Mi dulce venganza |MDV #1|

#24 Otro secreto revelado

-Bien chicos, espero que estudien, sus exámenes son en dos semanas- dicho esto el maestro se retiró.

-Wow, mucho estrés ¿no crees?- me dijo Anton recargando su mentón en mi hombro.

-Si.

Caminamos hacia la cafetería. A estas alturas ya todos sabían que él y yo estábamos saliendo, algo que no se si me molestaba o no.

Y usando llegamos a la cafetería nos encontramos con una escena un tanto graciosa. Resulta que April se estaba peleando con Brenda y la estaba jalando de su cabello. Como conseguir pruebas para ADN al estilo April.

-Alto señoritas-llegó el director.

Se las llevó a las dos y, estoy segura de que esta vez si le pondrá castigo a April, porque ella fue quien inicio la pelea.

Nos sentamos a comer tranquilamente mientras April llegaba a la mesa con una pequeña sonrisita en su cara.

-¿Que pasó?-le preguntó Matt.

-Nada interesante, tres días limpiando las canchas, en realidad no es nada- dijo restándole importancia.

-¿Por que se pelearon?

-Nada importante Anton, tú amiguita es una salvaje.

Después del almuerzo regresamos a clases y por fin el timbre para la salida sonó. Caminamos hacia nuestros casilleros y mientras Anton no llegaba, April se acerco a nosotros.

-Tengo las pruebas- dijo todavía sosteniendo los mechones de cabello que le había arrancado a Brenda.

-¿Cabello?- pregunte con una ceja alzada.

-¿Que? No, esto es solo un trofeo de mi genial pelea con ella. Estas son las pruebas- dijo dándome una bolsita ziploc con un cotonete dentro.

-¿Saliva?

-Así es.

-¿Como demonios pudiste conseguir eso?-preguntó con asombro Nath.

-En medio de la pelea, ni siquiera se dio cuenta, pensé en el cabello pero es obvio que solo saldrían sus extensiones y saliva fue lo que resultó.

-Perfecto, ahora te toca a tí conseguir las de Anton, lo cual no será nada difícil ¿no Sam?- me dijo Kate.

-Por supuesto que no-dije con una sonrisa.

Caminamos hacia nuestros autos. Después de un rato Anton llegó.

-Oye, ¿te parece si vemos una película?-le dije.

-Claro amor, ¿en tú casa o en la mía?

-En la tuya si quieres- el asintió con la cabeza y le dije a los chicos que llegaría hasta la noche.

Nos fuimos en su auto. Cuando llegamos nos encontramos a su padre, en su Oficina como siempre.

-Sam! Es un gusto tenerte aquí otra vez.

-El gusto es mío señor Bush.

-Oh, por favor, solo llámame René, deja las formalidades a un lado niña.

-Está bien- dije con una sonrisa en la cara.

René, es un hombre que a pocas personas les deja que lo llamen así, y si me he ganado su confianza ya gané todo.

-Estaremos en mi cuarto papá por si necesitas algo.

-Claro, fue un gusto saludarte Sam.

Entramos a su habitación, perfectamente en orden y puso una película.