Hot Space «Roger Taylor»

Capítulo 7

"Toma un mensaje de amor."
Calling All Girls

—Val creo que ha sucedido algo extraño —dijo la muchacha apoyada en el mostrador.

Su amigo, quien sostenía unas cajas vacías, las dejó sobre el suelo y alzó la vista para verla.

—¿A qué le dices extraño? —preguntó asustado.

Ella se inclinó y él acercó su oído al rostro de la castaña esperando a que pronuncie el suceso.

—Creo que me está gustando Roger Taylor —susurró cerca de él.

—¡¿Qué?! —exclamó sorprendido haciendo que los clientes, que se encontraban viendo los diversos productos de la tienda, voltearan a ver a los dos individuos que se encontraban hablando en el mostrador.

—¡No pasa nada! —dijo Amber— Sigan con sus cosas —intentó sonreírle a las demás personas y luego dirigió la mirada al pelirrojo—. ¡Silencio! —lo regañó en voz baja— Nadie debe saber esto.

—¿Sabes qué es lo peor? —intentaba recuperar la cordura— Que lo veía venir, aunque me parezca increíble ya que ustedes dos son totalmente distintos y eso es simplemente —pausó—, wow.

—Eso mismo pienso —agachó la mirada—, he estado seis días a su lado y se que es un corto tiempo, pero ¡no pensé que podía atraerme alguien tan rápido! —bajó el tono de su voz al ver que una pareja se acercaba a pagar un vinilo.

Val terminó de atender a los clientes y automáticamente posó su mirada en Amber.

—Déjame decirte, que cuando Diana Ross vino a promocionar un disco, solo estuvo una hora y también me quedé embobado como tú lo estás ahora. Así que tiene sentido que te hayas enamorado de él rápido, no eres la única, pues todas se mueren por él —trató de levantarle los ánimos—. Pero, ¿cómo te diste cuenta que te gustaba? —estaba intrigado.

—Hoy fue a mi casa en la tarde y...

—¿Qué? —chilló en voz baja.

—Se disculpó sobre un asunto que ocurrió ayer...

—¿Qué rayos ocurrió ayer? —la interrumpió.

—¡Dios santo! Eres tan chismoso, no sé como tu esposa te soporta —dijo fastidiada—. Pero bueno, en resumen, ayer fui a avanzar con una parte del trabajo y nos amistamos respecto a lo sucedido el lunes en la noche, o bueno martes, ya que fue en la madrugada. Pero la cosa es, que al salir olvidé mi casaca y al volver —rascó su cabeza—, bueno... una chica me abrió la puerta y me confundió con una empleada.

—Tienes que estar jodiendo —rió—, esto parece un sit-com.

—Gracias —respondió sarcástica—, finalmente él averiguó mi dirección y quiso saber como me sentía con lo que sucedió. Así que solo me visitó y confesó que me ve como una —pausó—, amiga.

—Eso es golpe bajo —dijo apenado.

—Prefiero ser su amiga a perderlo confesándole mis recientes sentimientos —intentó mostrarse orgullosa—. Pero, hubieras visto a la chica que fue a su casa —posó ambos codos contra el mostrador de vidrio y tapó su rostro con sus manos en señal de lamento—. Parecía una modelo —dijo tristemente.