Él la volvio a buscar y no la pudo encontrar. Aquel día llegó tarde por la noche. No quiso preguntarle nada. Evito una vez mas la confrontación. Pero ella sabía que nada marchaba bien. El divorcio era inminente. Asi pasaron los días y los meses. Ella saliendo temprano de casa y retornando tarde por la noche mientras los hijos se quedaban a su suerte. Juan tenía que trabajar. No podía descuidarse. Pese al sufrimiento moral sacaba fuerzas para seguir luchando por sus hijos.
¿Donde quedaron las promesas de lealtad que ella le hacía en sus cartas en aquellos días de enamorados?
Ahora ella empezó a ver a Juan viejo y muy mayor para ella quince años después. En las discusiones ella decía que Juan había sido malo con ella al haberla enamorado a una jóven de 19 años por un hombre de 35 años. Según su parecer eso era maldad. También era maldad que Juan la había seducido. Juan callaba. Pues todo se hizo conforme a su voluntad. En quince años Juan le había dado una linda casa. Comodidades en casa que toda mujer quiere tener. Todo tenía ella. No padecía de escacez económico. Aun más, Juan le había apoyado en tener una carrera profesional. Pero todo eso ella no lo apreciaba. Cierto día en una de aquellas discusiones tiró su ARO de matrimonio contra Juan. Asi despreciaba y tiraba su felicidad. Con esa actitud mandaba al tacho a su familia. Las cosas se empeoraban cada dia mas. No mostraba signos de arrepentimiento por lo que venía haciendo. Aun asi Juan la seguía amando. El se había convencido desde el principio que sería su esposa por el resto de su vida. Al parecer ella no pensaba así. Sus aventuras. Sus romances la llevaría al fracaso personal. Juan procuraba en todo momento recuperar a su esposa. Haciendo que volviera a la sensates. No. Ella no quería y seguía saliendo con aquel sujeto que toco a la puerta.

Luis Alvarez Aponte
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INFIDELIDADWhere stories live. Discover now