llamadas All-Star, una muchacha de cabellos castaños lacios y esponjosos que le llegaba hasta el pecho, ingresaba a la tienda de música ubicada en la entrada de un centro comercial a tres cuadras de su casa. Amber de veintiún años, vestía pantalones holgados de colores como el arcoíris y una blusa negra, un estilo que llamaba mucho la atención pues, a pesar de ser 1982, ella aún pensaba que los hippies seguían de moda.

—¡Hola Val! —gritó al ver al pelirrojo que se encontraba tras la caja registradora.

—Amber —respondió él, alzando la mano.

La castaña de ojos cafés caminó entre los jóvenes hacia el mostrador y extrañada observó a su amigo sacar el catalogo de vinilos y cassettes nuevos.

—Acaban de salir buenos álbumes —dijo emocionado— "Eye in The Sky" de The Alan Parsons Project salió hace unas dos semanas y dicen que es buenísimo, luego tengo los que salieron a inicios del año, "The Blue Mask" de Lou Reed y "Long After Dark" de Tom Petty —dijo al mostrarle las portadas de los discos plasmados en la revista.

—Val —lo interrumpió.

—¿Si?

—No he venido por discos nuevos —fue sincera.

—No me digas que es por lo que estoy pensando.

La castaña asintió con una sonrisa.

—Escuché tanto "Hot Space" que con el uso volví a rayar mi disco de vinilo —rió.

El pelirrojo observó a su amiga con un disgusto y habló:

—Sigo sin entender como es que te gusta ese álbum. Es lo peor de Queen —fue sincero.

—Que aguafiestas, Queen da todo de si y tú desprecias su trabajo —dijo enojada—, ¿dónde están? —preguntó refiriéndose al estante de álbumes.

—Al fondo, en la sección de discos que nadie compra —dijo con un tono burlón.

Amber rió ante aquel comentario y solo se dirigió una vez más en busca de una copia más del album, que se había convertido en su favorito en las ultimas dos semanas. Al obtenerlo en sus manos, volvió a la caja registradora y entregó el dinero para poder adquirirlo.

—Queen debería de reconocer lo que haces con Hot Space —dijo burlón el vendedor—, eres la única que compra ese álbum en esta tienda. Hasta podrías escribir un libro con razones para amar ese álbum —fue sarcástico.

Los ojos de la castaña brillaron al escuchar la última oración que su amigo dijo y asombrada lo miró.

—Creo que me acabas de salvar la vida Val —estaba emocionada.

—¿Ahora qué hice? —respondió el muchacho de ojos verdosos.

—Antes de entrar, no tenía ni idea sobre que iba a hablar en mi tesis —lo miró seriamente—, pero resulta que todo este tiempo la respuesta estuvo conmigo —dijo contenta al recibir su disco envuelto en una bolsa de papel.

El rostro del pelirrojo mostró un asombro y terror al mismo tiempo, hablar del peor disco de Queen en un trabajo final del que depende un título profesional, no era algo común de escuchar.

—Ni lo intentes Amber —dijo desesperado el vendedor—, si quieres tener un futuro exitoso puedes hablar de otros álbumes de Queen que son muchísimo mejor que Hot Space —de manera rápida, buscaba en su catálogo los álbumes de la banda británica—. Tú misma eres fan de Queen y sabes qué hay mejores discos —estaba nervioso.

—No trates de cambiar mi opinión Val, apuesto a que no has escuchado por completo el disco —lo miró.

—No, porque es horrible. No es Queen —fue sincero—, lo salva "Put Out The Fire" y "Under Pressure", y solo por esos dos compré el cassette.

—Créeme que mi tesis te hará ver Hot Space de otra forma.

—Bueno, te deseo suerte porque vas a tener que investigar arduamente. Incluso tendrías que conseguir hablar con ellos mismos —dijo—, algo que considero imposible.

—En eso sí tienes razón —vio la realidad de la situación—, aunque acaban de volver de gira.

—De su descanso de la primera etapa de la gira —la corrigió—. Aprovecha que se encuentran aquí, si escribes una carta al club de fans quizá te respondan.

—Veremos como saldrá —se encogió de hombros—. Cualquier cosa te informo —le sonrió—, nos vemos luego.

—Adiós Amber —se despidió alzando la mano al verla llegar hasta la puerta del local.

—¡Adiós Val! —gritó la joven captando la atención de los demás clientes.

La muchacha se subió a su bicicleta y se dirigió a su departamento. Al llegar, colocó el vinilo en el tocadiscos y mientras las canciones de la banda británica sonaban, empezó a escribir una carta a cada miembro.

—Veamos —dijo al ver a Queen en la portada de una revista—, Freddie ni loco me responde —fue realista y desechó la carta que iba dirigida hacia el cantante —, mejor dejémoslo a la suerte —se dijo a si misma y dejó la revista en una mesa.

Amber rompió la cuarta parte de un papel y la dividió en tres partes. Escribió el nombre de los tres integrantes restantes en cada pedazo, los dobló y salió de su apartamento.

—Si uno no responde a los dos días —se dijo a si misma—, entonces le enviaré una carta a otro —suspiró y preocupada dijo—. Solo espero que en serio me ayuden con esto.

La castaña tocó la puerta de su vecina de cincuenta años y extendió ambas manos con los pedazos de papel en ella.

—¿Ocurrió algo Amber? —le preguntó la señora de mediana estatura al verla.

—Solo escoja un papel y léalo —respondió.

Su vecina confundida sacó un papel y habló:

—Roger Taylor.

Hot Space «Roger Taylor»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora