»65«

12 1 0
                                    

Él Shirosagi volteó a mirar a la chica cuando estuvo un tanto cerca de la Saiyajin que lo miraba con molestia.

Entonces lo notó, la albina tenía sus manos en su estómago con una respiración pesada. La herida en el estómago que le hizo él espadachin la retenía.

Él peliazul la miró con sorpresa, pensaba que cuando se acostumbrara podría restaurar su lesión ya que no mostró sintomas de debilidad cuando sus ojos se oscurecieron.

Empezó a acercarse a ella para evitar retrasos pero miró a su derecha cuando escuchó el sonido del suelo siéndo golpeado.

Sonrió divertido al ver tal escena.

Kirito se sentía dolido, con la culpa más afilada y profunda de lo que cualquier espada podría a ver cortado a través de él.
Cerró los ojos, apretó los puños y golpeó el suelo con fuerza mientras estalló en lágrimas.

— Lo siento, Pares.—Dijo Kirito con voz débil.-No pude protegerte, ni siquiera pude llegar a tiempo. Soy patético. No valgo nada, escogí ir en busca de una espada en lugar de estar contigo. Todo es mi culpa, no podía estar junto a ti cuando me necesitabas. No merezco-...

— Que deprimente debe ser esta situación para ti, ¿no es así?—Interrogó él Shirosagi.

Él Sao solo guardó silencio.

— Cataleya.—Llamó Eugeo que uso su henko para llegar a un lado de la chica que logró escamarse un poco.— Tengo un plan.

—No hay salida, perdimos.—Habló la Saiyajin.

—Escucha sólo perdimos si así lo crees, ¿donde esta tú espiritu de hace un momento?, con el que me salvaste.—Cuestionó él rubio.— Por favor, solo una oportunidad más.

— Esta bien, cuéntame.—Aceptó la de ojos rubíes.

—¿Sientes el ki de varios sujetos llegar a la tierra?, no estan muy cerca pero estoy seguro de que puedes sentirlos.—Explico y la chica asintió.- Kirito lo esta distrayendo, te lanzare con toda la fuerza que me queda y tú lo teletransportaras a la nave que viene hacía aquí, nos costará trabajo detenerlo una vez que lleguemos pero esta en nuestro terreno. Será mas fácil.

— ¿Lleguemos?—Interrogó Cataleya y él Sao coloco una aguja en su traje de tal forma que no la dañara.

— Yo te seguiré, de todas formas soy un Sao.—Sonrió alegre.

—¡Bien! —Motivó la Saiyajin que miró la escena frente a ella.—Hay que intentarlo.

Shuichi río.

— Entonces, ¿eso es suficiente para que puedas ser él verdadero espadachín negro, él de la vieja SAO a quién todos temían?—Mencionó Shuichi.— Porqué había muchos rumores sobre ti, un guerrero bastante fuerte que podía hacerle frente a cualquier jefe de piso en la vieja aincrad, que desilusión.

Aquél chico solitario que solo cometió tantos errores..—Se lamentó él pelinegro.

— Se ha de sentir terrible perder todo lo que tienes en unos segundos pero era el destinó ambos, sí no moría por tus manos me la llevaría yo.—Declaró él peliazul.— Me di cuenta que poseían algún vínculo en el pasado pero tranquilo pronto será borrada, una parte de ella de alguna forma evadio mí control pero el sistema la encontrará y simplemente eliminara al ser algo inútil en la memoria.
Recuerdos de ustedes no conceden ningún valor para mí.

«No es la misma pero de alguna forma ella sigue aquí.. protege estos últimos restos»

A esto se refería.—Pensó él espadachin.—Quieres al Sao de la vieja aincrad, lo tendrás.

Kirito tomó su espada y se lanzó hacia adelante con una expresión violenta y sedienta de sangre en su rostro. La imagen de la chica siendo expulsada de la existencia estaba alimentando su furia para aniquilar a Shuichi.
Veneno ó no, allí iba.

—¡BASTARDO! ¡USTED VA A PAGAR POR ESTO!—Exclamó, sus ojos se encendieron en un color amarillo, su espada apuntaba a un lugar fijo.

— ¡Kirito apartate!—Advirtió una voz, sin embargo este no escucho.

Él Shirosagi se distrajo al notar que la Saiyajin se dirigía a él con velocidad, una cadena estaba dedicada a golpear a la chica mientras la última tenía el trabajo de eliminar por completo al Sao.
Cataleya cerró los ojos pensando que su plan había fallado, Kirito puso toda su fuerza en este ataque final, no iba a rendirse.
Las dos armas chocaron provocando un gran estruendo, Shuichi ensancho los ojos al escuchar algo romperse, posteriormente miró al pelinegro. Había roto la cadena y apuñalado su corazón.

Él Sao soltó la espada y se alejó ante las anteriores palabras de Cataleya, pronto la chica tocó el hombro del Shirosagi y desaparecieron.

— ¿Q-Que?..—Dejo escapar mientras se quedaba estupefacto.

[WITD] »Whispers in the dark«.Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu