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Agustina estaba feliz, emocionada, eufórica por que sus pies tocarán al fin aquella tierra húmeda de aquella boscosa obra de arte. Se colocó su sombrero blanco y colocó una chalina de gaza sobre su blanquecino cuello, tomó su bolso de de tejido de punto que le había confeccionado su madre, en el contenía un perfume pequeño, su teléfono celular y protector solar, repelente.

Sus pies por fin tocaron tierra, como si una magia había envuelto su ser, encantada se sacó aquellas finas rastreras con piedras brillantes de imitación, las sujeto en las manos y sus pies tocaron la humedad de la tierra de quel territorio verde, sus pies blancos y finos poco a poco fueron tomando un color negro gracias a aquella tierra abonada naturalmente y sus uñas rojas desaparecieron bajo la humeda tierra, como terapia natural para su cuerpo, cerró los ojos y abrió las aletas de sus narices y se sumergió dentro de las variadas y agradables fragancias de esta selva aromática, madera húmeda, flores silvestres, humedad alta y verde y tierra mojada era como bálsamo fresco sobre sus huesos. Agustina bajo aquel encanto no queria nunca ir de ese lugar de paz, armonía. Sin dudas es su segundo hogar. Tal vez en otra vida fue un ser que habitaba por estos lares, de seguro una orquídea, un árbol, o un pequeño animal.

ㅡ ¡Uh! ¡Iugh! ¡Que feo olor! Dios! Agustina, hermosa mía, ponte las sandalias te ensuciaras con quien sabe que cosas hay por aquí. ㅡHarry y su humor de niño citadino, acostumbrado a rascacielos en vez de árboles.

Rugió ella ante la interrupción de su paz, sabía que era demasiado bueno para ser verdad.

ㅡ Tranquilo niñato, lo hice a propósito, ¡ah! Y por favor mantente alejado de mi a dos millas como mínimo.

Hizo gesticulaciones con sus manos, sólo para alejarlo.

ㅡ ¿Donde te dejo tu equipaje cariño? ㅡ pregunto su padre.

ㅡ Daselo al querido hermano mío, Harry, verdad ? ㅡ lo miro a Harry coqueta, disimulando su reciente advertencia.

ㅡ Claro, lo que la dama diga. ㅡ la miró sorprendido ㅡ ¿Agustina, acaso traes una pluma para vestir? ㅡ notando lo liviano que era su equipaje.

ㅡ ¿Eso no te incumbe querido, allá yo, no? ㅡ lo miro amable y divertida.

Una vez que encontraron un área para habitar, mientras Harry era como el chico de los mandados de su ya mayor padre, se a encargado de armar las mesas y el camping en donde estaría Agustina sola y el de ellos; estába exhausto y le horrorizaba la idea de que estaba sucio, lleno de sudor.

Agustina no sabía cuanto había caminado, es que la tenía maravillada ese bosque tan enigmático y a la vez tan mágico la tenía embobada, cerró los ojos y oyo un ruido tranquilizante.

ㅡ Eso... ㅡ dijo asombrada ㅡ ¡Es el sonido de una cascada! ㅡ grito exaltada ㅡ ¡Iré a ver!

Simplemente puro, cristalino, hermoso. Se despojó rapidamente de su fino vestido y miró todas partes y se sacó sus braguitas, seguido su bralettes. Sumergió su cuerpo en las cristalinas aguas y un gemido de placer salió de sus labios, bastante alto, pero no le importó, por que estaba sola... o eso creía una vez adentro del agua.

Sintió que alguien la miraba, su cuerpo se quemaba ante la mirada asesina que asechaba su fina espalda, podría ser algún animal ?.

ㅡ ¿Debe ser un lindo mono, o un orangután, un gorila? ㅡ se preguntó en voz alta la joven.

Las copas de los árboles que estaban al rededor de aquel lugar donde ella se hallaba desnuda cubierta por las cristalinas aguas, se movían como si algo pesado se moviera entre ellas.

Río ante aquel acto, simplemente el miedo no hallaba cabida en ella, se sabía comunicar en los idiomas de cada uno ellos de forma amistosa.

Un sonido de llamado amistodo de orangután salieron de sus labios carnosos y rosados.

SALVAJE •••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora