• ᴄ ᴀ ᴘ ɪ ᴛ ᴜ ʟ ᴏ ɪ •

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— El amor es muchísimo más bonito cuando bajas la guardia y dejas que todo fluya

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— El amor es muchísimo más bonito cuando bajas la guardia y dejas que todo fluya. Supongo que tú nunca lo hic...

— Si bajas la guardia, más si se trata del maldito amor de mierda terminaras herido, por eso yo nunca baje ni bajare la puta guardia—puse mis piernas encima de la mesa y las deje allí—. ¿Te agarró lo reflexivo con respecto al maldito amor, imbécil? No me jodas Sam por favor, después de todo, tu hiciste lo mismo que yo.

Él iba a hablar, pero cerró la boca al instante. Sam no tenía ningún derecho a opinar sobre mi decisión, después de todo él y yo hicimos la misma mierda. Alza sus manos hacia arriba rindiéndose. Ya no se ni cuantas veces me hizo este tipo de charlar respecto al "amor", ya me estaba hartando un poco de ello.

Nos encontramos cenando en un restaurante muy lujoso de un pequeño pueblo que está cerca de mi casa. Creo que no hacía ni falta decirles que yo no fui vestida como debería. ¿Qué pasa? Mejor no me regañen, Sam nunca me menciono que vendríamos a un restaurante lujoso, aunque si me lo decía hubiera venido como se me daba la puta gana. Así que sí, vine vestida como una vaga, con mi ropa de trabajo, palabra que seguramente los ricos que están a mi alrededor nunca entenderían ni aunque se los explicaras. Llevaba punto un peto vaquero corto y una simple remera blanca junto a unas botas de jardinería. No quería ni mencionar la cara que tenían todos estos ricos al verme así vestida, idiotas.

Agarré el vaso de agua que tenía delante de mí y tomé un poco. Hace más de una hora que estamos aquí esperando a que nos traigan la comida, supongo que seguiremos así por unas cuantas horas más, a no ser que Sam me deje ir a amenazarlos para que nos traigan algo, moría de hambre.

— ¿Y bien querida? —dejé de mirar a mi alrededor y miré a Sam— ¿Cómo va esa mierda de fingir que estás mejor que nunca?

Me encogí de hombros y dejé el vaso de agua en la mesa.

— A veces es gracioso, porque algunos se lo creen—hice una mueca—, otras veces es triste, porque realmente me gustaría que esto de hacerme la "niña feliz" me pase de verdad.

— Ay cariño, créeme, la vida te devolverá toda la mierda que te paso con algo bueno, como a mí, o eso espero. Aun así, si no llega a pasar, no te rindas—suspira—. ¡Por fin, madre santa! Ustedes tardan mil años en atendernos, les pondré dos estrellas por la mala atención que nos dieron. ¿Puede traerme aunque sea un vaso de agua o un maldito té? Me estoy muriendo de sed, siento que me moriré aquí en el suelo.

Madre mía Sam, siempre exageraba todo, lo peor de todo es que siempre le terminaban creyendo. Pensaba en pedir algo de alcohol al camarero, ya saben, "el permitido de la semana", hasta que levanté mi cabeza y vi quien era. No podía creerlo, es la tercera vez en la semana. Golpeé la mesa y largué un suspiro enojada.

— ¡Oiga señorito! ¿Me está escuchando? ¡Le acabo de pedir algo para tomar! Carajo, que restaurante de mierd...

— Sam cierra la puta boca—bajé las piernas de encima de la mesa y me acomodé bien en mi silla—, él es el imbécil de Mike, mi estúpido primo.

ᴄᴏʀᴀᴢóɴ ᴅᴇ ғᴜᴇɢᴏ ✔©Where stories live. Discover now