14

6.5K 506 71
                                    

-No tengo ganas de ir-Me quejé en voz alta. Mamá seguía dando golpes suaves en mi espalda. Me encontraba acostado junto a ella boca abajo, con la almohada en mi cara, mi respiración se dificultaba por eso pero me negaba a verla a la cara.

-Jeon Jungkook, creo que eres lo suficiente mayor para levantarte por tu cuenta, y asumir tus responsabilidades-No era necesario levantarme para saber que en realidad tendría el ceño fruncido y los brazos cruzados. Reí.

-Mamá, creo que soy lo suficiente mayor para que me regañes de ese modo-Me burlé.

-Nunca serás mayor para mi, mírate, eres como un bebé en un cuerpo de hombre. Tu rostro dice que eres adorable, el resto es otra historia. Como sea, más vale que te levantes de una vez. Incluso trajiste el traje porque en el fondo quieres ir-Insistió. Esta vez me di la vuelta para encararla, y tal y como había supuesto, tenía el ceño fruncido y los brazos cruzados.

-Enserio mamá, no quiero ir. Después de lo de Bomi no creo que sea correcto querer ir tras de _________, eso solo comprobará lo idiota que soy-La tristeza en mi tono era evidente, por lo que mamá hizo un intento por animarme.

-Cariño, es un evento que organizaste tú para los nuevos socios, no puedes estar ausente porque tienes problemas existenciales-Bromeó, logrando sacarme una sonrisa-Debes estar ahí, y demostrar que eres un hombre maduro y capaz-La miré con diversión y después la abrasé con cuidado de no emplear demasiada fuerza por sus heridas, se quejó pero me negué a soltarla.

-Eres la mejor madre del mundo-Besé su frente y la apegué más a mi.

-Lo sé, y por esa misma razón sé bien cómo avergonzarte por lo que, si no comienzas a prepararte mañana el álbum de fotografías vergonzosas será publicado en mi perfil de facebook-Amenazó. Me aparté lo suficiente para mirarla a los ojos. Los entrecerré para después hacer una mueca.

-No te atreverías-Ella rió.

-Oh, claro que si, ya sabes como soy-Se encogió de hombros e hizo amago de guiñar un ojo, ya que el golpe que tenía en la mejilla le impedía hacerlo bien.

-Me rindo, está bien-Me aparté de ella y bajé de la cama de un salto. Reí cuando se quejó por rebotar en la misma-Tú querías que bajara-Reproché.

-Pero como una persona decente-Se quejó, me reí y pase de largo.

-Usaré la ducha, si no te importa-Anuncié revolviendo mi cabello.

-Sabes que no, de hecho, creo que necesitas una con urgencia-Su voz era cada vez más distante por seguir caminando, reí de manera sarcástica lo suficientemente fuerte para que me escuchara.

Entré a la ducha sin siquiera abrir las llaves del agua primero, lo hice una vez dentro, sin importarme lo fría que salió el agua en un principio, ciertamente lo necesitaba. Y lo merecía, tal vez sólo estaba buscando una manera para castigarme a mi mismo por mi forma de actuar y hacer las cosas.

-Torpe-Me dije antes de comenzar a lavar mi cabello, el agua poco a poco caía más caliente, pero seguía en mi afán de no tomarlo en cuenta. O eso tenía en mente hasta que mi hombro ardió por la alta temperatura y me quejé. Mamá pareció escucharme porque se rió de ello. 

En cuanto terminé de asearme salí al cuarto que, cuando nos mudamos, fue mio. Ahí se encontraba el traje negro que solía utilizar cuando había eventos de este tipo. Era el más costoso que tenía, y por eso mismo no me gustaba. Hyeri, quien era mi secretaria antes de que ________ reapareciera, había insistido en este más que en otros, diciendo que todo hombre debe tener un traje para "ocasiones especiales", al igual que las mujeres con sus zapatos.

Enseñame a quererDonde viven las historias. Descúbrelo ahora