Capítulo 10

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Melusina, 2019.

Narrador omnisciente.

— ¿No te preocupa ni un poco tu hija? — pregunto anonadada, la nana de Sophia — Adele...

— Te dije, que nunca más me vuelvas a llamar así. Soy Sophiant, la reina de Melusina — respondió disgustada.

— Está bien, lo entiendo. Pero, Sophia hace muchos días que no va a sus clases, casi no está en palacio — explicaba la sirena mayor.

— Sí es posible, que no vuelva. Mucho mejor para mí — respondió Adele, sin prestarle mucho interés al asunto.

— ¿Cómo puedes hablar así de tu hija? — preguntó la nana aún más perpleja.

— Ella no es mi hija.

Sophia.

Sus ojos marrones estaban clavados en mí, pareciere que estaba buscando una buena excusa para su supuesta amnesia.

En estos días que he estado compartiendo con él, he aprendido mucho sobre los humanos, cosas que ni yo en mis mejores sueños hubiera imaginado. Yo también le he contado mucho sobre mi mundo, era la primera vez que me sentía a gusto hablando con alguien.

¿Por qué? ¿A caso no soy lo suficiente buena para que me quieran o al menos confíen en mí?

— ¿Me tienes miedo? — me atreví a preguntar. Miró a otro lado.

Bajé la mirada, de una extraña manera me sentía decepcionada. Pensé que él confiaba en mí como yo en él, pensé que me consideraba amiga suya. Asentí varias veces.

Un extraño escozor apreció. Mis ojos picaban mucho, rápidamente subí mi mano para palpar mi mejilla húmeda. Mi reacción de asombro no pasó desapercibida por él.

— Son lágrimas — me dijo él. Recordé nuestra charla que tuvimos.

Con mis manos me limpié cualquier rastro de humedad en mi rostro.

— Es una estúpida muestra de debilidad de los seres humanos, ¿no? Como dijiste. Pero no, imbécil. Yo no soy un humano, sino un monstruo, ¿no? — ataqué con mis palabras. Él me miró perplejo.

— Tú no eres un monstruo — me respondió con el ceño fruncido.

— Soy monstruo al que nunca consideraste una verdadera amiga.

— Sophia, no es eso. Yo ... — lo interrumpí.

— Muérete, si quieres. Adiós — le contesté. Mi voz delataba el dolor que contenían esas palabras.

Me aleje de la orilla, dispuesta a zambullirme en el agua, para jamás volver a verlo. Había sido una estúpida al creer que alguien me querría por lo que soy y no por mi título o poder que poseo. Lamentablemente en la realeza no existen los amigos, solo personas que te son útiles. Y yo, no quería estar rodeada de gente hipócrita que en cualquier momento podría fallarme o traicionarme. Yo quería amigos, en quién poder confiar abiertamente, en quién oída apoyarme. Pero nada en este mundo es justo.

— Soy Theo Kim, en la superficie uno de los hombres más poderosos. Pero también tengo muchos enemigos por la misma situación, y ellos se confabularon para un complot contra mí. Alteraron mi medio de transporte, este falló en la mitad de la nada, es así como llegué hasta ti — habló él, con sinceridad. Me quedé estática en mi lugar. Sin decir nada, solo oírlo—. Para mí, es difícil confiar. Desde pequeño he lidiado con personas hipócritas. Solo tengo un amigo en el mundo, el cual posiblemente piense que esté muerto o quizás siga buscándome.

AMAR FUERA DEL AGUA [01]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora